El Plan cántabro de Control Tributario para 2018 tiene como objetivo prioritario el fraude fiscal

La Dirección de la Agencia Cántabra de Administración Tributaria (ACAT) publicó ayer en el Boletín Oficial de Cantabria (BOC) la resolución por la que se aprueban las directrices generales del Plan de Control Tributario de 2018, que tiene como objetivo estratégico el fraude fiscal.

La resolución señala que el fraude fiscal «genera desconfianza entre los ciudadanos y distorsiona la competencia y el buen funcionamiento de la actividad económica», por lo que, aunque siempre ha constituido una de las tareas fundamentales de la Administración Tributaria, «en la situación actual se convierte en objetivo estratégico fundamental» de la ACAT.

Siguiendo la línea de los años anteriores, la actividad de control tributario de la Agencia se orienta a investigar los hechos imponibles no declarados por los contribuyentes y también a comprobar la veracidad de los declarados.

Además, se refuerza y mejora la información para favorecer el cumplimiento voluntario de las obligaciones fiscales y se incorporan actuaciones de colaboración con la Agencia Estatal de Administración Tributaria (AEAT) y otras administraciones tributarias. El plan contiene las actuaciones de prevención y control que las distintas áreas de la Agencia Cántabra de Administración Tributaria van a desarrollar a lo largo del año, pero no excluye medidas promovidas en otros instrumentos de planificación.

De igual modo, recoge que se avanzará en la implantación de «una auténtica administración tributaria electrónica» para reducir los costes y conseguir mayores ahorros, así como en una «optimización» de los recursos humanos y materiales disponibles. Igualmente se incluye las actuaciones de información y asistencia al contribuyente para «facilitar al máximo el cumplimiento voluntario de las obligaciones tributarias».

En materia de intercambio de información se colaborará con la Agencia Estatal de Administración Tributaria, así como otras administraciones tributarias; y se potenciará la planificación coordinada y la colaboración en la selección de los contribuyentes que serán objeto de actuaciones de control por parte de ambas administraciones, estatal y autonómica.

Al frente de la Agencia Cántabra de Administración Tributaria se sitúa Manuel Díaz, anterior responsable del Instituto Cántabro de Finanzas (ICAF). Díaz sucede en el cargo a Pedro Pérez Eslava, negociador del nuevo modelo de financiación autonómica, que asumió el pasado mes de febrero la Intervención General, tras el cese fulminante de Gabriel Pérez.