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José Antonio Herce
«El principal obstáculo es la percepción de que es imposible progresar en un pueblo»
Las Entrevistas de Territorio Rural Inteligente

«El principal obstáculo es la percepción de que es imposible progresar en un pueblo»

«No ha habido mejor momento para dar el salto a lo rural y, probablemente no volverá a haberlo en mucho tiempo»

PATRICIA DELGADO

Viernes, 23 de octubre 2020, 13:32

Doctor en economía, ha sido profesor titular de Economía en la Complutense, director de FEDEA, socio director de Economía Aplicada y Territorial y director asociado de AFI. Es socio fundador de LoRIS, Longevity & Retirement Income Solutions. Actualmente realiza una extensa labor de comunicación sobre repoblación de territorios despoblados mediante coordinación de informes, publicación de contenidos temáticos en blogs y actividades de promoción.

–¿Cómo definiría un Territorio Rural Inteligente?

–Todos los territorios son inteligentes… a su manera. El territorio no es pasivo, reacciona dando respuesta a quienes lo tratan bien y a quienes lo maltratan; y reacciona en la 'justa' medida. Eso es una variante de la inteligencia, inanimada, pero inteligencia, al fin y al cabo. La verdadera inteligencia de un territorio radica en su capacidad de reaccionar a los estímulos de los agentes que lo pueblan. Si estos agentes no sacan un partido sostenible al territorio en el que habitan, este se cerrará a ellos y no les aportará su abundancia. Según el sentido actual, si no les dotamos de elementos de inteligencia digital, tampoco rendirán lo que atesoran. Un territorio rural inteligente es pues un territorio habitado por pobladores inteligentes, dotado de infraestructuras digitales y en el que se asientan unidades productivas eficientes, recursos todos que se utilizan para realizar de manera avanzada las funciones convencionales inherentes al territorio (residencial, productiva, movilidad y acceso a servicios) y para realizar nuevas funciones (trabajo a distancia, producción distribuida, sostenibilidad).

–En su blog 'España repoblada', afirma que la despoblación es un enorme fallo de mercado, ¿por qué?

–Un fallo de mercado se produce cuando este es incapaz de abastecer a amplias capas de la población de bienes y servicios básicos o es incapaz de compensar o corregir las actividades de unos agentes que benefician o perjudican, respectivamente, a otros agentes económicos. Ejemplos de lo primero son la educación o la sanidad para quienes carecen de medios para procurárselas en el mercado. Un buen ejemplo de lo segundo es la mitigación de la contaminación, que es un efecto externo negativo que el mercado no corrige por sí solo y frente al que debe intervenir una norma o un impuesto. Cuando un territorio se despuebla porque no se pueden realizar en él una serie de funciones básicas necesarias para la vida ordinaria, estamos en presencia de una variante de los anteriores fallos de mercado. El abandono del territorio ha sido la respuesta secular. Hoy esto ya no es aceptable.

–Con el teletrabajo, ¿se abre una ventana que justifique invertir en recursos para las zonas rurales?

–Siempre digo, y es mi hashtag favorito, #MasValeBandaAnchaQueVíaEstrecha. La vía estrecha, por cierto es la del AVE. Basta ya de reivindicar infraestructuras imposibles en el territorio rural y comencemos a reivindicar las infraestructuras imprescindibles hoy en todos los rincones por remotos que sean: las de conectividad, para que sean el auténtico servicio universal del siglo XXI. Las inversiones que necesita la España despoblada son, sobre todo, las de conectividad digital. Las inversiones convencionales en centros de servicios y ocio seguirán siendo necesarias, pero, así como la banda ancha debe llegar a cada punto del territorio, las otras infraestructuras deben llegar a las cabeceras comarcales y los ciudadanos deben poder moverse a demanda para disfrutar de sus servicios. Carece de sentido poner un centro de salud o educativo o un polideportivo en cada municipio o pedanía.

–Invirtiendo en conectividad ¿cree que se resolverían los mayores obstáculos para fijar población en los pueblos?

–La conectividad y otras infraestructuras son condiciones necesarias, pero no suficientes. Los futuros «Comencemos a reivindicar las infraestructuras en cualquier rincón por remoto que sea» «No ha habido un mejor momento para dar el salto a lo rural y, probablemente, no volverá a haberlo en mucho tiempo» «Las inversiones que necesita la España despoblada son, sobre todo, de conectividad digital» habitantes de los pequeños pueblos pueden ser jubilados y eso les haría más atractivo el desplazarse a aquellos, pero también nos gustaría que los repobladores fuesen individuos jóvenes, familias, niños y que se generasen dinámicas de repoblación sostenibles. Para ello debe ser posible que estos entornos puedan generar espacios de teletrabajo, ya que la creación de empleos presenciales en ellos es más problemática, aunque no deben descartarse trabajos de proximidad y servicio en entornos rurales reactivados. Pero el principal obstáculo es la percepción de que es imposible progresar en un pueblo. Desgraciadamente, cuando un emprendedor o jóvenes repobladores llegan con proyectos se les recibe con la frase 'te vas a estrellar'.

–¿Considera que con la crisis sanitaria los entornos rurales se han vuelto más atractivos?

–Hay dos canciones que me encantan cuyos títulos responden muy bien a esta pregunta: It's blowing in the wind, de Bob Dylan, y It's now or never, de Elvis Presley. Responden perfectamente a lo que pasa, primero está en el ambiente que es la oportunidad del ámbito rural para ponerse en el escaparate social ofreciendo atractivos muy valorados en este momento. Segundo, que no ha habido un mejor momento para dar el salto a lo rural y que, probablemente, no lo volverá a haber en mucho tiempo. Afortunadamente, estas tendencias están ya manifestándose y en el centro de muchas conversaciones en los medios y círculos sociales e institucionales. Pero no basta con ello. Si esta es la oportunidad del momento, hay que superar las muchas debilidades que tenemos para atraparla.

–¿Cree que la revitalización de los entornos rurales debe centrarse en algún perfil de población?

–No especialmente, puede que tácticamente convenga empezar por uno u otro colectivo, en función de las fortalezas de cada zona, pero hay que tener la mente abierta y trabajar para recuperar una población heterogénea.

–Si las ciudades definen cómo deben evolucionar los pueblos, ¿se corre el riesgo de exportar un modelo con el que se acabe perdiendo la esencia rural?

–Las ciudades no deciden cómo deben evolucionar los entornos rurales. La asignación de recursos económicos, de desarrollo o institucionales se realiza por parte de decisores privados en función de sus preferencias y los beneficios que esperan obtener con esa inversión o asignación de sus recursos, y por decisores institucionales en función de las demandas de los ciudadanos constituidos en grupos de interés, presión o como colectivos electorales. Los entornos rurales poseen pocos atractivos tanto para los decisores privados como para los institucionales. Por eso han sido abandonados por sus pobladores y por las instituciones. Esto puede cambiar ahora que mucha gente vuelve su mirada al campo. ¿Existe un riesgo de que convirtamos los pueblos en 'macro urbanizaciones'? No lo creo.

–¿Qué puntos fuertes tienen los entornos rurales que supongan una ventaja competitiva con respecto a las ciudades?

–Muchos, pero muy específicos. No es concebible una competencia general con las ciudades, ni un éxodo urbano hacia lo rural. Los territorios rurales ofrecen calidad de vida, 'confinamiento natural' en caso de pandemia, oportunidades de emprendimiento o (tele) trabajo de más calidad que las ciudades y oportunidades de mejor relación con otros ciudadanos y con la naturaleza. Todo esto está en demanda y, por lo tanto, hay un posible encaje mutuamente beneficioso para oferentes y demandantes. El casamiento a un precio justo no se está dando porque faltan muchas otras condiciones que harían de estas transacciones en un mercado organizado importantes fuentes de valor. Las condiciones que faltan son las que permiten que mercados similares en el ámbito urbano funcionen muy bien. Por ejemplo, facilidad para adquirir bienes y servicios, movilidad, transporte y entrega de mercancías... Y falta también una condición muy importante: la masa crítica que hace rentable para el mercado el abastecimiento de estos territorios. Pero, como ya he comentado antes, la tecnología está matando la distancia y la escala. Pero hay mucha gente que no quiere entenderlo, especialmente los académicos y los responsables políticos.

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