Secciones
Servicios
Destacamos
No es la primera vez que la Unión Europea debate sobre ello, pero puede que esta vez vaya en serio. Me refiero a la posibilidad de imponer un impuesto a las grandes compañías tecnológicas americanas que operan aquí y que, a pesar de su ingente ... actividad, eluden el pago de impuestos con una habilidad rayana en la perfección. Aunque su ámbito es global eligen bien su sede social, que acostumbra a ser un país de la propia UE que los acoge maternalmente . No se trata de un inesperado ataque de bondad de sus haciendas (las haciendas, en todas las latitudes, son perfectamente inmunes al peligroso virus de la bondad) sino que prefieren renunciar al gravamen directo sobre estas compañías a cambio de recoger los impuestos colaterales, personales e indirectos, que acompañan a la actividad que generan, gracias a disponer de su sede.
La UE siempre ha tenido enormes dificultades para conseguir una cierta armonización fiscal dentro de sus miembros. Pero la situación actual es diferente. Por un lado, la idea no es gravar a los beneficios (disponen de una gran capacidad de deslocalización geográfica) sino a los ingresos, que son mucho más controlables. Por otro, la UE tiene que dar alguna respuesta a las bravuconadas del Presidente Trump que amenaza con imponer aranceles a troche y moche a las exportaciones europeas.
La situación sería singular. Las grandes compañías tecnológicas han invadido nuestras vidas y vienen para quedarse. Realizan actividades, muchas de ellas, inmateriales que ni agrandan el PIB ni engordan las arcas públicas. Pero, valer claro que valen. Recuerde siempre que, cuando le ofrecen algo gratis, de lo que se trata es de que el producto es usted. Y, por si tenía alguna duda sobre ello, recuerde el reciente y escandaloso trasvase de datos desde Facebook a Cambridge Analytica, un embrollo que puede acabar como el rosario de la aurora pues, aparte de a su intimidad, afecta a los procesos electorales. No estoy seguro de que lo primero les preocupe a los políticos que nos gobiernan, ni a los que aspiran a gobernarnos, pero puede estarlo de que lo segundo es materia «muy» sensible para ellos.
Por si fuera poco, las tecnológicas se parecen cada día más a los grandes ogros corporativos que han sido la banca y las petroleras. Tienen mala fama, pero las utilizamos a diario, Ahora usted usa y, probablemente abusa, de los servicios tecnológicos ofrecidos de manera gratuita, ¿Se imagina que pasaría si, como consecuencia de todo este lío de impuestos le empiecen a cobrar cada vez que se comunica por Facebook con sus amigos o calcula su ruta de viaje en Google? Cambiarían muchas cosas, pero quizás no todas para mal...
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.