Un pueblo de Ciudad Real se independiza de las eléctricas

A finales de este año los vecinos se abastecerán de su propia energía gracias a la construcción de una planta fotovoltaica -el sol manchego es inagotable y una vecina del pueblo ha cedido la parcela para los paneles solares- en colaboración con la comercializadora ciudadrealeña «+Inteligencia». «Ballesteros producirá, almacenará y distribuirá energía eléctrica usando la energía fotovoltaica a través de un software que hará que la energía fluya por todo el pueblo», explica Pedro Antonio Fuentes, portavoz de la comercializadora.

El proyecto ronda los 338.000 euros de inversión de los cuales 138.000 proceden de los fondos europeos LEADER que ha gestionado la Asociación para el Desarrollo del Campo de Calatrava. La experiencia piloto de este primer mercado local de energía se lleva a cabo en Ballesteros de Calatrava con la idea de hacerla extensiva a otras localidades de la zona con la intención de «ahorrar en la factura de la luz y aprovechar la energía del sol», destaca el alcalde de este municipio, Juan Carlos Moraleda.

Y es que los cálculos iniciales prevén que la factura de la electricidad se reduzca un 20 por ciento en el primero año y hasta un 80 por ciento en cuanto se haya amortizado la inversión ya que se evitarán impuestos y costes de la red. La idea, que ya está en marcha, surgió en septiembre de 2020 con el objetivo de crear una comunidad energética de la que pudiera beneficiarse toda la localidad, comunidad de la que ya forman parte el ayuntamiento, empresas locales y particulares.

'Ballesteros Genera' es el nombre de este proyecto que busca «hacer más habitable y sostenible el municipio, reducir la huella de carbono del consumo energético, disminuir el recibo de la luz y convertirnos en un pueblo energéticamente autónomo», añade su alcalde, quien confía en que todo sirva para frenar la despoblación que también afecta a su pueblo.

La presidenta de la Asociación para el Desarrollo del Campo de Calatrava, que colabora en este proyecto, Gema García, confía en que esta misma experiencia se extienda por los 15 pueblos de la comarca del Campo de Calatrava -famosa por sus volcanes dormidos- con cuyos alcaldes ya ha habido contactos «porque estamos hablando de ahorro energético, lo que puede suponer un efecto llamada para que se implanten nuevas empresas que creen empleo y fijen población». De momento, el Ayuntamiento de Ballesteros de Calatrava rebaja el IBI un 50 por ciento durante los cinco primeros años a los jóvenes que decidan vivir en el pueblo.