![El Puerto se prepara para proteger su actividad ante la incertidumbre del 'Brexit'](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/201901/13/media/cortadas/brexit-kRvD--624x385@Diario%20Montanes.jpg)
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Con el calendario quemando fechas, Europa y el mundo miran a Reino Unido. Como día marcado en rojo, el 29 de marzo, momento en que podría materializarse el Brexit, esto es, la salida de los británicos de la Unión Europea sin acuerdo con el ... resto de socios comunitarios. En ese escenario, el de una ruptura 'dura' sin periodo transitorio y sin consenso alguno, las transacciones comerciales con las Islas pasarían del libre mercado actual a ser consideradas como intercambios con un tercer país, esto es, vuelta a los trámites aduaneros y las inspecciones y papeleo derivados. En ese contexto el Puerto de Santander tiene bastante que perder si no toma medidas, tal y como admite la propia Autoridad Portuaria (APS) de la capital cántabra, para lo que se están elaborando planes de contingencia y trabajando en diferentes actuaciones para preservar la actividad actual con este socio.
Porque la competencia tampoco está quieta. Así lo acredita que el director territorial del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) en Galicia, Sergio Prieto, avanzara a comienzos de mes en una entrevista con Europa Press que los puertos de aquella comunidad afrontan una «oportunidad de oro» de atraer tráficos de Santander y Bilbao, los dos principales enclaves con líneas con Reino Unido, ante el «colapso» que pueden padecer debido al incremento de mercancías y controles aduaneros derivados del 'Brexit'. «Hemos detectado que, probablemente, los puertos de Bilbao y Santander tengan más tráfico de mercancías, con mayores inspecciones, y para aliviar la carga que tengan esos puertos es probable que determinadas rutas se desvíen a puertos gallegos por cercanía como vías de escape», diagnosticó Prieto.
25% de las mercancías que pasan por los muelles del Puerto de Santander tienen en la actualidad origen o destino con el Reino Unido, por lo que el escenario definitivo es fundamental para la organización.
Desde la Autoridad Portuaria de Santander hacen su particular análisis de situación, en un momento de incertidumbre total porque aún falta por definir qué tipo de realidad traerá la marcha de Reino Unido de la UE y el tipo de acuerdo, si lo hay, que se alcanzará. Lo que el Puerto tiene claro es que no habrá una oportunidad comercial con esta situación geopolítica. «En principio no se espera que el Brexit pueda traer más tráfico a Santander», arrancan desde la organización que preside Jaime González. Más bien al contrario, de hecho. «El acuerdo final que se alcance, principalmente si se imponen aranceles o no a los productos de Reino Unido o la productos españoles en Reino Unido, sí podría afectar al tráfico», admiten.
Porque los flujos comerciales y de actividad de los muelles santanderinos con Reino Unido no son en absoluto baladí en los balances portuarios. «Aproximadamente el 25% de las mercancías que se mueven por Santander tienen como origen o destino Reino Unido», cuantifica la entidad.
En consecuencia, ¿qué medidas se están preparando para salvaguardar los intereses locales? «Se está trabajando con la Administración de la Aduana y con los Servicios de Inspección en Frontera para buscar la forma más ágil de atender el tráfico procedente de Reino Unido en caso de un Brexit duro. Entre otras cosas se está tramitando la reapertura del Punto de Inspección Fronteriza (PIF)», cerrado en 2013 y que será indispensable para pasar todos los controles fitosanitarios de, por ejemplo, las mascotas que lleguen a la ciudad en los barcos de Brittany Ferries, así como para los alimentos que pasen por la capital.
Aún hay más. El Puerto destaca que «estamos liderando una iniciativa con la Secretaría de Estado de Transporte del Ministerio de Fomento para que, en el momento de conocer exactamente cómo queda la relación aduanera para pasajeros y mercancías entre la Unión Europea y Reino Unido podamos llevar a cabo en coordinación con todas las instituciones afectadas y Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado acciones para garantizar las actuaciones necesarias que garanticen la máxima diligencia en el tráfico que transite por el Puerto de Santander, tanto en exportaciones como en importaciones».
Desde la Delegación del Gobierno en Cantabria, la directora del Área de Pesca y Agricultura, Eva Fernández Insa, tiene claro que «hay que ver cuál es el escenario definitivo» de salida del Reino Unido de la Unión Europea. En todo caso, avanza que sin el Punto de Inspección Fronteriza, en caso de un Brexit duro, «no pueden entrar productos de origen animal», como las mencionadas mascotas que viajen en el ferry.
«El Puerto ha pedido levantar ese PIF, suspendido de sus funciones en 2013 y que a Cantabria le interesa que pueda volver a estar en funcionamiento», anota.
Fernández Insa tiene claro que en el caso de una marcha abrupta el sector pesquero también se vería afectado, al proceder muchas de las capturas de las flotas del Cantábrico de aguas bajo dominio de Reino Unido.
La directora abunda en que el mayor impacto para Santander se centraría en los productos que ocupan las bodegas de los buques de Brittany Ferries, así como en «la gran indertidumbre sobre las condiciones sanitarias» en caso de un acuerdo duro. Como paso fundamental, insiste en la recuperación del clausurado PIF.
Desde Brittany Ferries observan con atención el devenir de las relaciones entre la Unión Europea y Reino Unido. No en vano, dejan claro que su modelo de negocio está basado en escalas de tres horas y que su actividad se vería resentida en caso de que los tiempos se alargasen fruto de mayores trámites burocráticos o de escasez de personal para resolverlos.
La naviera que conecta Cantabria con las Islas Británicas asegura que es «un tema peliagudo». «Si se produce un Brexit duro tendremos un problema grave. No sólo Santander, sino toda España, pues el país recibe cada año 18 millones de turistas británicos», arranca Manuel Pascual, director de la compañía.
«Cualquiera de nuestras líneas transporta un montón de fruta hacia Reino Unido, mientras que buena parte del pescado y marisco que consumimos procede de allí», recuerda el directivo ante un escenario con controles presenciales fitosanitarios y el regreso del papeleo aduanero. En este sentido, rescata algunos problemas, además del PIF que actualmente está cerrado, como que «los veterinarios no trabajan hoy en día los domingos ni los sábados, cuando llegan tres de nuestros buques». En este sentido, aboga por aguardar acontecimientos, dado que la próxima semana se esperan novedades.
Fernando Cámara, delegado especial del Estado en la Zona Franca de Santander, opina que «para nosotros el Brexit sería una oportunidad» por las particularidades fiscales que tiene el recinto, «aunque hemos querido apoyar al Puerto en las actuaciones que debe llevar a cabo para afrontar la situación».
La incertidumbre es la principal caraterística del momento actual ante las diversas opciones que se pueden dar antes de que expire el 29 de marzo, cuando se prevé que Reino Unido deje la Unión Europea. Desde la mencionada salida abrupta y sin acuerdo, hasta un periodo transitorio que pospondría el problema, pasando por un acuerdo sobre las nuevas relaciones.
En concreto, esas medidas giran en torno a lo ya indicado. «Se deben habilitar espacios portuarios para las operaciones del ferry, que serán más lentas», anota, para añadir que «desde Delegación del Gobierno se debe incorporar personal para los puntos de control de fronteras, así como poner en marcha el PIF, que se dejó de usar y se abandonó».
Según datos aportados por la Dirección Territorial de Comercio en Cantabria, integrada en la Secretaría de Estado de Comercio, en 2017 las exportaciones a Reino Unido desde la Comunidad sumaron 147,9 millones, un 14,3% menos que en el ejercicio previo. Por el otro lado, las importaciones totalizaron 151,1 millones, un descenso del 33,3% en relación a 2016.
Un flujo comercial que hoy en día queda en duda a la espera de lo que decida el Gobierno de Theresa May. No son pocos los que aún no quieren hacerse a la idea de una ruptura abrupta y confían en un periodo transitorio o acuerdo consensuado para las relaciones futuras.
La recuperación del Punto de Inspección Fronteriza (PIF) es una medida básica en caso de una salida abrupta del Reino Unido de la UE. Este instrumento evaluaría las condiciones fitosanitarias de los productos animales y vegetales que pasaran por el Puerto.
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