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La Autoridad Portuaria de Santander (APS) sigue trabajando para dotar a sus instalaciones de espacios necesarios para continuar asumiendo el crecimiento del negocio vinculado al tráfico de automóviles, un nicho que prosigue en máximos en los muelles de la capital autonómica y que, por ... consiguiente, demanda cada vez mayor superficie en la que poder ubicar los vehículos entre los traslados. Mientras las explanadas portuarias ofrecen ya de forma característica la imagen de cientos de coches aguardando destino, la institución que preside Jaime González piensa en el futuro, más si cabe cuando circunstancias ajenas como el retraso en el nuevo Muelle de Raos 9 están obligando al Puerto a hacer encaje de bolillos con los terrenos que tiene disponibles.
Así las cosas, la APS tiene entre manos un ambicioso proyecto para solucionar en gran parte la actual coyuntura y obtener equipamientos donde almacenar los automóviles que reciba. El Consejo portuario ya ha dado luz verde a la aprobación económica de la obra para acondicionar una parcela en el Espigón Central de Raos, paralela al Muelle 8 donde atracan los barcos de esta actividad, en la que se aspira a construir un aparcamiento en altura que sirva de punto de inspección antes del envío. El planteamiento gira en torno a un silo con planta baja, cuyo presupuesto de ejecución estimado, IVA incluido, alcanza los 24,7 millones.
75.000 metros cuadrados pretende ocupar el Puerto con su futuro silo para vehículos.
3.000 automóviles será la capacidad de la planta, ampliable a otros dos niveles en el futuro.
1,7% cayó el tráfico de coches en Santander en 2018, un año muy inestable para el sector.
600.000 turismos pretende mover el Puerto en el futuro, con La Pasiega como base para ese salto.
1986 fue el año en que comenzó la relación portuaria con el tráfico de vehículos.
Las pretensiones del Puerto giran en torno a la construcción de una planta de aparcamiento de 75.000 m2, que permitiría custodiar unos 3.000 vehículos. Eso sí, la propuesta mira más a largo plazo, de modo que la pilotación de las columnas permita la construcción de otros dos niveles adicionales en caso de que sean necesarias ampliaciones futuras.
Dada la magnitud de la inversión, aunque los 24,7 millones de importe serán el presupuesto base de licitación, que presumiblemente se verá reducido con las ofertas que atraiga la obra, antes de que se pueda impulsar la adjudicación son necesarios una serie de trámites.
Aquí, de hecho, recaen las principales dificultades para que salga adelante el aparcamiento, al ser obligatoria la aquiescencia de diversos órganos. A saber, un informe vinculante por parte de Puertos del Estado, con carácter previo a su licitación; además de la autorización de la Secretaría de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda.
Aunque el silo es un proyecto que se considera estratégico de cara al futuro, la APS ha movido ficha en diversas direcciones para afianzar un negocio que se ha consolidado como estratégico para la organización. Con la premisa de que el desarrollo en las próximos lustros en este campo gravita en torno a la creación del Polígono de La Pasiega en Piélagos, el Puerto habilitó a finales del pasado año una nueva Zona de Actividades Logísticas (ZAL) para el tráfico -tanto importación como exportación- de turismos, con capacidad para tres mil vehículos en la explanada frente al parque de La Marga, a la derecha de la rotonda que da acceso de Santander desde la Autovía S-10 o avenida de Parayas.
Un espacio necesario que a los pocos días se ocupó al 100%. La estabilización de los suelos, la pavimentación de las tres parcelas que sumaban 89.000 metros cuadrados de terrenos para este fin, el cierre perimetral y la iluminación conllevaron una inversión de 2,26 millones. El propio González ya definió en su momento como un «éxito» la respuesta a esta iniciativa, que en todo caso será provisional si se avanza en el citado polígono de La Pasiega, donde se podrán poner las bases para abordar el objetivo de que Santander mueva 600.000 vehículos por ejercicio.
De lo que no cabe duda es de que el tráfico de automóviles es uno de los nichos fuertes del Puerto, pero también un quebradero de cabeza en cuanto a la obtención de los espacios necesarios. Como referencia, a pesar de toda la incertidumbre que atenazó durante buena parte del anterior ejercicio al sector de la automoción a causa de las dudas con el diésel, el posible 'Bréxit' o la guerra arancelaria iniciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por las dársenas cántabras pasaron 484.030 unidades, frente a las 492.168 unidades de 2017, lo que supone un ligero descenso del 1,7 por ciento.
Por marcas, el 47% de los vehículos registrados correspondió a Renault; el 19% a Volkswagen; el 9% a BMW-Mini; el 7% a Nissan-Infiniti; mismo porcentaje que Ford, mientras que también tuvieron presencia otras marcas como Volvo, Honda o Audi.
El pasado ejercicio fue un año a resaltar en este segmento de actividad toda vez que supuso la conmemoración de la llegada del vehículos siete millones. Un hito celebrado en octubre y que venía a cerrar el círculo iniciado en 1986, momento en el que Cantabria dio sus primeros pasos en el tráfico de automóviles con el buque 'Yuri Avot', que atracó con 399 unidades de marca Lada procedentes de la extinta Unión Soviética.
Poco después se incorporaron marcas como Opel o Volkswagen, un crecimiento progresivo hasta dibujar el escenario actual, en el que se puede decir que todas las firmas de referencia del sector han surcado en algún que otro momento el abra de El Sardinero.
La búsqueda de superficie en la que colocar los automóviles que llegan y salen de Santander ha obligado al Puerto a tomar medidas de emergencia en alguna ocasión. Como práctica 'recurrente', el rescate de concesiones por interés portuario.
Así se produjo, por ejemplo, el año pasado, cuando la Autoridad Portuaria de Santander (APS) acordó el rescate de dos concesiones activas actualmente y que expiraban en diciembre de 2020 para blindar su tráfico de vehículos en el futuro. En concreto, el Consejo de la entidad que dirige Jaime González dio luz verde el 22 de febrero a dar por terminadas las autorizaciones asignadas conjuntamente en 1991 a Cargas y Descargas Velasco SA (Cadevesa) y Cantábrica de Silos SA (Cantabriasil) para la instalación de un cargadero de graneles y materiales pulvurulentos en una parcela de 583 metros cuadrados y una superficie de agua de 2.586 m2, así como para la ocupación de una nave de almacenamiento de mercancías levantada sobre un espacio de 3.000 m2, permiso este último otorgado en 2016. El espacio donde se asientan las concesiones es el Espigón Central de Raos, en la zona adyacente a la terminal pública de vehículos. Es precisamente este emplazamiento el que llevó en diciembre de 2017 al Puerto a notificar a ambas compañías su decisión de dar por concluido el contrato al colisionar con el pujante tránsito de automóviles que alberga la rada santanderina.
Según explicaron entonces desde la propia APS, «con esta actuación se pretende mejorar en la ordenación de terminales del Puerto, en este caso en la terminal de automóviles». Entre los motivos para el rescate, emergía que la instalación que se da por extinta estaba dedicada al tráfico de graneles sólidos, principalmente sepiolita, «bastante pulverulento y poco compatible con un tráfico limpio y de alto valor, como es el tráfico de automóviles».
Al cierre de 2017, Santander contaba con 581.688 m2 para su negocio de vehículos repartidos en 192.851 para el área de exportación; 83.290 para la zona de importación; y otros 305.547 para el entorno de la inspección antes del envío. Sin embargo, dos factores redujeron la extensión: las obras del Muelle Raos 9 (50.000 m2) y la concesión a Santander Coated Solutions para su ampliación (60.000). De ahí la necesidad de aquel rescate.
No sólo eso. La APS también ha aprobado este año el rescate parcial por interés portuario de 4.000 m2 de la concesión otorgada en 2017 a Intermodal Sea Solutions S.L., igualmente emplazada en el Espigón Central de Raos, junto a la terminal de vehículos. La mayor demanda de espacio, junto al incremento de la actividad de la naviera especializada en contenedores CLdN, llevó a la entidad santanderina ha adoptar la decisión para poder reordenar la terminal y que sean compatibles las nuevas actividades que se llevan a cabo en las inmediaciones.
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