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La Autoridad Portuaria de Santander (APS) está a punto de adjudicar otro de sus proyectos estratégicos, más allá del incierto desarrollo del Muelle 9, actualmente en suspenso a la espera de resolver el contrato con FCC ante la imposibilidad de acometer la obra ... en los términos acordados en su momento. El silo de vehículos que la entidad que preside Jaime González pretende levantar en el Espigón Central de Raos, en una parcela paralela al Muelle 8 donde atracan los barcos que se dedican a este tipo de tráfico, está llamado a ser un pilar sobre el que el Puerto pueda seguir afianzando un negocio que viene creciendo de forma sólida en los últimos años, salvo en 2018 y este 2019 en que la parálisis de la industria de la automoción en Europa ha rebajado ligeramente las estadísticas santanderinas. Una obra que salió a licitación por 20,48 millones más IVA y que ha concitado el interés de las principales empresas del sector, que solas o asociadas con firmas locales aspiran a llevarse el suculento contrato.
La APS tiene encima de la mesa cinco propuestas, una vez abiertos los sobres, para acometer el trabajo. Al concurso han acudido la Unión Temporal de Empresas (UTE) OHL-Sato, que ya concurrió para el proyecto del Muelle 9 de Raos; la UTE Adiante-Avintia-Senor; la sociedad Industrias ANRO, Arruti y API Movilidad, esta última firma adscrita al Grupo ACS de Florentino Pérez; SIEC, y Vías y Construcciones (también de ACS); y Acciona.
20,48 millones más IVA fue el presupuesto de licitación de la obra para acondicionar la parcela y hacer el silo.
Rebajas Las cinco propuestas que tiene encima de la mesa la Autoridad Portuaria para acometer la obra rebajan el importe de licitación, aunque hay notables diferencias entre las más agresivas y las más conservadoras.
Menos tiempo En lo que sí han coincidido todos los 'pretendientes' a construir el silo es en reducir notablemente el plazo del proyecto. De los 21 meses previstos se propone un periodo para la obra entre seis y siete meses.
Necesario El silo para aparcar vehículos es una obra crucial para el Puerto de Santander, que ha visto cómo el creciente flujo de coches le dejaba prácticamente sin espacio y ha tenido que emplear soluciones provisionales.
3.000 coches será capaz de custodiar el silo, con capacidad para ser ampliado en el futuro en función de las necesidades.
Errores pasados La presencia de bajas sensibles sobre el precio de licitación entre los ofertantes llevará al Puerto a hilar fino para no repetir una situación como la del Muelle 9 de Raos, que no se pudo hacer al precio establecido.
Con las ofertas en su poder, el Puerto debe hilar fino para no incurrir en la misma problemática que con Raos 9. Del contenido de los sobres se desprende que todas las aspirantes han reducido el importe de licitación, aunque hay notables diferencias entre el planteamiento mas ventajoso económicamente y el más conservador. En los pasillos de la institución portuaria ya se ha hablado incluso de baja temeraria.
Si en el apartado económico ha habido rebajas, más aún se han afinado las propuestas en el plazo de ejecución de los trabajos, que giran en torno a un acondicionamiento de la parcela para enclavar un silo con planta baja de unos 75.000 m2 que permita custodiar 3.000 vehículos. El tiempo previsto en la licitación era de 21 meses, tres de redacción del proyecto y 18 de ejecución. Las propuestas, en cambio, recortan esa pretensión a entre seis y siete meses.
La actuación además mira al largo plazo, de modo que la pilotación de las columnas permita la construcción de otros dos niveles adicionales en caso de que sean necesarias ampliaciones futuras.
Aunque el silo es un proyecto que se considera estratégico de cara al futuro, la APS ha movido ficha en diversas direcciones para afianzar un negocio que se ha consolidado como nuclear para la organización. Con la premisa de que el desarrollo en las próximos lustros en este campo gravita en torno a la creación del Polígono de La Pasiega en Piélagos, el Puerto habilitó a finales del pasado año una nueva Zona de Actividades Logísticas (ZAL) para el tráfico -tanto importación como exportación- de turismos, con capacidad para tres mil vehículos en la explanada frente al parque de La Marga, a la derecha de la rotonda que da acceso a Santander desde la Autovía S-10 o avenida de Parayas.
Un espacio necesario que a los pocos días se ocupó al 100%. La estabilización de los suelos, la pavimentación de las tres parcelas que sumaban 89.000 metros cuadrados de terrenos para este fin, el cierre perimetral y la iluminación conllevaron una inversión de 2,26 millones. El propio González ya definió en su momento como un «éxito» la respuesta a esta iniciativa, que en todo caso será provisional si se avanza en el citado polígono de La Pasiega, donde se podrán poner las bases para abordar el objetivo de que Santander mueva 600.000 vehículos por ejercicio.
Más allá de esta ZAL, la APS sigue demandando espacio, lo que provoca en ocasiones situaciones variopintas como que la explanada que iba a albergar la fallida ampliación que Santander Coated Solutions se llevó a León se utilice como aparcamiento improvisado ante la necesidad de más terreno.
De lo que no cabe duda es de que el tráfico de automóviles es uno de los nichos fuertes del Puerto, pero también un quebradero de cabeza en cuanto a la obtención de los espacios necesarios. Como referencia, a pesar de toda la incertidumbre que atenazó durante buena parte del anterior ejercicio al sector de la automoción a causa de las dudas con el diésel, el posible 'Bréxit' o la guerra arancelaria iniciada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por las dársenas cántabras pasaron 484.030 unidades, frente a las 492.168 unidades de 2017, lo que supone un ligero descenso del 1,7 por ciento.
Por marcas, el 47% de los vehículos registrados correspondió a Renault; el 19% a Volkswagen; el 9% a BMW-Mini; el 7% a Nissan-Infiniti; mismo porcentaje que Ford, mientras que también tuvieron presencia otras marcas como Volvo, Honda o Audi.
El pasado ejercicio fue un año a resaltar en este segmento de actividad toda vez que supuso la conmemoración de la llegada del vehículos siete millones. Un hito celebrado en octubre y que venía a cerrar el círculo iniciado en 1986, momento en el que Cantabria dio sus primeros pasos en el tráfico de automóviles con el buque 'Yuri Avot', que atracó con 399 unidades de marca Lada procedentes de la extinta Unión Soviética.
Poco después se incorporaron marcas como Opel o Volkswagen, un crecimiento progresivo hasta dibujar el escenario actual, en el que se puede decir que todas las firmas de referencia del sector han surcado en algún que otro momento el abra de El Sardinero hasta los muelles de la capital.
La problemática del sector de la automoción sigue dejándose notar en los registros portuarios de 2019. Si el año pasado el tráfico sufrió la mencionada caída del 1,7%, es posible que este año el retroceso se aproxime al 10%, en línea con el comportamiento que ya se consolidó en la primera mitad de ejercicio, con Renault disminuyendo su actividad cerca de los dobles dígitos. La marca gala es un baluarte de este tráfico en Santander, suponiendo su actividad cerca de la mitad de todo el negocio que atesora la Autoridad Portuaria.
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