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El aterrizaje del socialista Pedro Sánchez en La Moncloa tras desbancar al popular Mariano Rajoy vía moción de censura ha estado sucedido de diferentes anuncios y 'globos sonda' en materia económica para tratar de incrementar la recaudación por vía tributaria. Desde un gravamen al diésel ... hasta una mayor presión en el impuesto de sociedades. Además, el nuevo presidente de España explora junto a Podemos la posibilidad de una reforma fiscal que penalice a los ciudadanos con ingresos más altos. En concreto, el nuevo Gobierno estudia junto a la formación morada una subida del tipo impositivo del IRPF para rentas superiores a los 150.000 euros, una idea cuya primera estimación ya ha arrojado cuál sería la cifra próxima de afectados. En el conjunto del país alcanzaría a unos 91.000 declarantes, más de 700 en el caso de Cantabria.
Los datos los ofrece el Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), que avanza que la iniciativa de la izquierda sólo llegaría al 0,46% de los contribuyentes. En cifras, la organización, a partir de las estadísticas del IRPF de 2016, colige que en España 90.788 ciudadanos tendrían que pagar más al fisco. Las primeras aproximaciones al impacto de ese aumento lo cifran en una media de 4.400 euros al año por individuo en el caso de la tributación de los ingresos del trabajo o de la actividad económica, aunque esa cuantía superaría los 21.000 si, como planteó el PSOE meses atrás, también se eleva la presión impositiva sobre los rendimientos del capital de los más pudientes.
En el caso cántabro, a tenor de las últimas cifras en poder de Gestha, 719 ciudadanos tuvieron ingresos por encima de la mencionada suma que ahora el Ejecutivo central pone en cuestión. De todas las declaraciones presentadas en 2017, sólo el 0,26% encajaría en los presupuestos de la reforma socialista. El importe medio de la base liquidable general sometida al gravamen del IRPF en la Comunidad fue de 169.203,6 euros, de modo que los ingresos de esos 719 cántabros superaron los 121,6 millones. La media nacional llega hasta los 228.610,7 euros.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, confirmó a finales de agosto los planes del nuevo Gabinete y la disposición del PSOE a estudiar un aumento del IRPF para las rentas más altas. «El Ejecutivo ha dejado desde el primer momento muy clara su posición de que no iba a subir los impuestos ni a la clase media ni a la clase trabajadora», dijo. Eso sí, en las reuniones presupuestarias con los parlamentarios de Unidos Podemos, éstos pusieron sobre la mesa elevar los tipos a partir de los 60.000 euros de base imponible. Fuentes de Hacienda ya han trasladado la disposición a analizar una subida a partir de 150.000 euros, la cantidad que propuso Pedro Sánchez en abril de este año al presentar desde la oposición su hoja de ruta para la recaudación tributaria.
¿Qué cambios se producirían respecto a los pagos actuales? Teniendo en cuenta la diferencia entre la base imponible general (salarios, pensiones, rendimientos de los profesionales, alquileres...) y la base imponible del ahorro (intereses, dividendos...), en el primer caso el tipo impositivo está dividido en dos partes: una que fija el Estado y otra que determina la autonomía. En el Impuesto sobre la Renta, Cantabria se halla en la actualidad entre los territorios de mayor presión fiscal para los tramos más elevados, con un tipo del 47% por encima de los 60.000 euros y del 48% si superan los 90.000.
Aunque en las negociaciones PSOE-Unidos Podemos no se ha entrado al detalle, el planteamiento que los socialistas hicieron en primavera suponía ampliar el gravamen estatal del 22,5% al 26,5% a partir de 150.000 euros. Gestha ha estimado una recaudación extra de 400 millones en el conjunto del país.
Eso sí, ese cálculo abarca únicamente el impacto en el IRPF correspondiente a la base imponible general. Si se aplica otra sobre las rentas del capital, como el mismo Sánchez propuso en abril, los ingresos adicionales rondarían 1.500 millones (17.500 euros de media por contribuyente). Supone elevar del 23% al 35% el tipo máximo de gravamen del ahorro para quienes, teniendo rentas totales mayores de 150.000 euros anuales, ingresen 50.000 más de rendimientos financieros.
Sin embargo, pese a este punto de partida, el Gobierno de Sánchez no descarta ampliar el radio de ciudadanos susceptible de pagar más vía tributos. Días atrás trascendió que el nuevo Gabinete ha renunciado a aprobar un gravamen específico para la banca, pero sí estaría dispuesto a negociar una disminución del umbral de renta de 150.000 euros a partir del cual baraja aprobar la subida del IRPF. La consecuencia inmediata, que el aumento de este impuesto podría afectar a un mayor número de declarantes.
El PSOE ya introdujo en la negociación para pactar un nuevo Presupuesto para 2019 con las formaciones de izquierdas distintas alternativas para mejorar la recaudación, que pasaban por la lucha contra el fraude (1.500 millones); el tipo mínimo del 15% del resultado contable de los grupos multinacionales en Sociedades (4.000 millones); la mencionada elevación del 22,5% al 26,5% de los tipos marginales de IRPF para rentas de más de 150.000 euros (400 millones); el incremento del tipo sobre las rentas del ahorro para los contribuyentes que obtienen más de 50.000 euros de base del ahorro y unas rentas superiores a 150.000 euros (1.500 millones); y la equiparación del gravamen del diésel y gasolina (600 millones el primer año).
De momento, cualquier decisión está en el aire y a la espera de confirmación.
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