«No se fíen del plan de Nissan, porque lo tuvimos nosotros y miren cómo estamos»

Una jornada tranquila que los representantes sindicales y trabajadores reivindicaron con una consigna clara, «somos obreros, no somos terroristas». Ruiz lo reiteró en la asamblea que se celebró a primera hora en Los Corrales: «Somos trabajadores de Nissan, no buscamos enfrentamientos sino defender nuestros puestos de trabajo». Un mensaje que se concretó con el cambio de turno de las dos de la tarde, con aplausos a cada operario de la planta de Los Corrales que abandonaba las instalaciones y uno mucho más largo cuando gran parte del comité de empresa cántabro salió a aplaudir a los compañeros llegados desde Barcelona, aplauso mutuo «entre trabajadores con problemas comunes». Un encuentro coreado por los visitantes: «Cantabria, escucha, la Nissan está en lucha».

Sobre las 10.20 de la mañana llegó a las calles de Los Corrales un largo convoy de unos 200 vehículos procedentes de Torrelavega, donde se habían congregado los trabajadores de Barcelona que se habían desplazado el martes a distintos lugares de Cantabria, especialmente al camping de Comillas y establecimientos hosteleros repartidos por la región.

Llegaron a la zona de aparcamiento de la recta de la Agüera, muy cerca de las instalaciones de Nissan en Los Corrales, y en ese punto, media hora más tarde, empezaba una manifestación que terminó en los accesos a la planta cántabra, blindados por un férreo dispositivo de seguridad, con agentes de la Guardia Civil de Cantabria y León.

Los representantes sindicales intentaron acercarse a la entrada, incluso solicitaron la mediación de la Policía Local, pero fue imposible. En ese momento arrancó una asamblea de trabajadores en la que Miguel Ruiz comenzó calificando de «una vergüenza» el dispositivo de seguridad de Nissan en Los Corrales. «Hemos venido aquí para seguir manifestándonos para que no cierren los centros de Barcelona, eso es lo que hemos venido a hacer aquí», decía, mientras todos los asistentes a la asamblea coreaban «queremos trabajo».

Miguel Ángel Poiza, secretario general de CC OO en Barcelona, aseguró que «nunca hemos tratado de hacer daño a nadie, y menos a nuestros compañeros de Los Corrales, pero si queríamos hacer ver a Nissan y Renault el conflicto». Advirtió de que «no se fíen mucho del plan de futuro de Nissan en Cantabria porque a nosotros también nos lo pusieron sobre la mesa hace un año y mira cómo estamos ahora».

A Los Corrales se desplazó un sindicalista histórico en Nissan, Antonio Martorell. Lamentó que «el ambiente se ha caldeado sin razón» e insistió en que la movilización era «un toque de atención a los trabajadores de Cantabria sobre lo firmado la semana pasada, porque hace dos años se firmó en Ávila y Nissan no ha cumplido nada». «Que estén ojo avizor porque Nissan no quiere quedarse en Europa, la Alianza se ha dividido y Europa pertenece a Renault».

Sobre las dos de la tarde comenzaron los aplausos entre los locales y los visitantes y, como no podía ser de otra forma, todo terminó con un buen ágape que los comités de empresa de Barcelona habían organizado.

La tarde también fue tranquila hasta que, al caer el día, los trabajadores de Barcelona volvieron a sus vehículos y a descansar ante una jornada, la de este jueves, que será igual de larga. La mañana la dedicarán a concentrarse en Santander, donde esperan poder reunirse con la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones; y el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, con la intención de trasladarles la situación de las plantas catalanas.

Por la tarde las movilizaciones volverán a Los Corrales. No se descarta un recorrido por las calles principales y la concentración frente a las instalaciones de Nissan. Y el viernes, viaje de regreso a Cataluña.