Repsol decidirá el año próximo si amplía la central de Aguayo para que pueda funcionar en 2026

Las últimas novedades se las ofreció el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, al presidente regional, Miguel Ángel Revilla, este jueves en el propio complejo de bombeo reversible, que cuenta como depósito inferior con el embalse de Alsa y como superior con el de Mediajo.

Allí, entre Bárcena de Pie de Concha y San Miguel de Aguayo, la compañía incidió en los pormenores de la ampliación, incluida en el Plan Estratégico 2021-2025, tal y como avanzó este periódico. La estrategia de Repsol pasa por ser una entidad neutra en carbono en el año 2050.

De llevarse a cabo, este proyecto supondría incrementar en un gigavatio (GW) la capacidad instalada de la actual central de bombeo y elevarla hasta un total de 1,4 GW, convirtiéndose en la segunda más grande de España de sus características.

En funcionamiento desde 1982, con la capacidad de almacenar energía, esa ventaja diferencial permite su utilización dentro del sistema eléctrico para compensar los momentos en los que hay exceso de producción renovable, acumulando energía, y los momentos de exceso de demanda, generándola.

Según explicó Repsol este jueves en un comunicado, Aguayo II consistiría en la ampliación de la central, de forma que, «casi sin impacto visual y sin necesidad de realizar actuaciones de relevancia en el embalse de Alsa ni el depósito de Mediajo, se optimice su funcionamiento. Para ello, se instalarían de forma subterránea nuevas conducciones de agua y equipos que permitirían incrementar la potencia de la central hasta cerca de 1.000 MW adicionales, con lo que la producción anual de energía llegaría a los 2.000 GWh/año. La ampliación de la central se configuraría con cuatro grupos de turbinas reversibles de una potencia aproximada de 250 MW cada una».

Imaz abundó en lo anunciado hace meses. «Repsol tiene «la ambición y el deseo» de llevar adelante el plan. «Estamos empujando fuerte para hacerlo viable. Nos gustaría y trabajamos para tomar en 2022 una decisión final de inversión para que pueda estar operativo en 2026.», recogió el Gobierno. Repsol va a buscar una «interlocución adecuada» con empresas cántabras que puedan participar en la fase constructiva.

Por su lado, Revilla trasladó «todo el apoyo» de su Ejecutivo. «Todo va por el buen camino y estamos expectantes y muy ilusionados de que en 2022 podamos ver la obra comenzada», dijo. Además, confió en que la ampliación se incluya entre las actuaciones que obtengan financiación europea, que es una de las «cuestiones pendientes» junto a la regulación.

A la visita a los embalses acudieron también el vicepresidente cántabro, Pablo Zuloaga; el consejero de Industria, Javier López Marcano; la presidenta de Repsol Electricidad y Gas, María Victoria Zingoni; y el director de Generación y Mercados de Repsol, Javier Anzola.