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ZIGOR ALDAMA
BILBAO.
Domingo, 28 de noviembre 2021, 07:01
Los 750.000 millones de euros de los fondos Next Generation EU deberían convertirse en el gran catalizador de la recuperación económica, tras el descalabro provocado por la pandemia, y en el elemento clave de la gran transformación que Europa requiere para acceder a la ... vanguardia tecnológica y dar un salto de gigante en sostenibilidad. El 64% de los españoles encuestados para el Eurobarómetro confían en que los 140.000 millones que le corresponden a nuestro país -a medias entre subvenciones a fondo perdido y créditos- ayuden a superar la crisis, y el 61% están convencidos de que impulsarán las transiciones digital y verde.
No obstante, cada vez más voces critican la lentitud en la gestión de las ayudas y la falta de concreción en los programas. Otros dudan de que las reformas exigidas -la laboral y la de pensiones- culminen y que las subvenciones vayan a llegar a las pymes, la columna vertebral de nuestra economía.
«Las expectativas son tremendas y muchas veces los fondos se ven como el maná que nos sacará de la crisis. Pero cada vez estamos más desencantados con este Plan Marshall», afirmó Eduardo Junkera, presidente de la patronal guipuzcoana Adegi, en el foro 'Fondos europeos: 2022 año clave', organizado esta semana por Vocento y BBVA y conducido por Manu Alvarez, corresponsal económico de El Correo. Participaron los presidentes de las tres patronales vascas, Cebek -Carolina Pérez Toledo-, SEA -Pascal Gómez- y Adegi -Junkera-, y el de la cántabra, Enrique Conde. «De las expectativas a la realidad hay una gran diferencia, porque los grandes proyectos y las grandes cifras que se manejan están muy alejadas del entorno en el que vivimos. Las pymes no pueden presentar proyectos de la escala necesaria y los PERTE -programas marco sectoriales- no están bien definidos», añadió.
duardo Junkera - Adegi
Pascal Gómez - SEA-Empresas Alavesas
Carolina Pérez Toledo - Cebek
Enrique Conde - CEOE-Cepyme Cantabria
Raúl Pérez - BBVA
De esta forma, sobre los Next Gen planea el miedo a que, como sucede con los fondos Feder, no sean usados y regresen a las arcas europeas. Es lo que teme también el 49% de los españoles, que desconfían de que los gobiernos los gestionen correctamente.
«Tenemos la responsabilidad de que los objetivos se cumplan y el dinero se gaste, porque los Next Gen son una oportunidad única que tenemos que aprovechar sí o sí. Nunca antes hemos tenido tanto dinero para invertir, pero el reto es que llegue también a las pymes y a los autónomos para que no se queden atrás 25 años. Si no aprovechamos la ocasión y otros países sí, nos estaremos haciendo el harakiri», resumió Pascal Gómez, presidente de SEA-Empresas Alavesas, que señaló también dos datos relevantes: el 98% de las empresas vascas tienen menos de diez empleados y la media está en solo 4,5 personas en plantilla.
Junkera no está seguro de que la oportunidad de los fondos europeos se vaya a aprovechar y remarcó que, además de «estar basados en un endeudamiento que lastrará a las generaciones futuras», «tienen un carácter incentivador». O sea, que suponen solo el 20% de la inversión que requieren los proyectos. El resto tienen que aportarlos las compañías.
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Carolina Pérez Toledo, presidenta de Cebek, recordó también que los fondos «están condicionados a temas que hay que cumplir antes de fin de año, como son la reforma laboral, la disminución de la temporalidad y la reducción del paro». Son todos asuntos que atañen directamente a las sociedades, por lo que la empresariareclamó que sean estas las principales receptoras de los fondos. «Son las que tienen la capacidad transformadora que se busca y las que van a ejecutar los cambios», subrayó Pérez Toledo.
«Se trata de lograr empresas más competitivas, pero no todas pueden abordar la inversión que requieren procesos tan caros como la digitalización o la automatización, porque el sector industrial vasco está demasiado atomizado. El tamaño de nuestras organizaciones es un hándicap», incidió Junkera. Para solucionarlo, recomendó «reorganizarse a través de procesos de consolidación» que permitan a las empresas ganar el tamaño y la fuerza que requiere competir con más garantías en el mundo globalizado.
Además, para facilitar que las pymes se beneficien de los Next Gen, Pascal Gómez consideró fundamental «simplificar los procesos de acceso a las ayudas, que son farragosos y desincentivan las solicitudes». Un punto en el que logró la unanimidad del resto de participantes en el foro. «Necesitamos una ventanilla única que facilite los trámites, pero no una única ventanilla», incidió.
«Hace falta transparencia y concreción. Y hay demasiadas discrepancias entre lo que se decide en Bruselas y lo que trasladan aquí los medios de comunicación», destacó Pérez Toledo, que también se mostró escéptica sobre el impacto que tendrán los fondos y añadió su preocupación por el actual repunte de los contagios. «Me sorprende que no seamos capaces de establecer un marco para acabar con la pandemia, que al final afectará a la salida de la crisis», comentó antes de apelar a la responsabilidad individual de todos.
El presidente de CEOE-Cepyme Cantabria, Enrique Conde, puso el foco de sus críticas en la eficiencia de los políticos y en el retraso de los fondos: «Los plazos para la presentación de solicitudes son muy breves y, sin embargo, las administraciones no cumplen los suyos a la hora de gestionarlas. Así, hay muchas empresas tractoras, a menudo multinacionales, que aún no han recibido las ayudas. Al principio, 2021 iba a ser el año clave de los fondos. Ahora creemos que será 2022. Y ya veremos».
Raúl Pérez, director del departamento NGEU que el BBVA ha establecido para canalizar los fondos europeos y facilitar su gestión a las empresas, pidió paciencia. Él vaticina que los Next Gen alarguen su recorrido hasta 2030.
«Europa está creando un nuevo mecanismo de política económica que no se pone en marcha en dos días. Es un ambicioso plan de transformación que requiere reformas para sentar unos cimientos sobre los que se encaucen los fondos», comentó, añadiendo que, en su opinión, para las pymes sería de gran ayuda que el anticipo de las subvenciones resultara más ágil y que se concediesen con retroactividad. «No a proyectos que ya estuviesen en marcha, pero sí a los que se iniciaron una vez anunciadas las ayudas», matizó.
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