Revilla propone a Sidenor retrasar la venta de Reinosa hasta después de las elecciones

La relación que Revilla mantiene con Jainaga desde hace años fue uno de los asuntos principales de la reunión privada celebrada el miércoles por la tarde entre el propio mandamás regionalista y el comité de empresa del complejo campurriano, una cita a la que acudieron igualmente la vicepresidenta autonómica, Eva Díaz Tezanos; el consejero de Industria, Francisco Martín; o el alcalde de Reinosa, José Miguel Barrio; entre otros. En la misma, el presidente trató de enfriar la operación y abundó en su rechazo a que avance en las próximas semanas.

El encuentro promovido por los sindicatos tenía por objeto que los trabajadores recibieran información acerca de los interesados en la factoría, segregada en 2017 bajo la denominación de Forgings & Castings después de que el Ejecutivo entrara en el capital social a través de Sodercán con una aportación de 15 millones para hacerse con el 24,9% de la propiedad. Encima de la mesa, el deseo de los representantes de la plantilla para conocer en detalle el proyecto industrial y social de los posibles adquirentes, con el directivo cántabro Javier Cavada, presidente de Highview Power y residente en Londres, en la 'pole' para quedarse con la organización, por la que también están interesados unos traders estadounidenses del acero con los que Sidenor negoció durante buena parte del pasado año.

Sin embargo, según fuentes del comité -compuesto por 11 delegados de CC OO, cinco de UGT, cuatro de USO y uno de CSIF-, Revilla dejó claro que su Gabinete no tiene intención de efectuar ningún movimiento arriesgado antes de los comicios. En paralelo, sostuvo que todavía no tiene toda la información en relación a los pormenores de los ofertantes y que una vez posea los datos se tomará una decisión.

Más aún. Según las mismas fuentes, el presidente regional valoró la «promesa» del presidente ejecutivo de Sidenor, José Antonio Jainaga, de no firmar acuerdo alguno sin informarle previamente. El propio José Miguel Barrio apuntalaba ayer este argumentario y admitió que el jefe del Ejecutivo dejó clara la «no oportunidad» del momento actual para dar el beneplácito político a una operación de este calado con toda la comarca de Campoo pendiente del devenir de los acontecimientos. De hecho, el regidor sí que deslizó que, a tenor del discurso del presidente, cualquier posible transacción será más factible después de la cita con las urnas del próximo 26 de mayo.

El comité insiste en la necesidad de verificar la solvencia industrial y financiera del futuro propietario de la planta de gran forja. El que venga, abundan desde CC OO, debe tener respaldo económico para hacerse con una fábrica que «no es una empresa más» por su influencia en la zona meridional de Cantabria.

Lo cierto es que el discurso de Revilla viene a ratificar la complejidad de una operación que exhibe diversas aristas. Por ejemplo, Sidenor y JC Corporación, la mercantil con la que Cavada pretende hacerse con Forgings & Castings acompañado de un socio industrial, principal cliente de la fábrica de Reinosa; y un aliado tecnológico japonés, trabajaban para poder cerrar la venta en las próximas semanas una vez se aprueben las cuentas del pasado ejercicio. Este mes, de hecho, estaba marcado en rojo en la hoja de ruta de ambas organizaciones.

¿Cuál es el papel del Gobierno entonces? Sodercán tiene que velar por que se mantengan los compromisos adquiridos tras su entrada en el capital en torno a la conservación del empleo y la estabilidad social en la fábrica. Al pacto de socios aún le queda un año de vigencia, por lo que cualquier cambio de dueño implicaría que asumiera estas condiciones, explican fuentes conocedoras de la situación. Por ello, se están produciendo reuniones entre las partes involucradas.