Revilla dice que hay «riesgo» de que Aspla se marche de Cantabria por la huelga

Revilla volvió a instar al diálogo en pos de una solución, cuando se cumplen hoy 48 jornadas con la producción detenida. En esa línea también se pronunció el vicepresidente autonómico, Pablo Zuloaga, que informó de que la problemática empresarial incluso se trató en la reunión del Consejo de Gobierno.

Zuloaga llamó a un entendimiento que permita terminar «lo antes posible» con el bloqueo. La preocupación va en aumento tras el último fracaso del miércoles en la mediación del Organismo de Resolución Extrajudicial de Conflictos Laborales (Orecla), que llevó incluso a que Aspla informara que abandonaba la negociación tras elevar su oferta y entender que el proceso estaba resultando «estéril».

Según Zuloaga, el Ejecutivo quiso hacer este llamamiento para que se busque un acuerdo que permita salir del conflicto «garantizando las mejoras laborales que reivindican los trabajadores», pero también «atendiendo a la necesidad de que una importante factoría de Cantabria como es Aspla reinicie su actividad y vuelva a la normalidad». Así, espera que puedan acercarse posturas entra la parte que defiende los intereses patronales, la empresa; y la que preserva los derechos de la plantilla, «por el bien de las familias, de los trabajadores y también por el bien de la capacidad productiva en nuestra Comunidad».

Tras su comunicado del miércoles en el que daba por rotas las negociaciones, El Diario se dirigió este jueves a la corporación para preguntar si aceptaría someterse a un arbitraje. Según la organización, por el momento «la Dirección de la compañía no contempla esta opción».

En el otro lado de la pugna, los empleados. El comité de empresa anunció un calendario de nuevas movilizaciones que pasan por más concentraciones delante de los hoteles del Grupo y también en la Consejería de Industria. Además, espera que desde el Gobierno regional «tomen cartas en el asunto de una vez por todas y no se queden sus aportaciones en meras palabras».

«Lo mismo que se actúa desde la Delegación del Gobierno para enviar Policía y Guardia Civil, que se empleen con tanta contundencia para poner herramientas que resuelvan el conflicto», señalaron en un comunicado. El Ejecutivo ha insistido hasta la fecha en que el Orecla es el escenario adecuado para intervenir en la pugna, sin implicación directa de la parte política.

La representación social fue más allá y destacó que se mantiene «la unidad» de los trabajadores y que la producción sigue parada, lo que les da «ánimos y fuerza» para seguir adelante en su reivindicación.

También consideró que esta última reunión pone de manifiesto que «la empresa, desde el principio, quiere jugar con sus reglas y en su terreno». «Nos echa la culpa de la situación actual, de tener una actitud inflexible, cuando por nuestra parte estamos seguros de que es todo lo contrario», afirmó.

Un conflicto cuya intensidad sigue aumentando y que amenaza ya claramente a ambos bandos, empresa y plantilla.