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La jornada vespertina en el segundo día de huelga en Aspla se ha desarrollado sin sobresaltos. Al contrario, con la advertencia firme de los trabajadores ... de que su protesta tendrá continuidad. El propio secretario del comité, Javier Gutiérrez (CC OO), expresó el sentir general al trasladar que «sigue sin haber ningún contacto con la empresa. Seguimos igual que antes de empezar la huelga. De momento está siendo todo muy tranquilo, con un 100% de la plantilla sin trabajar -salvo servicios mínimos, los justos para el mantenimiento de las instalaciones, hacer nóminas o informar a los clientes sobre la huelga-. La gente está participando todos por relevo, en la puerta correspondiente. No hemos tenido ningún problema. Lo que ocurrió por la mañana fue un pequeño altercado que no va a ningún sitio. La propia Policía lo ha catalogado como que no fue nada. Esta tarde y esta noche vamos a seguir aquí y hasta que la empresa o el Orecla decidan llamarnos. Ellos conocen nuestras condiciones, nuestros mínimos para negociar. Y estamos a la espera», explicó.
Las primeras 24 horas de la huelga que se vive en el seno de Aspla, joya de la corona del Grupo Armando Álvarez y referente de la industria de Cantabria, se saldaron con las fábricas de plásticos de Torrelavega y Reocín totalmente detenidas por el respaldo mayoritario de las 485 personas que componen la plantilla. Según estimaciones sindicales, en una jornada ordinaria se producen cerca de 100 toneladas.
Una medida de fuerza que, por el contrario, todavía no ha variado las posturas entre las partes, que siguen en el mismo punto que acabaron el viernes en el Organismo de Resolución Extrajudicial de Conflictos Laborales (Orecla). Es decir, sin acuerdo respecto a las actualizaciones salariales y su revalorización con el IPC real como referencia.
La empresa, por el momento, no se mueve de garantizar el 75% del incremento de los precios para cada ejercicio de vigencia del convenio. El resto hasta el 100% insiste en ligarlo a los beneficios, algo que la representación social no acepta todavía.
El motivo, entre otros factores, es el «beneficio récord» que ha obtenido la planta en 2022, según traslada el presidente del comité, Álvaro Fernández (Sindicato Unitario), que agrega que por el momento no ha habido novedades respecto a la negociación. Según se ha trasladado durante las diversas conversaciones, las ganancias en 2022 llegan a los 24 millones.
Es más, el sindicalista señala que a estas horas no hay previsto ningún encuentro con carácter inminente en el Orecla dada la diferencia que separa a las partes, según ha constatado por la mañana el órgano de mediación.
¿Qué lleva a la compañía a una posición conservadora en este conflicto y no garantizar el IPC real pese a la fortaleza de sus cuentas? Entre otras cuestiones, la incertidumbre que tiene por delante, con un nuevo impuesto al plástico cuyo impacto preocupa y, sobre todo, aún no está cuantificado en el seno de la organización.
La entrada a la fábrica de Aspla (Torrelavega) ha recuperado la calma desde media mañana. La segunda jornada de paro ha convocado a decenas de trabajadores a las puertas de la compañía, envuelta en su primera huelga indefinida en 17 años. «Por un convenio digno y por la mejora de las condiciones laborales», reza un cartel colgado en la carpa de los trabajadores, un pequeño campamento donde se han desarrollado algunos momentos de tensión a primera hora de este lunes.
Eran las 08.00 horas cuando «unos 30 o 40 empleados» del personal de oficinas han intentado ocupar su puesto de trabajo, pero el resto de la plantilla se lo ha impedido. El desencuentro, que ha durado unos pocos minutos y ha desencadenado en algunos «empujones y algunos gritos» -como relataba a este periódico el presidente del comité de empresa, Álvaro Fernández-, ha obligado a los efectivos de la Policía Nacional a bajarse de sus vehículos e intervenir para calmar la situación. A mediodía reinaba la calma en el recinto.
Ya han pasado 24 horas desde que empezó este paro sin precedentes en los últimos lustros, tanto en Torrelavega como en Reocín. En estos primeros compases de la movilización, el comité solo ha permitido el paso a las instalaciones fabriles de ambos lugares de unos retenes de servicios mínimos: un encargado de planta, un bombero y un profesional de la parte eléctrica. También se ha dejado que ocupen su puesto a un trabajador del departamento comercial y a otro de Recursos Humanos para que las nóminas del mes salgan adelante.
Y es que precisamente es la nómina la que tiene en la calle a estas horas, en todas las entradas de las factorías, a los trabajadores correspondientes por turno. El comité de empresa y la dirección de la compañía llevan meses de negociación sobre un incremento salarial que la plantilla de Aspla quiere ver «en línea con el incremento real del IPC», mientras la oferta empresarial se queda un 30% por debajo de esta aspiración de la mano de obra. La plantilla, además, quieren firmar un convenio a tres años, mientras que la empresa quiere uno más.
Todos los trabajadores en huelga están citados este lunes a hacer guardia a las puerta de la factoría por la que acceden habitualmente a su puesto de trabajo. El comité de empresa no ha tenido contacto con la dirección en las últimas horas. «Estamos esperando a que los responsables de la negociación muevan ficha», ha declarado Álvarez.
La redacción de EL DIARIO MONTAÑÉS trabaja en estos momentos para actualizar y completar esta información.
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