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Uno de los bancos instalados en Santander junto a una de las tarjetas que sirven de materia prima. Daniel Pedriza

El Santander, premiado en Reino Unido por reconvertir tarjetas de crédito en bancos

La entidad se ha hecho con el galardón de Mejor Iniciativa de ESG en pagos en los 'Pay360 Awards' por el mobiliario que se pueden encontrar en la capital cántabra y en otras ciudades de España

Héctor Ruiz

Santander

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Jueves, 3 de octubre 2024, 12:57

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En Santander los primeros en verlos y sentarse en ellos fueron los vecinos de Monte. Más tarde se instalaron en otros puntos de la ciudad, como por ejemplo en Cueto, en Nueva Montaña y Peñacastillo. Hablamos de los 30 bancos fabricados con tarjetas de crédito que donó a la capital cántabra el Santander. Seguro que han reparado en ellos por su característico color rojo. Todos ellos forman parte de un proyecto de economía circular que la entidad de Ana Botín puso en marcha para reutilizar todos esos plásticos de pago que han quedado obsoletos de sus clientes y que ahora se ha llevado premio. En concreto es en el Reino Unido donde ha sido galardonada con el primer premio de los 'Pay360 Awards'.

El proyecto de fabricación de mobiliario urbano del Banco Santander, en el que colabora junto a Giesecke+Devrient como socio, se ha hecho con el primer puesto de los premios en Mejor Iniciativa de ESG en pagos. Los 'Pay360 Awards' están organizados por The Payments Association de Reino Unido y en ellos concurren más de 300 candidaturas anuales. El objetivo de la convocatoria es reconocer cada año a las empresas del sector de pagos que han logrado avances significativos en este ámbito. La asociación entrega un total de 21 reconocimientos en distintas categorías.

El mobiliario urbano en cuestión que es fruto de esta premiada iniciativa se fabrica partiendo de 900.000 tarjetas de pago caducadas (4,5 toneladas de plástico) del Santander, que son devueltas por los propios clientes. En ese proceso, también se hace uso de otros desechos como redes de pesa recogidas en el mar y en las costas con el fin de reducir el impacto medioambiental de la empresa. El resultado son los peculiares bancos rojos, con una textura muy particular, que no sólo se pueden ver en la capital cántabra, también la entidad los dona a otros organismos públicos para su colocación en parques y calles de todo el país, por ejemplo en Valencia y Málaga.

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