El sector cántabro de automoción rebaja un 30% su actividad por los altos costes

Los 30 socios actuales de GIRA suponen una parte importante del PIB industrial de Cantabria. Su facturación conjunta se sitúa en los 2,200 millones de euros y sus empleados son unos 7.900.

Dentro de Gira hay socios como GSW o Nissan que son grandes consumidores de energía y el resto se enfrentan a la subida de costes en mayor o medida. En algunos casos la reducción de la producción llega a superar el 70% mientras que en otros apenas ha afectado. Lo que si está reduciendo claramente es el margen de beneficio de las más pequeñas ya que la factura eléctrica ha pasado de 60.000 a 140.000 euros mensuales.

La industria de la automoción, tanto en Cantabria como a a nivel nacional, ve como principal problema el descenso de las ventas y la escasez de materias primas así como la disponibilidad de los proveedores habituales.

Desde el clúster GIRA se ha realizado una encuesta entre las semanas 38 y 41 (septiembre-octubre) sobre la repercusión de los sobrecostes de materias primas y energía a los clientes. En el primero de los casos, el 46% de los clientes aceptaron una repercusión parcial de los costes; un 18% asumieron el sobrecoste total; un 24% no aceptaron pagar más y un 12% negociaron otras condiciones. En definitiva, más del 70% de los clientes si asumieron que la situación de las materias primas repercutiera en su factura. Sin embargo, en el caso del sobrecoste por los elevados precios de la energía la respuesta de los clientes ha sido muy diferente. Así, el 53% se ha negado ha aceptar la subida y únicamente un 31% ha admitido la repercusión parcial.

Ante esta situación, GIRA organizó este viernes, junto con la consultora Enerjoin, 'partner' energético del clúster de automoción de Aragón CAAR, una jornada con ánimo de explicar las razones que han desatado esta crisis y lo que pueden deparar los próximos meses.

«El sector de la automoción, motor fundamental de la industria cántabra, es uno de los más preocupados por los altos costes de la luz y el gas, ya que suma este hándicap al de la crisis de componentes y materias primas, y pone en serios aprietos a un sector que ya se está viendo obligado a realizar paradas en sus plantas», valora Celia Monsalve, gerente del clúster cántabro.

Durante la jornada, Carlos Martín, director de Operaciones de Enerjoin, y una de las voces más autorizadas en materia de mercados de luz y gas, explicó por un lado el coste del gas, tecnología cara de por sí dada la escasez de la misma en Europa y el alto volumen que es necesario quemar para la generación de electricidad, y que se encuentra en máximos históricos tras la crisis del covid-19. Del otro lado, el alto coste un mercado de emisiones de CO2 cada vez más al alza, por la restricción de unos derechos de emisión cada vez más acotados por la estrategia de descarbonización de la Unión Europea, y que no ha pasado desapercibido para algunos fondos de inversión, disparando así la especulación.

Las previsiones tampoco son nada halagüeñas ya que la escasez en el aprovisionamiento de gas a nivel europeo hace que ante un hipotético invierno frío, el precio se convierta en un mal menor y puedan surgir los primeros problemas de suministro eléctrico y de gas.