El sector turístico defiende su aportación a la región aunque admite que «hay que mejorar el modelo»

«El turismo está ganando peso en la economía de Cantabria en detrimento de la industria». Es una frase cada vez más manida, pero eso no la convierte en un cliché carente de razón. No sólo en términos de Producto Interior Bruto (PIB), también de empleo. Sin ir más lejos, de las listas de desempleados de la región de julio desaparecieron 724 nombres, de los cuales más de la mitad, 453, se integraron al sector servicios. Y es ahí donde aparece la ya trillada mención, que en el caso de los sindicatos suelen citar con cierta preocupación porque alertan de que el empleo generado por hostelería, hotelería y comercios suele conllevar altos niveles tanto de temporalidad como de precariedad. Sin embargo, desde las asociaciones vinculadas al turismo en la comunidad creen que la clave no está en apostar por una reindustralización para poner freno a su actividad, sino que se debe seguir creciendo en calidad y encontrando vías para una desestacionalización que pueda redundar en más estabilidad y mejores condiciones para sus empleados.

Las cabezas visibles del sector turístico en Cantabria sí ven que existe «cierta demonización» cuando se resalta que su sector está en plena ebullición. «Trasluce que nuestra actividad tiene un efecto perjudicial porque tradicionalmente la industria ha generado empleo más estable, pero también creo que es digno de mencionar que nuestro sector cada vez está empleando a más gente», incide el presidente de la Asociación de Turismo Rural, Jesús Blanco, que a su vez recalca que «además hay que tener en cuenta otros factores como todo lo que genera alrededor, por ejemplo en torno a alojamientos de pueblos se están desarrollando negocios de producción de kilómetro cero y la oferta gastronómica se está multiplicando».

Por ello, Blanco insiste en que «esto no hay que enfocarlo como que el turismo sea la ruina y la industria sea la salvación». No obstante, tampoco cree que la clave sea un enfrentamiento entre sectores. Algo en lo que le apoya el presidente de la Asociación de Hostelería de Cantabria, Eduardo Lamadrid, que incide en que «hay que intentar potenciar todos al máximo, y no atacar a uno para beneficiar al otro». De hecho, incide en que sí que detecta «cierto 'turismofobia'» y mantiene que el sector todavía puede dar mucho más de sí. «No existe una masificación en la comunidad por mucho que digan determinados sectores», afirma.

No obstante, tanto Blanco como Lamadrid coinciden en que ciertas críticas que se achacan al sector servicios son ciertas y que «todavía hay que encauzar muchas cosas» y mejorar el modelo turístico. En concreto, la clave más evidente para ellos está en la de seguir destinando esfuerzos para conseguir desestacionalizar la temporada de afluencia de visitas a la autonomía, algo que, mantienen, «poco a poco vamos consiguiendo».

Es un aspecto en el que también está de acuerdo el presidente de la Asociación Campings de Cantabria, Eneko Valle, que incide en que «cada vez vamos dando con más claves, mejorando instalaciones y ofreciendo más servicios para atraer a los clientes más allá del verano». Además, ofrece otra de las claves para mejorar el sector. Y es que hay que profesionalizarlo. «El turismo no es malo, pero tiene que estar controlado y reglado», esgrime e insiste en que «no puede haber pisos que no están dados de alta, prados sin controlar y demás ofertas al margen de la ley porque eso sólo hace que venga un turismo de menor calidad».

A la pregunta de si creen que desde el Gobierno están más centrados en apoyar a otros sectores económicos los tres lo niegan. «La relación es fluida y nos atienden, aunque obviamente uno siempre quiere más», afirma Valle. Sin embargo, el presidente de los hosteleros sí que se muestra algo más crítico porque «hace falta terminar con el problema de las viviendas turísticas y el Ejecutivo debe dar los pasos que tiene que dar, sé que hay buenas intenciones pero hay que plasmarlas». Mientras que por su parte Blanco, que tampoco cree que se les desatienda en favor de otros sectores económicos, sí que reconoce que echa en falta un mayor esfuerzo por parte del Gobierno en algunas cuestiones que se les ha trasladado como la de «hacer una campaña especifica del turismo rural».

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