Sidenor completa su marcha de la planta de forja de Reinosa al salir del capital

Fue el 11 de noviembre de 2019 cuando en una rueda de prensa en Bilbao el presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, confirmaba que la siderurgia había cerrado la transmisión del 75,1% de Forgings & Castings, la división creada en 2017 para segregar el negocio de forja y grandes piezas, con la participación del Gobierno cántabro con el 24,9% del capital. Esa parte fue la que recompró la firma vasca en plena negociación con NFL durante el verano y con la que se mantenía hasta ahora dentro del compromiso anunciado hace un año de «garantizar una transición ordenada», para lo que permanecería como socio temporal, además de adquirir 30.000 toneladas anuales de lingote de la factoría campurriana durante seis ejercicios.

Ese periodo transitorio ya ha concluido y Forgings & Castings navega con el único rumbo que marquen los empresarios Benedikt Niemeyer, Jason Fowler y el citado Liimatainen. La salida de Sidenor se ha producido prácticamente al año de concretarse la operación. En aquel momento no se quiso precisar durante cuánto tiempo seguiría como socio minoritario hasta transferir el total del capital.

Eso sí, además de como cliente de lingote, Sidenor todavía se mantiene como 'aliado' de Forgings & Castings en otros aspectos, como la garantía de soporte de determinados servicios.

El grupo dirigido por Jainaga continúa así con la hoja de ruta dibujada cuando el empresario y un grupo de directivos se hizo con los activos que la antigua Gerdau tenía en España. Era 2016, y desde el primer momento el equipo gestor dejó claro que Reinosa no entraba en sus planes futuros al entender que no tenían capacidad para desarrollar su actividad en Campoo, priorizando sus instalaciones del País Vasco, así como otros puntos de la geografía nacional.

Sidenor, con todo, explota todavía en Reinosa el tren de laminado, en el que trabajan cerca de 130 personas. Precisamente estos empleados se encuentran hoy en día inmersos en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que la corporación ha tenido que aplicar a toda su plantilla –más de 1.500 efectivos– para soportar la actual coyuntura coronavírica y la derivada caída de actividad en sus centros productivos. Hay sectores como la automoción, aún en un laberinto ante la fluctuante demanda, las tensiones arancelarias y la transición hacia la electrificación, que suponen nichos para la compañía, que ahora se ve obligada a ajustes.

De cara al futuro, otra preocupación denunciada por los representantes sindicales durante la negociación del ERTE. En la documentación justificativa del expediente se incluía el informe de una consultora que recomendaba una «concentración de producciones». El propio Jainaga, en aquella rueda de prensa en la capital vizcaína de hace 12 meses, ya admitía que tanto el tren de laminado cántabro como el guipuzcoano de Azkoitia estaban operando entonces a la mitad de su capacidad.

Con este paso Forgings & Castings prosigue su camino, ahora en solitario. Un proceso que incluso tiene previsto un cambio de nombre que ahora adquiere más sentido toda vez que Sidenor, que figura en la nomenclatura de la compañía, ya no cuenta como accionista.

En una entrevista concedida a El Diario en junio, el propio Liimatainen insistía en «que la diversificación va a ser una clave de la estrategia, así como mantener nuestra clientela habitual y conseguir nuevos clientes no solo en Europa, sino en todo el mundo». Una expansión que ya se había concretado con acuerdos en Asia y Norteamérica, donde NFL siempre había presumido de vinculación y conocimiento de mercado.

Aún así, lo que resulta evidente es que en un mercado como el de Forgings & Castings la incertidumbre juega un papel importante. En una época como la actual esos interrogantes se incrementan de cara a las previsiones del próximo ejercicio.