Sidenor invierte los primeros 10 millones en el capital de la nueva sociedad de Reinosa

Se espera que para el próximo 9 de noviembre la nueva empresa campurriana, que aglutinará los activos de forja pesada y fundición de Sidenor, ya disponga íntegramente de su capital social, establecido por los acuerdos entre Sidenor y el Gobierno de Cantabria a través de la sociedad pública Sodercán en 60 millones de euros. Ese día se firmarán ante notario los últimos documentos y Sodercán entregará 15 millones de euros para hacerse con el 24,9% del capital. El dinero viene de un crédito del Instituto Cántabro de Finanzas (ICAF) que la empresa pública devolverá en dos años con cargo a su propio presupuesto, de ahí que el compromiso se traslada a las cuentas regionales, que tendrán que incrementar el presupuesto de Sodercán a razón de 7 millones de euros para los de 2018 y 8 millones para los de 2019.

El acuerdo de la segregación y el cierre de la operación, que se negoció intensamente durante finales de 2016 y los primeros seis meses de 2017 y se firmó el pasado 20 de junio, está ya casi en su totalidad negociado y se ha centrado en las relaciones en todos los aspectos entre la nueva empresa y la 'vieja' Sidenor. La consultora PKF valoró el flujo previsto de compra y venta de productos y materias primas entre Forgings and Castings y Sidenor para que los intercambios fueran a precios de mercado. Las dos partes han aceptado el informe, que ya se ha unido a los documentos de la segregación tras una última revisión por un tercero independiente.

En este momento solo queda ratificar el preacuerdo alcanzado sobre la repercusión en la nueva compañía de los gastos generales de Sidenor. En un principio la partida anual es de 29 millones de euros.

Expertos independientes ya han establecido y testado que la formulación de estos gastos es la misma para todas las fábricas del grupo, pero Sodercán ha solicitado una nueva revisión y un nuevo ajuste que estará listo en los próximos días.

Mientras culminan los trámites burocráticos, avanza la división interna de la factoría, con una separación física efectiva, entradas distintas y ajustes en los suministros de materias primas (electricidad, gas) hasta ahora comunes. También se separarán los sistemas informáticos y se reajustarán los servicios de mantenimiento para adaptarlos a la nueva situación.

La división tendrá un efecto añadido: el taller en el que está ubicada Forjas de Cantabria (que se recupera de una crisis que la abocó al cierre de no haber mediado también Sodercán) quedará dentro de los terrenos de la nueva empresa. Esta circunstancia facilitará sin duda la negociación sobre los precios de alquiler, uno de los detonantes de la difícil situación por la que ha atravesado Forjas.

La nueva compañía se marca como uno de sus principales objetivos recuperar mercados perdidos o abandonados obligatoriamente en los últimos años por la imposición de Gerdau, que impidió a Sidenor competir con la planta similar brasileña de Villares Rolls. Se intentará así, y lo refleja el plan industrial que ya se está aplicando, volver a comerciar con clientes históricos como Outokumpu, ThyssenKrupp o Man Diesel&Turbo tanto en Europa como en América, y especialmente en Estados Unidos. Sidenor Forgings and Castings abordará un plan de inversiones global de 12 millones de euros (4,5 millones en activos fijos y otros 7,5 millones de euros para el mantenimiento y mejora de las instalaciones durante los próximos tres años) que garantizarán las mejoras en la producción requeridas y la puesta en marcha de nuevas producciones en el área de laminaciones de diámetros más gruesas (que se concentrará en Reinosa).

El plan establece una plantilla de 616 personas a diciembre de 2016 (431 trabajadores en piezas, 75 en acería y 110 en laminación). Este número se alterará con las 68 bajas que se esperan en los próximos tres años por jubilaciones e incapacidad y se estima que habrá 80 nuevas contrataciones en los próximos seis años.