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El tiempo pasa y los problemas no sólo se mantienen, sino que se agudizan. La industria ya andaba sumida en múltiples tribulaciones a finales del año pasado, unos desafíos que el coronavirus ha venido a elevar de manera exponencial al desplomar la mayoría de los ... mercados y sectores de actividad. En el centro de las preocupaciones, el coste de la energía y el diferencial «inasumible» respecto a otras compañías competidoras de, por ejemplo, Francia o Alemania.
El sector secundario lleva más de un año aguardando a que la Administración haga oficial su batería de medidas para paliar la factura eléctrica, unos incentivos esperados con avidez por los grandes consumidores. El tiempo, en cambio, se agota y hay varias ramas de actividad que necesitan una solución inmediata.
22euros de diferencia por megavatio/hora sufre la siderurgia frente a Alemania o Francia.
Tal es el caso de la siderurgia, un negocio electrointensivo que ha reclamado al presidente del Gobierno nacional, Pedro Sánchez, que ponga en marcha de forma urgente las soluciones anunciadas meses atrás y que la crisis del covid-19 ha relegado a la carpeta de asuntos secundarios. Días atrás la Unión de Empresas Siderúrgicas (Unesid) hizo frente común con UGT y CC OO para reclamar al Ejecutivo central un recorte de los costes energéticos.
En una carta firmada por las tres organizaciones, a la que ha tenido acceso este periódico, los remitentes se dirigen a Sánchez para «expresarle nuestra preocupación por el impacto negativo que tiene en la industria siderúrgica española – y en el empleo que genera– la ausencia de medidas concretas que eliminen la brecha competitiva que genera el precio de la electricidad que paga tanto la siderurgia como otras industrias electrointensivas, en comparación con los de los países de referencia de la Unión Europea, en particular Francia y Alemania».
Afectados
Sentada esta premisa, la carta, respaldada por empresas cántabras como Global Steel Wire, entra en materia. «Desde finales de 2018 está pendiente la aprobación del muchas veces prometido estatuto del consumidor electrointensivo. En todo este periodo de tiempo se han aprobado varios Reales Decretos Leyes, algunos en el ámbito de la energía, sin que la voluntad política reiterada por el Gobierno haya encontrado acomodo en ninguno de los textos». Otras compañías estratégicas de la Comunidad, como Ferroatlántica, igualmente han urgido a la Administración a dar luz verde de una vez por todas a este estatuto para mitigar costes.
No sólo eso. «Se nos ha repetido en diversas ocasiones que la voluntad política del Gobierno es abonar en cada ejercicio el máximo autorizado –por compensaciones de sobrecostes por el comercio de gases de fecto invernadero– por la Comisión Europea (300 millones en 2020). Esto es especialmente significativo para la siderurgia española, muy electrificada y muy centrada en el reciclado del acero que, si recibe el apoyo efectivo de las autoridades, ya está situada en primera línea de la parrilla de salida hacia la necesaria neutralidad climática respecto al resto de países europeos. Sin embargo, la convocatoria reciente se refiere a la cifra, simbólica, de seis millones, lo que supone una pésima señal», afean.
consecuencias
«Nos preocupa también la 'muerte' del servicio de interrumpibilidad. La retribución percibida por la industria electrointensiva e interrumpible por este servicio ha ido disminuyendo con el paso de los años hasta quedarse en una cuantía menos que simbólica en la última subasta de diciembre de 2019».
Sobre el futuro, «se ha anunciado que el Gobierno va a retomar (18 meses después) el estatuto del consumidor electrointensivo. Lamentamos decir que nuestra industria valoró muy negativamente el efecto real y cierto que hubiera tenido el último borrador conocido, por cuanto la única rebaja que preveía para la siderurgia era de 56 céntimos de euro por MWh [sic]. Nuestras estimaciones de diferencial de precio final (el que de verdad importa) para los sectores realmente electrointensivos respecto de Alemania se sitúan en el entorno de los 22 €/MWh, lo que contrasta con la rebaja de 56 céntimos que establecía el borrador».
Por ello, se reclama un estatuto que garantice «una solución real y efectiva»; una nueva subasta de interrumpibilidad óptima; el anuncio público del Gobierno para una compensación máxima por costes indirectos de CO2; y que se incluya a la siderurgia dentro de los planes de formación y recolocación profesional planteados para el sector del automóvil.
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