Sniace avanza hacia su desaparición

La parte más visible se concentra por el momento en torno a la planta de cogeneración, vendida a su vez a una compañía americana. En dicho emplazamiento se amontonan metales, cableado y diferentes equipamientos, que acabarán en desguaces o empresas especializadas en recepción y comercialización de chatarra.

Esta parte de la liquidación se saldó con operaciones que sumaban menos de dos millones de euros. Como explicó El Diario en junio, el importe sorprendió incluso internamente toda vez que el complejo industrial no es sólo que tenga kilómetros y kilómetros de material altamente valioso como acero inoxidable o el propio hierro, sino que muchos de los equipamientos y maquinaria contaban escasos años de vida, con desembolsos que totalizan decenas de millones de euros.

Como ejemplo, la depuradora de agua supuso una inversión de 24 millones. La planta de blanqueo en su momento fue calificada como la más moderna de Europa. Las nuevas cortadoras de fibra se llevaron otro millón... Estas últimas prácticamente nuevas dado el abrupto cierre de 2020 cuando la organización ya había apostado por esos nuevos productos especializados en el ámbito de la viscosa.

Así las cosas, fuentes conocedoras del sector destacaron en su momento el gran negocio de los compradores, tanto al hablar del metal como de la maquinaria. «Millones de euros» hay sólo en material, señalaron. Consultados entonces por este periódico, los administradores sostuvieron que el precio de las subastas era libre y se aceptaron las pujas más elevadas.

Un proceso de desmontaje y traslado que no es sino el aperitivo de la venta final del grueso de los activos, especialmente el perímetro forestal y los terrenos del complejo, en este último caso tras las subastas celebradas en julio y cuyas operaciones están a la espera del visto bueno de los acreedores para que el Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Madrid otorgue igualmente su autorización.

En ambos casos el desenlace se espera que esté al caer. Así será seguramente en el pulso por los activos forestales. Ence e IBS Capital se verán en Madrid en las próximas horas para participar en una subasta cerrada que dirima de forma definitiva quién se queda con esta parte del negocio de Sniace, en liquidación desde febrero de 2020. La última novedad al respecto se ha conocido hace escasos días, cuando el juez desestimó un recurso de IBS en el que se oponía a esta fórmula.

En cuanto a los terrenos, igualmente se ha trasladado a las partes inmersas en el procedimiento concursal el desenlace de todas las pujas. Como adelantó El Diario, la alianza entre la constructora cántabra Copsesa y el promotor de proyectos renovables RIC Energy ganó la subasta por la finca principal, donde se enclava el centro de producción, con una oferta de 6,2 millones, impuestos aparte. Los vencedores proyectan una fábrica de hidrógeno en dicho suelo. También se hicieron con la Finca nº 2, valorada en más de 1,8 millones, por 525.000 euros más impuestos, una finca con potencial terciario. El resto de parcelas irán a particulares y a un desguace con pujas que oscilan entre los 46.000 y los 2.001 euros. La Finca 5 no atrajo inversores.

El tiempo que tarde el desmontaje afectará a la nueva propiedad. Los futuros dueños sólo entrarán cuando acabe el trabajo.