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El proceso de liquidación de Sniace, llamado a satisfacer las deudas con sus acreedores y poner fin a la histórica fábrica de Torrelavega tras la venta de su patrimonio, no resarcirá a las empresas y organismos que se quedaron con cuentas pendientes. Al menos ... así lo apunta el último informe trimestral presentado por los administradores concursales al Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Madrid, que sitúa el pasivo de las tres sociedades principales del grupo -Sniace, Viscocel y Celltech- en los 155,2 millones de euros. Como referencia, tras anunciar el cese de actividad industrial en febrero de 2020, esta partida llegaba a los 115 millones. A finales de 2022, todavía sin empezar las enajenaciones, ya se había situado en el entorno de los 150 millones.
La cuestión es que Sniace ya ha traspasado casi todo su inventario, incluida toda la chatarra y materiales de las instalaciones -a una firma leonesa y otra catalana-; equipamientos relativos a la cogeneración, para una compañía estadounidense; o su negocio forestal, en este caso a Ence por más de 10,8 millones. Algunas transacciones aún no figuran en las cuentas.
1,62 millones tiene el Grupo en sus cuentas entre Sniace, Celltech y Viscocel.
1,15 millones de kilos de materias primas contenidas en tanques ha vendido Sniace.
Todas esas operaciones, junto a la comercialización de diversos terrenos, no han servido para adelgazar el montante que aparece cada trimestre en los créditos contra la masa. A 6 de junio Viscocel tiene 60,94 millones pendientes de hacer frente; Celltech 49,18; y Sniace 45,07. El saldo en cuenta es de 1,62 millones (577.809,16 euros de Sniace; 638.879,63 de Viscocel; y 404.296,62 depositados en Celltech). Los máximos afectados, las compañías, proveedores cántabros y organismos oficiales que ya dan por descontado que no podrán cobrar.
Porque, además, el proceso de liquidación se extiende por más de cuatro años. De hecho, el último es el decimoséptimo informe trimestral que los concursales, José Luis Ramos Fortea y Pedro Vilella, remiten al juzgado.
El final no parece próximo, toda vez que según se detalla en dicho informe, al que ha tenido acceso El Diario, todavía restan diversas labores de descontaminación y recogida de residuos del recinto industrial. Incluso algunos de estos trabajos, concernientes a la depuradora, se extenderán durante el último tramo del año.
Porque el achatarramiento, recogida de residuos y posterior contaminación es todo un factor. Así lo reconocen los administradores en su informe, que señalan este proceso como pendiente para poder formalizar la última gran operación: la venta de los terrenos principales a Dardo Power SL por 6,2 millones, la sociedad con la que Copsesa y RIC Energy participaron hace casi un año en las subastas de las fincas y donde pretenden levantar su fábrica de hidrógeno y derivados.
De momento, el Gobierno de Cantabria tendrá que dar luz verde al cierre definitivo de las autorizaciones ambientales de Sniace. Los concursales señalan que de los trabajos y muestreos realizados en primavera se desprende un nivel de contaminación medio-alto «característico de los terrenos industriales históricos», además de haberse hallado algunos puntos con nivel alto, que deberán ser gestionados tanto en suelos como en aguas retenidas.
De momento, se han retirado 1,12 millones de kilos de residuos peligrosos y no peligrosos -aún resta casi un tercio del proceso-; y se han vendido 1,15 millones de kilos de materias primas contenidas en tanques, tales como sosa, ácido sulfúrico o agua oxigenada, entre otras.
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