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JESÚS LASTRA
Domingo, 20 de febrero 2022, 07:10
La semana pasada se cumplieron dos años de una efeméride que ya figura en la 'historia negra' de la economía de Cantabria. El 13 de febrero de 2020, cuando todavía el covid no había zarandeado al país, Sniace trasladaba a la Comisión Nacional del Mercado ... de Valores (CNMV) el cierre del complejo industrial situado en Torrelavega y la consiguiente solicitud de liquidación.
La empresa que entonces presidía Gema Díaz Real tras tomar el relevo de Blas Mezquita, y que contaba con la ingeniería asturiana TSK como máximo accionista, explicó al mercado que ya no podía más y que el recorte de las retribuciones a la cogeneración -con la consiguiente rescisión avanzada dos días antes por Cogen para romper el contrato por el que gestionaba y explotaba la planta de cogeneración que alimenta la producción del complejo cántabro- fue la puntilla para un tortuoso camino que no pudo adquirir firmeza desde la reapertura progresiva de las instalaciones en 2016.
Desde entonces un largo, y lento, proceso en el que se da la paradoja de que la organización mantiene a cerca de 60 trabajadores en plantilla y que cobran la nómina puntualmente, igual que los administradores concursales, con la actividad centrada en la explotación forestal. La fibra y la celulosa quedaron aparcadas desde ese fatídico febrero de 2020.
Francisco Plaza - Comité de empresa
Javier López Marcano - Gobierno de Cantabria
Como próxima referencia, y que ya sí que debe marcar un antes y un después en el futuro del procedimiento que pilota el Juzgado de lo Mercantil nº 2 de Madrid: el 20 de abril. Ese día acaba el plazo de seis meses otorgado a los potenciales interesados para presentar sus ofertas por la unidad productiva. En caso de no concurrir inversores, la siguiente etapa sería la de subastar los activos en diferentes lotes.
Antes de ese momento ha habido que transitar por otras fases que se han demorado más de lo previsto, covid aparte, con especial incidencia en la tardanza en aprobar el plan de liquidación, que estimaba un valor de mercado, sobre el papel, de 144,2 millones. Como otro palo en la rueda, los diferentes recursos de acreedores que el tribunal tuvo que resolver, así como la propia complejidad del caso, motivo por el que los propios administradores concursales solicitaron en 2021 prorrogar otro año más el proceso y llevarlo a buen puerto.
¿Va a haber ofertas? Todo parece indicar que sí, aunque aún queda por concretar de qué tipo y con qué fines. Según ha ido contando El Diario en este tiempo, sí que al menos dos proyectos diferentes tratan de encontrar socios industriales y, sobre todo, financieros, para iniciar una nueva aventura sobre los cimientos de Sniace en torno a la fibra y la celulosa. En paralelo, otros interesados en parte de los activos o con otras expectativas para esos jugosos terrenos.
Lo que sí parece claro es que en caso de presentarse propuestas firmes éstas llegarán a última hora, básicamente para no dar ventaja al resto de aspirantes, en caso de que los hubiera. Como referencia, algunos de los inversores rechazan aportar a este periódico una cifra de lo que supondría una apertura, al entender que ese dato simplemente ya ofrece información relevante a los competidores.
En el centro, los afectados. El presidente del comité de empresa, Francisco Plaza (UGT), señala que «sabemos lo que vemos en los medios, así como la información por parte de los administradores al estar personados en el concurso. Sobre si hay interesados, creemos que sí, pero no nos consta que se hayan presentado ofertas».
Respecto a la demora del proceso y la ausencia de pujas, Plaza cree que «supongo que sea táctica de los interesados», para agregar que en la fábrica permanecen trabajando el personal relacionado con «los eucaliptos, los bomberos, la empresa de seguridad, gente de oficinas y alguna Dirección».
Sobre cómo está llevando la plantilla esta espera, el portavoz matiza que «jubilados pocos. Ya éramos gente más joven, de poco más de 40 años de media. Algunos han conseguido algún trabajo indefinido y otros con empleos temporales. Tal y como está el mercado...», admite.
Consecuentemente, Plaza recuerda que «quien está en desempleo está claro que está aguardando una reapertura. Pero lo que está claro es que aunque alguien lo compre no se va a abrir al día siguiente. Eso en caso de que se dedique a la misma actividad», concreta.
De la esfera laboral a la política. El consejero de Industria, Javier López Marcano, asegura sobre el futuro del complejo que «Sniace es un espacio industrial que no requiere muchos años de gestión ni ardua tramitación. Nació como espacio productivo hace muchos años. Tiene una situación increíblemente privilegiada. Lo tiene todo. Es el arquetipo de polígono industrial. Tiene muchos problemas resueltos. No tengo ninguna duda de que se seguirá usando con un componente industrial», comienza.
Marcano va más allá y sube la apuesta. «Vamos a participar en el futuro de Sniace porque creemos que Torrelavega, la Comarca y por extensión Cantabria no pueden prescindir de este espacio», agrega.
¿Qué significa ese interés por 'participar' en el porvenir de la firma? El consejero explica que «significa que estamos muy pendientes de lo que sucede. Estamos convencidos de que va a haber una solución. Acabamos de adquirir tres parcelas en lo que eran los terrenos de Papelera del Besaya. Eso nos convierte en partícipes de todo lo que suceda. Vamos a hacer todos los esfuerzos posibles para que el terreno de Sniace siga siendo industrial. Varios interesados nos han planteado propuestas y las hemos escuchado», cierra.
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