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PATRICIA DELGADO
Lunes, 5 de abril 2021, 12:05
–¿Qué características cree que deben tener los TRI?
–Desde mi perspectiva, que es la de un educador social, los territorios rurales inteligentes son aquellos que logran ser sostenibles económica, social y ambientalmente, optimizando el potencial de su comunidad, favoreciendo su cohesión y empoderamiento, posibilitando que esta sea protagonista en los procesos de identificación de necesidades y la puesta en marcha de iniciativas e innovaciones. Aquellos que ponen en valor su tradición y su inteligencia cultural, la de los mayores y retienen y potencian el talento de sus jóvenes. Y aquellos que saben mantener una mirada apreciativa y de proyección al futuro, desde la identidad y el amor al territorio.
–Durante esta crisis sanitaria la percepción de la población sobre los entornos rurales ha mejorado mucho, ¿cree que es el momento de los pueblos?
–La crisis del Covid ha acelerado muchos procesos que ya estaban en marcha. Ha sido un empujón a la digitalización y el teletrabajo, ha provocado una profunda reflexión sobre los cuidados y ha replanteado los modelos de ciudad de queremos, entre otras cuestiones. La reivindicación del medio rural y en concreto la vuelta hacia los pueblos desde las ciudades es algo que llevaba gestándose hace tiempo. Hay iniciativas enfocadas en este fin con más de 15 años en activo, como Abraza la Tierra, o eventos de gran repercusión, como Presura, la feria para la repoblación de la España Vacía, que ya va por su cuarta edición. El Covid en cierto sentido ha resuelto la ambivalencia que tenían muchas personas entre el contexto urbano y el rural, siendo el empujón que faltaba para decidirse por un modo de vida más saludable y sostenible.
Por otro lado, en los propios contextos rurales la situación del Covid ha favorecido la puesta en valor de un modo de vida alejado de la ciudad y ha puesto sobre la mesa alternativas que antes se valoraban poco o nada, como el teletrabajo.
–¿Cuáles cree que son las principales fortalezas y debilidades de los espacios rurales hoy en día?
–Una fortaleza clara es que se está asentando una identidad rural en positivo y se está construyendo una visión positiva y de proyección en el medio rural. Se ha problematizado la cuestión de la despoblación, pero se ha pasado del lamento a la proactividad y la acción. Asimismo, la visión de lo comunitario que se tiene en muchos pueblos permite traccionar sobre la comunidad, sobre la implicación de la población para construir el futuro del pueblo. Además, las iniciativas innovadoras están cada vez más conectadas y es posible aprender y replicar buenas prácticas.
Por el contrario, como debilidades podemos encontrar que aún perduran los imaginarios que asocian el éxito al contexto urbano y que se da por asumido que ciertos jóvenes van a abandonar el pueblo. Es necesario revertir esta situación apostando firmemente por retener el talento en los pueblos.
–El acceso a los servicios básicos es básico para que un entorno rural sea atractivo para fijar una residencia, ¿considera que esta es la clave para solucionar los problemas de población que acusan estas zonas?
–Todo esto resulta clave, ya que supone una cuestión de derechos, y las personas que viven en el medio rural han de tener los mismos derechos que cualquier persona que viva en un medio urbano. Asimismo, se da la tendencia al círculo vicioso de que, a menos población, menos servicios y a menos servicios, menos población. Pero más allá de esto, hay factores que se vinculan a la despoblación que no dependen de la cuestión del trabajo o los servicios, ya que localidades con empleo y servicios siguen perdiendo población. El acceso a los servicios es clave, pero lo es también indagar en aquellos aspectos psicosociales que 'sacan' a la gente de los pueblos, y que te mencionaba antes. A mi juicio, es muy importante reforzar el sentimiento de pertenencia, la identidad y la comunidad, los entramados sociales, algo clave, junto a los servicios, para la sostenibilidad social del territorio.
–Digitalización, conectividad e innovación son tres de los pilares sobre los que se asienta el nuevo paradigma de desarrollo de los entornos rurales, ¿considera que estos procesos son distintos en el entorno urbano y el rural o incluso que entre las propias zonas rurales?
–Yo lo que veo como educador social es que se trata de avanzar preguntando, traccionando sobre las oportunidades y talentos locales y tratando de construir un ajuste a la medida de la población que habita y custodia el territorio. No vale el café para todos, y es imprescindible trabajar con las comunidades por y para su fortalecimiento. Procesos de diagnóstico participativo, laboratorios ciudadanos, refuerzo del tejido social y todo proceso que posibilite articular a los agentes locales resulta clave.
«La crisis del Covid ha acelerado procesos que ya estaban en marcha. La reivindicación del medio rural llevaba tiempo gestándose»
–¿Cree que en este paradigma está bien integrado el componente social? ¿Cómo debería ser la innovación social en el entorno rural?
–La innovación social ha de serlo en relación a sus fines, que resuelven alguna problemática social y a sus procesos, que se realizan colaborativamente, que son co-creados. Pero también hay que contemplar la dimensión social de la innovación, cómo impactan las innovaciones en la población, y cómo lograr que esos impactos sean positivos. En este sentido, en este momento se está desarrollando un grupo de trabajo en Cotec compuesto por diversos miembros de su patronato y liderado por Cupa Group para articular una caja de herramientas enfocada a la puesta en marcha de Sandbox regulatorios en contextos rurales. El sistema sandbox consiste en la creación de espacios seguros para la experimentación de innovaciones y tecnologías, un planteamiento que permite probar de forma real y cercana nuevos productos y soluciones. El contexto rural es ideal para la puesta en marcha de este planteamiento, pero para hacerlo bien es imprescindible contemplar la dimensión social de este.
–A nivel educativo, ¿cuáles cree que son los puntos fuertes de la educación en entornos rurales?
–Hace un par de años dedicamos el Foro chico a la cuestión de la educación y era curioso ver como diferentes docentes ponían sobre la mesa las numerosas innovaciones que se aplicaban en las escuelas rurales, sobre todo las aulas unitarias. El aprendizaje entre iguales, el aprendizaje servicio, la vinculación de la escuela hacia la comunidad y el uso de la inteligencia cultural. Algo natural en los pueblos, que en las ciudades se está viendo como disruptivo e innovador. A mi juicio, un aula unitaria es un entorno privilegiado de aprendizaje, que posibilita el desarrollo de competencias claves para el mundo que viene (desarrollo de la cooperación, de la creatividad, de una conciencia critica), y es asimismo un contexto privilegiado para la experimentación educativa.
Sí resulta necesario, como mencionan algunos expertos, apostar por una especialización rural, una formación ajustada para los docentes que desean especializarse en este ámbito.
«Hay que indagar en los aspectos psicosociales que sacan a la gente de los pueblos, más allá del empleo y los servicios que tienen»
Para completar sus estudios muchos jóvenes deben marcharse de sus pueblos... ¿cómo conseguir que quieran volver?
–Muchos jóvenes de mi pueblo que han estudiado fuera están construyendo su proyecto de vida en San Martín y Mudrian. Algunos de ellos incluso son funcionarios del estado que están apostando por el teletrabajo desde su localidad de origen. Algo clave de estas personas jóvenes es que han roto el imaginario de que para progresar había que irse a la ciudad y están demostrando día a día que es posible vivir en el pueblo. Son personas jóvenes que han construido un sentimiento de pertenencia y una identidad que les vincula al medio rural. Pero más allá de eso, resultan clave el desarrollo de políticas que favorezcan la retención del talento en el medio rural y el acceso a la vivienda de las personas jóvenes. Que desde las administraciones digan sí a las personas jóvenes con iniciativa, que se fomente la actitud innovadora de estos y concebir los procesos desde la pendularidad, sobre la certeza de que las jóvenes van y vuelven.
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Ana del Castillo
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