Solvay busca inversores para la transición energética que garantice su viabilidad

El plan de transición energética de Solvay significa una apuesta importante del grupo por la planta de Torrelavega, donde trabajan de forma directa 400 personas. Además de los 200 millones de presupuesto que aportarían un consorcio de inversores, se crearían 20 puestos de trabajo y supondrá una mejora ambiental al poner fin al uso del carbón y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. La compañía considera que el futuro de la planta de Solvay en Torrelavega a medio y largo plazo está condicionado a poder realizar su transición energética y mantener así la competitividad.

El plan, al que ha tenido acceso este periódico, hace referencia a la gran cantidad de energía térmica que requiere la fábrica de Torrelavega para realizar sus procesos productivos. Actualmente, Solvay genera esta energía mediante dos cogeneraciones de alta eficiencia: una de carbón que es la única en España y una con turbina de gas natural. Ambas producen las toneladas de vapor necesarias para la producción.

Los objetivos de sostenibilidad del grupo incluyen la reducción de las emisiones totales de gases de efecto invernadero de sus operaciones de un millón de toneladas equivalentes de C02 en 2025, en comparación con los niveles emitidos en 2017. Estos objetivos están alineados con la estrategia nacional y europea hacia una economía baja en carbono y de desarrollo de la economía circular.

Después de analizar las diferentes alternativas existentes, el plan que se ha elaborado para la planta cántabra comprende cuatro ejes de actuación tendentes a la eliminación progresiva del carbón y mantener la competitividad de la fábrica. Incluye la utilización de biomasa mediante co-combustión hasta un 10% de sustitución del carbón, instalación de una nueva caldera de combustible sólido recuperado (CSR) que implica la creación de 20 nuevos puestos de trabajo, modernización de la cogeneración de gas natural actual y construcción de una nueva cogeneración. El resto de potenciales fuentes energéticas, como la caldera eléctrica y las renovables, se ha descartado por su falta de viabilidad técnica, su escasa garantía de suministro, su menor eficiencia o porque implica una importante pérdida de competitividad.

El grupo defenderá ante las Administraciones públicas y los representantes de los trabajadores, con los que se reunirá hoy, la puesta en marcha de este plan que supone consolidar el futuro de la planta de Solvay en Torrelavega. Una vez presentado al Gobierno regional, otros contactos que se mantendrán, además de a nivel interno, son con el delegado del Gobierno en Cantabria, Pablo Zuloaga, y con el Ministerio para la Transición Ecológica.

Los 200 millones de euros en los que se ha cuantificado el coste total de la inversión necesaria para la transición energética, serían financiados por un consorcio de inversores. Y en este punto, el papel de Solvay pasa por mantener una participación minoritaria en este consorcio o actuar sólo como operador de las instalaciones.

De cara al futuro, el mercado de carbonato sódico, para uso como el vidrio, se contempla con optimismo ya que se esperan crecimientos del 20% al ser productos de primera necesidad. Ante este escenario favorable de los mercados, el Grupo Solvay quiere preparar a la planta cántabra para ser competitiva a nivel global. Para que esto sea posible es necesario disponer de combustible competitivo y accesible, la mayor eficiencia energética posible y la existencia de mecanismos de apoyo a las cogeneraciones industriales.

La hoja de ruta que se ha elaborado incluye la utilización, en 2019, de una única caldera de carbón junto con la caldera de combustible sólido recuperado y la de cogeneración de gas. Este paso tiene una inversión de 90 millones de euros para la nueva caldera de CSR. A partir de 2020 desaparece el carbón y la producción de vapor se obtiene de la caldera de CSR y dos de cogeneración de gas. La inversión necesaria es de 100 millones de euros para la nueva cogeneración de gas y otros 20 millones del 'plan renove'.

Los combustibles sólidos recuperados son materiales preparados a partir de residuos seleccionados y tratados para su valoración energética. Los materiales recuperados que se utilizan para producir el combustible pasan por etapas de tratamiento y estabilización.

Para el diseño de la nueva caldera de CSR se tienen en cuenta las directrices de la UE de que solamente el 10% de los vertidos municipales deben ir a parar al vertedero. España está muy lejos de este porcentaje ya que cuenta con un 60%. Se trata de un proyecto que ya se ha puesto en marcha con buenos resultados en 2010 en otra de las fábricas del grupo en Bernburg (Alemania). La instalación comenzó en 2008 y se inauguró dos años después.

La actual planta de cogeneración de gas se puso en marcha en 1998 y tiene una potencia de 42MW. Su vida útil de 25 años finaliza en 2023. Solvay está a la espera de una ampliación y si no es así se parará con lo que el precio del vapor generado se incrementaría en 25 euros la tonelada. Esto implica que la marcha de la fábrica se acortaría en un 20%.