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La pugna que se está viviendo en la Unión Europea por garantizar la mayor competitividad a las industrias de cada país, con la energía jugando un papel fundamental en la pelea, ha vuelto a evidenciar que Francia se está desmarcando como el territorio que más ... fuerte está apostando por su sector secundario. A partir de una hoja de ruta marcada por la primacía de la producción nuclear, lo que favorece unos costes eléctricos muchos más bajos que en España o Alemania, la Administración gala igualmente está destacando por su respaldo decidido a inversiones en los centros fabriles de su geografía que garanticen la viabilidad de las organizaciones que allí operan y el mantenimiento del empleo.
Bien lo sabe la planta que Ferroatlántica posee en Boo de Guarnizo, con tres de sus cuatro hornos parados por el elevado precio de la factura de la luz mientras que el Grupo importa producción de Noruega y de los centros del país vecino. Ahora, una vez más, Francia vuelve a adelantar a España toda vez que Solvay ha iniciado en su complejo galo el proyecto de transformación energética para abandonar el carbón a través de una planta de combustible sólido recuperado, una iniciativa prácticamente idéntica a la que tiene preparada para la fábrica de Torrelavega, pero que en la actualidad se encuentra en 'standby' a la espera de conocer si finalmente contará con respaldo del Gobierno central, en especial a través de los ministerios de Industria y Transición Energética vía las diferentes convocatorias regadas con los fondos europeos de recuperación que ya han empezado a llegar.
FUTURO
Según explicó la semana pasada la multinacional belga, en colaboración con la firma Veolia ha lanzado la iniciativa denominada 'Dombasle Énergie' con el objetivo de reemplazar el carbón por combustible derivado de residuos (CDR) para la producción de energía limpia y competitiva en la planta de Dombasle-sur-Meurthe, localidad situada al noreste de Francia. Con ello, se garantizará la competitividad de la factoría y se reducirán las emisiones de CO2 en un 50 %.
La propuesta sustituye tres calderas de carbón por una sala de calderas equipada con dos hornos que funcionan con productos a partir de residuos no reciclables, reduciendo así a la mitad la huella de carbono de la actividad industrial y dejando de utilizar 200.000 toneladas de carbón al año. La planta de Dombasle-sur-Meurthe, que Veolia suministrará a partir de 2024, contará con una unidad de cogeneración que utilizará 350.000 toneladas de CDR al año.
La nueva instalación, construida por Solvay y que será operada por Veolia, tendrá una capacidad de 181 megavatios (MW) de energía térmica y 17,5 MW de energía eléctrica, que se reutilizarán para el proceso industrial. El proyecto, que está previsto que entre en funcionamiento en 2024, requiere una inversión de 225 millones.
Esta planta de combustible derivado de residuos hace semanas que tiene apoyo expreso del Ejecutivo galo, cerca del 30% del montante total, y los fondos ya han sido transferidos a Solvay.
CASO CÁNTABRO
En cambio, en la planta que se quiere levantar en Barreda para garantizar el futuro del complejo cántabro todavía se está a la espera de que se concrete si habrá financiación pública. Hasta el momento la química belga sólo ha recibido compromisos de buenas voluntades y está aguardando que esas intenciones del Gobierno que preside Pedro Sánchez cristalicen en un cheque. La decisión, de hecho, no puede demorarse más allá de unas cuantas semanas si el plan quiere salir adelante.
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