![Solvay ve peligrar su principal apuesta energética y ya trabaja en alternativas](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2023/05/06/83283354-kcOH--1200x840@Diario%20Montanes.jpg)
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Solvay ve peligrar su principal apuesta para abordar la necesaria transición energética que debe encarar el complejo de Barreda. La química belga había erigido como 'columna vertebral' de sus inversiones el plan para construir una caldera alimentada por CDR (Combustible Derivado de Residuos), un ... preparado a partir de las basuras que llegaran a vertedero y que, previo tratamiento, posteriormente serviría para abastecer la producción de carbonato en la fábrica de Torrelavega.
Sin embargo, ahora mismo la actuación está en la cuerda floja y se teme que en los próximos meses quede «descartada». Así se lo trasladó días atrás la Dirección al comité de empresa y, en esa línea, ha informado UGT, sindicato mayoritario en la factoría, a sus afiliados.
350 trabajadores
en plantilla tiene en la actualidad Solvay en Torrelavega.
Solvay trabaja ya para reajustar sus planes, en un proceso en el que la biomasa cobraría mayor protagonismo. La problemática entronca, según UGT, con la conexión eléctrica, «el principal escollo con que se encuentra el proyecto en la actualidad», en concreto en la dificultad para evacuar la electricidad producida por la turbina de la caldera CDR, que «no es un combustible considerado como renovable».
Dicho de otro modo, «una vez garantizada la opción de acceso a los certificados de ahorro energético», para cuya obtención lleva meses trabajando la empresa con el Gobierno central, «fundamentales para la obtención de las subvenciones, estas se pueden ver truncadas si no es posible conectar con la red eléctrica, debido a la preferencia de acceso que se da a la energía producida con renovables», informa el sindicato a los empleados.
Por ello, Solvay mantiene reuniones con los ministerios tanto de Industria como de Transición Ecológica, así como con distintas consejerías del Gobierno de Cantabria, para ver si es posible un cambio legislativo que permita seguir adelante.
El combustible sólido recuperado no está catalogado como 'verde' y dificulta las ayudas
La incertidumbre en torno a la cogeneración también preocupa a la compañía en su estrategia futura
La empresa admite que el plan con el CDR está atascado y que la vía de la biomasa sí que avanza
Según lo trasladado al comité, y difundido por UGT, «de no ser así, la Dirección nos ha informado de que el proyecto de la construcción de la caldera CDR quedaría en suspenso y, probablemente, descartado».
Consultada por El Diario, Solvay precisa que nunca puede dar por finalizado un proyecto como el de la caldera alimentada por combustible derivado de residuos, pero que sí está avanzando en otras líneas de dicha transición energética que tiene más encauzadas, en especial en el campo de la biomasa y de la cogeneración de gas. En todo caso, sí que se admite que la iniciativa en torno al CDR está atascada.
La empresa ya tenía la autorización ambiental para la construcción y sólo estaba a la espera de contar con respaldo financiero estatal para arrancar las obras. El problema, que al no ser considerado como 'verde' dicho producto, la consecución de las ayudas podría paralizarse desde Bruselas.
Por ello, la organización trabaja ya con nuevos escenarios. El primero darle mayor protagonismo a la construcción de una caldera de biomasa, propiedad de la empresa ENSO. Esta infraestructura estaría externalizada, por lo que sería este 'partner' quien la construiría y explotaría. Respecto a la biomasa, en principio se obtendría de provincias limítrofes, así como de la propia Cantabria.
Como otras patas accesorias del plan de transición energética, la transformación a gas de la caldera Balcke-Durr, que en un primer momento estaba diseñada como reserva para las paradas de cualquiera de las otras instalaciones. Si se descartara de forma definitiva la caldera CDR, que iba a ser propiedad de una sociedad denominada Besaya Nueva Energía (BNE), conformada por Veolia, un inversor financiero y Solvay, pasaría a estar en marcha de forma permanente junto a la mencionada planta de biomasa y de Solvay II, la actual cogeneración de gas del complejo de Barreda, a la que debe cambiarse la turbina.
Para esta cogeneración también se manejan varios escenarios, sobre todo si finalmente no se sigue adelante con la caldera CDR. En concreto, acudiría a la subasta de las cogeneraciones y, de ser esta favorable, se mantendría. Si, por el contrario, se construye la planta para aprovechar ese combustible sólido recuperado, Solvay II se descartaría.
A partir de aquí, un nuevo problema. En especial, «la incertidumbre provocada por el hecho de que no se conozca la fecha en que se va a convocar la subasta de las cogeneraciones, así como las condiciones en las que estas deberán operar. Esto es algo fundamental, pues de ello depende el cambio de la turbina de gas de Solvay II».
Los cogeneradores llevan meses criticando la falta de un marco normativo, con unas subastas retrasadas desde el verano anterior. Ahora, esperan que las condiciones de dicha subasta se conozcan antes de la temporada estival para su posterior convocatoria.
En todo caso, Solvay ha trasladado a su comité que la producción de vapor que necesita la fábrica quedaría «garantizada». Como alternativas a futuro, incluso una segunda caldera de biomasa, aunque en este caso el principal obstáculo radicaría en el suministro de la misma.
Sobre el futuro de la plantilla, pese a los interrogantes actuales, la previsión es que «se produzca la creación de empleo neto», pero no se puede concretar.
Más allá de las dificultades con las que se está topando Solvay para concretar su transición energética en el complejo industrial de Barreda, mucho más retrasada que en otras fábricas europeas, la corriente política y normativa tampoco parece favorecer los intereses de la compañía.
Sin ir más lejos, días atrás se produjo una gran polémica después de que el Ministerio de Transición Ecológica que pilota Teresa Ribera excluyese a las asociaciones vinculadas a la cogeneración, energía nuclear y termosolar de la cumbre para analizar el futuro Plan Nacional de Energía y Clima (Pniec), el documento que recoge las propuestas de cara a los próximos años en cuanto a emisiones permitidas y de qué tipo de procedencia, así como la capacidad aceptada para cada fuente energética.
Ese documento, precisamente, es el que fue enviado a Bruselas por el Gobierno español y en el que recogía que la quema del carbón, fundamental a día de hoy en el proceso productivo de Solvay, debería finalizar el 1 de enero de 2025. Más allá de esas estimaciones, lo que teme el sector secundario nacional es que se eleve sobremanera el precio de las emisiones, hasta el punto de que directamente sea inviable emplear este mineral.
En ese cónclave se empezó a hablar ya de la revisión de dicho Pniec, que de nuevo tendrá que ser enviado a Bruselas para su seguimiento. Está por ver cómo quedan en dicha actualización la situación, entre otros, de la cogeneración y si, como temen algunos empresarios, pudieran endurecerse todavía más las restricciones en cuanto a emisiones para los próximos años, tal y como piden grupos ecologistas como Greenpeace, que sí han participado en el encuentro ministerial.
Todas estas directrices regulatorias son claves para que Solvay sepa a qué atenerse de cara a sus futuras inversiones, tanto en tiempo de vida de la cogeneración como en plazos de amortización y la potencial retribución que obtendría.
Nuevas tramitaciones
Dejar aparcado el proyecto de la planta CDR igualmente implicará un nuevo proceso administrativo para poder construir la caldera de biomasa. El Ejecutivo cántabro, a través de la Consejería de Medio Ambiente, sí que había ido dando los pasos pertinentes para la concesión de aprobación ambiental para la caldera de residuos.
Más en duda estaba la construcción de una planta de tratamiento en el vertedero de Meruelo que procesara la basura y la convirtiera en CDR. Asturias si prevé levantar una. Arcelor se ha interesado por este combustible.
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