«La sostenibilidad también es una herramienta en la búsqueda de un desarrollo efectivo»

La protección ambiental y la contribución a un desarrollo sostenible «justo e inclusivo» son los pilares que han marcado los últimos ocho años de la trayectoria profesional de Patricia Piñero, directora de Proyectos en Carbono Gestión. En esta línea ha formado parte en diferentes proyectos en el ámbito de las energías renovables, el peritaje ambiental, la gestión de carbono y el cambio climático, así como la contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aplicados a la consultoría técnica y a la gestión estratégica de proyectos para organizaciones tanto en el sector público como privado nacional e internacional.

–¿Cómo definiría un Territorio Rural Inteligente?

–Un territorio inteligente es aquel territorio capaz de establecer su gestión a través de un desarrollo sostenible en sus tres ejes fundamentales, económico, social y ambiental, como pilares de su gobernanza. Un territorio capaz de adaptarse a el ecosistema que lo alberga y a las necesidades de los habitantes que lo conforman, poniendo la protección ambiental y de las personas como centro de su gestión estratégica, podrá identificar de una manera más inteligente cuáles son las necesidades más acuciantes para su desarrollo, y le permitirá avanzar de forma resiliente y sostenible en la consecución efectiva de sus objetivos. El paradigma actual en el que nos encontramos ha hecho necesario replantearnos un nuevo modelo de gestión territorial efectivo, que base sus cimientos en la resiliencia, la innovación, y la protección ambiental y social de las personas que lo habitan, siendo capaz de poner en valor los recursos de los que dispone.

«El paradigma actual ha hecho necesario replantearnos un nuevo modelo de gestión territorial efectivo»

–¿Qué actuaciones son prioritarias en el ámbito de la innovación para impulsar el entorno rural?

–La digitalización de los territorios y su conectividad son, sin duda, una importante palanca de innovación para su desarrollo. Pero la sostenibilidad también supone una herramienta importantísima en la consecución de un desarrollo efectivo y adaptable a las necesidades concretas de cada territorio. Algunos ejemplos de aplicación donde la sostenibilidad tiene una significativa importancia para los territorios son el autoconsumo energético, el aprovechamiento de los recursos naturales disponibles en los territorios para generar su propia energía supone una importante oportunidad de ahorro económico energético para los municipios, así como el aumento de su productividad y empleabilidad y una significativa reducción del impacto ambiental de su actividad sobre el cambio climático; la protección y valorización del patrimonio natural, proteger y poner en valor los recursos naturales de los que disponen los territorios supone numerosas oportunidades de desarrollo de los territorios en diferentes ámbitos de acción, a través de los servicios añadidos que esto puede ofrecer para la retención de población y la atracción de visitantes; y la Agenda 2030, los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y las 169 metas que conforman la agenda global de Naciones Unidas suponen un nuevo marco de referencia para las políticas públicas para avanzar íntegramente en el desarrollo sostenible de ciudades y territorios.

El estudio de la situación de cada municipio, de su ecosistema y sus necesidades concretas es fundamental para poder establecer el modelo de desarrollo más efectivo y adecuado a sus necesidades, y será este análisis el que nos proporcione los aspectos más significativos en términos de actuación; perfil de población, energético, de servicios, etc.

–¿Es la economía hipocarbónica una herramienta de viabilidad económica para el fomento del desarrollo rural?

–La crisis climática es uno de los principales desafíos estratégicos actuales a los que nos enfrentamos para proteger nuestro futuro y el de nuestro ecosistema. La economía hipocarbónica no es sólo una herramienta viable para el desarrollo rural, es el único camino efectivo del que disponemos para frenar nuestras emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera y poder mitigar los efectos del cambio climático sobre la supervivencia de nuestro desarrollo global.

A nivel local, la gestión de carbono territorial posibilita la implementación de sistemas de gestión coordinados y efectivos para la acción municipal en numerosos aspectos, como ejemplos avanzar hacia una economía municipal basada en modelos sostenibles, dinámicos e innovadores; optimizar e integrando las dinámicas de trabajo dirigidas a preservar la calidad de vida de los ciudadanos; reforzar su capital natural protegiéndolo y poniéndolo en valor; definiendo líneas estratégicas para la incorporación de principios de sostenibilidad en la actuación foral; impulsando una movilidad y transporte más sostenible; fomentando la compra y contratación pública verde; y suponiendo formas de gobierno ejemplarizantes y cada vez más cercanas a la ciudadanía.

«La economía hipocarbónica es una herramienta viable para el desarrollo rural»

–¿Se apuesta por ella en los entornos rurales cántabros?

–Desde Carbono Gestión tenemos la suerte de estar vinculados de una manera muy cercana a este territorio concreto cántabro, ya que trabajamos de la mano de varios clientes vinculados a administración pública local, comprometidos de una manera muy significativa en la protección ambiental y la descarbonización de la economía y trabajando a través de la gestión de TRI. Estos proyectos nos han brindado la oportunidad de conocer de una manera más exhaustiva la actual acción territorial que se está llevando a cabo en materia de protección ambiental y desarrollo sostenible y es realmente notable. Existe una importante concienciación en la importancia de la gestión sostenible de sus recursos y de su valioso patrimonio natural, abogando por modelos innovadores e inteligentes de desarrollo vertical y de mejora continua. Desafortunadamente también conocemos la falta de apoyos más ambiciosos por parte de las políticas públicas territoriales, que esperemos puedan sumarse a la acción más pronto que tarde.

–¿Es el medio rural el principal activo de la sociedad para hacer frente al cambio climático?

–El principal problema al que nos enfrentamos en la lucha contra el cambio climático somos nosotros mismos y nuestra manera de producir y consumir nuestros recursos disponibles. Nuestro planeta tiene la capacidad de 'reiniciar' sus ciclos una vez que estos colapsan, por lo que lo que está en juego en esta lucha no es otra cosa que nuestro desarrollo y nuestra supervivencia como especie, como fin último. Por eso es tan necesario entender que debemos adaptarnos a nuestro ecosistema y no al contrario, como ocurre con los territorios, para poder garantizar su desarrollo. Si no es de una manera sostenible, el futuro no será. Y nuestro medio rural ciertamente es uno de nuestros activos más valiosos en esa función de protección, debemos tratarlos como tal y ser conscientes más que nunca de su gran valor natural de mitigación y la urgencia de su adaptación si queremos una sociedad resistente y próspera. –Las administraciones públicas parece que están en la línea de potenciar estos TRI, ¿está el sector privado concienciado sobre la importancia de potenciar la sostenibilidad especialmente en el medio rural?

–Ciertamente las administraciones públicas están dotando de la importancia y urgencia necesarias actualmente al reto demográfico y de transición ecológica en el que nos encontramos mediante la implementación de políticas públicas adaptadas para este fin, pero sabemos que las gestiones administrativas necesitan de sus procesos de elaboración contando con tiempos extensos y cambios políticos durante los procesos, por eso es fundamental su acción, pero es de vital importancia la acción del sector privado al respecto.

El apoyo de la administración mediante regulación es fundamental, pero no debemos olvidar al resto de actores implicados. En la contribución a un desarrollo sostenible y responsable dentro de este nuevo paradigma actual, el sector privado desempeña un papel fundamental; nuestro tejido empresarial impacta directamente en el bienestar de las personas y en el desarrollo económico y social a través de los productos y servicios que ofrece, y su actividad tiene un efecto directo sobre el medio ambiente y el entorno en el que se emplaza, por lo que su vinculación con el medio rural es también muy notable y palanca de desarrollo territorial.