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«Es necesario informarte sobre los cambios en la factura de la luz», así inician algunas de las cartas o correos electrónicos que las compañías eléctricas envían a sus clientes para comunicar la nueva subida del IVA en el servicio, que pasa del 10% al ... 21% (hasta este mismo enero estaba en el 5% extraordinariamente por la guerra de Ucrania). Paradójicamente, es un incremento que se produce por el desplome de los precios eléctricos que vinieron sucediéndose en febrero gracias a la activación de las centrales eólicas y fotovoltaicas. ¿Cómo se ha recibido esta escalada de la carga impositiva en la factura de la luz en Cantabria? Por el momento, de manera expectante de cómo se traducirá realmente en los recibos de marzo pero sin dudas de que será el consumidor final el que lo pague.
De hecho, en las empresas de la región, por ahora, no parece haber una preocupación palpable por el nuevo porcentaje del IVA en la luz. Y así es porque, como recuerda Pedro González, presidente de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE), se trata de un impuesto que «está pensado para que el que lo asuma sea el consumidor final». Es por ello que, como explica Ángel Suárez, al frente del ocio nocturno dentro de la Asociación de Hostelería de Cantabria, «es un gasto que te puedes desgravar, lo único malo es que tienes que adelantarlo y hasta que te lo devuelvan sí puede dar problemas de liquidez a algunos negocios». Precisamente, eso es lo que temen desde la Asociación Cántabra de Imagen Personal, tal y como traslada su presidente, Miguel ángel Suárez, en un sector que recuerda está «muy debilitado desde la pandemia» y con un IVA en sus servicios del 21% en lugar del 11% como reclaman desde hace tiempo los peluqueros. «Esta nueva subida en de la luz nos afecta, pero es una factura más», incide.
Lo que tienen todos claro es que el principal afectado va a ser el cliente. «El consumidor final es el que más lo va a notar», incide Suárez. Y así lo corrobora el abogado de la Unión de Consumidores de Cantabria Enrique Solís, que pone la nota en que «el ciudadano está ya muy agobiado porque la cesta de la compra se disparó brutalmente y no es que haya dejado de subir, lo que pasa es que no sube tanto como cuando comenzó la crisis de Ucrania».
También expresa su preocupación la presidenta de la Asociación de Trabajadores Autónomos de Cantabria (ATA Cantabria), Ana Cabrero, que si bien dice que todavía no hay «alerta» entre los trabajadores por cuenta propia sí que adelanta que «cuando lleguen las facturas y vean que ha subido el IVA sí habrá revuelo». Dice, al igual que Solís, que el incremento es «la puntilla» en un escenario ya de por sí complicado y que «la tregua» con la bajada de la carga impositiva en los suministros «podría haber durado más».
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