Jorge Oliveira | Director general para España y Portugal de Solvay Química

«La subvención para descarbonizar Solvay sólo es del 10%, estamos buscando más financiación»

–¿Siendo de fuera, cómo sienta ser premiado como empresario de Cantabria 2024 por la APD?

–Es un momento especial, de reconocimiento, alegría y orgullo. Para mí Cantabria ocupa un lugar muy importante porque mantengo una unión con ella desde hace más de 36 años y la fábrica de Solvay de Torrelavega fue la primera que tuve el placer de conocer en 1988, cuando acababa de aterrizar como joven ingeniero en Solvay Portugal. Me enamoré de la región por la grandeza de su complejo industrial, el mayor de Europa Occidental, por su gastronomía y sin olvidarme del Racing, por donde habían pasado los jugadores portugueses carismáticos Quinito y Damas. Además, hace diez años que vivo y trabajo en esta Cantabria Infinita, un paraíso y una región con una calidad de vida extraordinaria.

–¿Diría que este ha sido su año?

–No, realmente diría que ha sido un año más. El premio que me dan yo lo percibo como un reconocimiento que tiene en cuenta mi trayectoria y mis 38 años de carrera profesional. Y en realidad tampoco creo que sea un galardón sólo mío porque refleja una enorme cantidad de relaciones y decisiones individuales y colectivas. Nadie logra nada trabajando solo, sino en equipo y el éxito de uno es el éxito de todos. Y no me refiero sólo a todos los compañeros con los que he tenido la suerte de trabajar, aprender y evolucionar; también a mi familia y amigos, que me apoyan constantemente. Este premio también es de todos ellos.

–Pero la realidad es que ha sido este el año en el que por fin ha echado a volar el proyecto de descarbonización de Solvay. ¿Qué supone para la planta de Barreda?

–Supone un hito tan importante como cambiar el modelo de producción de más de 116 años basado en el carbón por las energías renovables, además de cumplir con el plan estratégico de llegar a la neutralidad de carbono antes de 2050 y garantizar el futuro de la fábrica.

–¿Cómo recibió la noticia el pasado junio cuando el Ministerio de Industria confirmó que concedía 30 millones del Perte?

–Con mucha alegría y satisfacción. Hay que tener en cuenta que es el fruto de más de cinco años de trabajo y presentaciones de proyectos concretos. Fue el momento en el que, por fin, el Gobierno de España empezó a reconocer nuestros planes como importantes, tractores, sostenibles e implicaba una garantía de continuidad para una empresa tractora en la región, con una participación importante en la descarbonización del país.

–Son 30 millones los que se han concedido para un proyecto que supone una inversión considerable en torno a 250 millones de euros, ¿está explorando otras vías de financiación?

–30 millones de euros es una cantidad más que importante de apoyo financiero a nuestro ambicioso proyecto, pero no hay que perder de vista que es una inversión para construir la mayor caldera de biomasa de España y otra instalación de captura de CO2 verde totalizando un importe de más de 250 millones de euros, así que un poco más del 10% de apoyo financiero a este proyecto no es suficiente para justificar la inversión. Así que claro que estamos explorando otras vías adicionales de financiación, ya sea de ámbito regional, nacional y europeo, pero todavía es pronto para concretar nada.

–¿Entiende las políticas de descarbonización que está impulsando Europa y cree que las ayudas que se están ofreciendo a las empresas son suficiente o se está queriendo correr sin caminar antes?

–Creo que nadie debería negar que el clima está cambiando, los efectos del CO2 y que ya no se puede sostener un mundo con un modelo basado en combustibles fósiles. Europa contribuye con, aproximadamente, entre el 7 y el 10% de las emisiones de CO2 globales. El problema es que quiere ser el mejor alumno de la clase imponiendo medidas y restricciones que al no ser compartidas por otros países en el mundo genera competencia desleal, lo que perjudica a las empresas industriales europeas en particular y a la sociedad en general. Hablamos de inversiones multimillonarias con plazos de construcción de equipos e infraestructura largos, y además es la burocracia el mayor freno a las inversiones porque retrasa la aplicación de las ayudas y hay un riesgo real de que para cuando llegan ya sea tarde.

–¿Tiene futuro la planta de Solvay en Torrelavega?

–Claro que sí. Solvay en Torrelavega solo busca la misma atención, ayuda y apoyo que está obteniendo en otros países. Hace seis años empezamos nuestro camino de la necesaria transición energética de la fábrica y hemos sido de los primeros en las seis fábricas de carbonato sódico de Europa en estudiar los cambios y necesidades, aunque es cierto que actualmente nos encontramos en la cola de las otras cinco fábricas de Francia, Italia, Alemania y Bulgaria, que ya han empezando esta trayectoria con grandes proyectos de inversión apoyados por importantes líneas de ayudas financieras.

–En qué momento cree que se encuentra Cantabria, ¿está sabiendo aprovechar las oportunidades o diría que tiene mucho que mejorar industrialmente?

–Cantabria es una región con mucho para ofrecer a España, pero la cuestión fundamental es realmente aprovechar las oportunidades cuando surgen porque de lo contrario se van y normalmente no vuelven. Por eso no se puede permitir que proyectos interesantes y de gran impacto potencial se nos escapen por diferentes dificultades y, concretamente, por la burocracia, que es la principal de todas ellas.

–¿Algún consejo al Gobierno de Cantabria en materia empresarial?

–Mayor agilización administrativa, una fiscalidad que atraiga la inversión, apostar por las energías renovables, ofrecer formación más adecuada a las necesidades de las empresas, impulsar centros de innovación y digitalización y hay que prestar especial atención a medidas urgentes para reducir el absentismo, que es un problema de primer orden para las empresas. Además, creo que hay que promover una mejora urgente en la infraestructura ferrocarril de Cantabria.

–La empresa portuguesa Lifthium Energy tiene un proyecto para asentarse también en Cantabria y generar litio verde, aunque justo esta semana se supo que ha renunciado a los 21 millones que tenía concedidos del Perte por falta de tiempo para cumplir plazos, ¿verá la luz?

–Hay que tener en cuenta que Lifthium pertenece al grupo empresarial Mello que también es dueño de Bondalti, que hace seis años adquirió las instalaciones de electrólisis de Solvay, la modernizó y hoy es un socio importante en el complejo industrial de Barreda. Así que la posibilidad y facilidad de poder conciliar más negocios en un único centro industrial creo que han sido algunos factores para que el complejo industrial de Solvay Torrelavega pueda ser un posible local para este proyecto. Pero todavía nada está decidido y aún con los 21 millones de euros que tenía concedidos para un proyecto cifrado en 500 millones todavía dejaba ya de por sí en abierto la inversión, más ahora si ha renunciado al montante porque no llegaba a los plazos... De todas formas es una pregunta que debe responder el Grupo Mello.