GSW se suma al clamor de la siderurgia contra la UE por no frenar la importación

Así de rotundo se muestra el sector frente a Bruselas y su falta de contundencia para proteger la producción continental. Entre los firmantes del manifiesto, el Grupo Celsa, que en Cantabria tiene compañías como Global Steel Wire, Tycsa o Global Special Steel Products, la antigua Trefilerías Quijano en Los Corrales de Buelna.

En total, 37 ejecutivos de organizaciones acereras, encabezadas por ArcelorMittal, han consensuado una declaración en la que urgen a reducir drásticamente la entrada de productos libres de aranceles ante el riesgo de que las maniobras de los fabricantes de países como China y Rusia «inunden» el mercado, comprometiendo severamente la recuperación del sector.

Porque el tono que impregna el manifiesto es preocupante. «La demanda de acero ha caído un 50% desde el comienzo de la pandemia en marzo. Nuestra industria ha tenido que reducir drásticamente la producción para adaptarse a estas circunstancias cambiantes, con el 40% de la fuerza laboral del acero de la UE despedida o teniendo que trabajar a tiempo parcial», recoge la misiva, a la que ha accedido este periódico.

Frente a las tribulaciones internas, la amenaza foránea. «Mientras tanto, países como China, India, Indonesia y Rusia no han descansado: continuaron o están recuperando la producción y el almacenamiento de acero. El riesgo inminente de que las ofertas de acero barato inunden el mercado obstaculizaría nuestra recuperación y la supervivencia de una de las industrias estratégicas de Europa», detallan.

En síntesis, la escasa defensa comunitaria no es suficiente para preservar a la industria continental en una coyuntura como la que sufre la eurozona hoy en día. «La propuesta actual podría aumentar enormemente la cuota de mercado de las importaciones, mientras que una gran parte de la capacidad de producción de la UE permanece inactiva».

La 'guerra' con Bruselas tiene su origen en la actualización de la limitación de importaciones que está en vigor desde 2018, unas medidas de salvaguarda para paliar el daño ocasionado desde entonces por las políticas arancelarias promovidas por el presidente estadounidense, Donald Trump. Con ese planteamiento, se establecieron cuotas de importaciones de 26 categorías de productos siderúrgicos, que en caso de superarse sufren un arancel del 25% por parte de la UE. Por ello, ante el desplome de la demanda de las últimas semanas, que ha venido a agravar una recesión previa en la industria, la siderurgia reclamó a la Comisión una reducción drástica (de hasta el 75%) en las cuotas libres de aranceles. Bruselas, aún con todo, sólo se ha limitado a aplicar unos ligeros ajustes.

El sector va más allá e incide en que «Europa necesita una industria siderúrgica sostenible y resistente si quiere cumplir con los objetivos del Acuerdo Verde Europeo». «Las siderúrgicas europeas lideran el establecimiento de objetivos ambiciosos para producir acero de forma neutral en carbono. Si las importaciones aniquilan al sector siderúrgico europeo, simplemente no estaremos allí para liderar las reducciones de emisiones de la industria siderúrgica mundial», advierten los afectados.

La carta contiene críticas inauditas contra las políticas comunitarias. «A nivel de la UE hay, o ha habido, decisiones de defensa comercial lentas y débiles, objetivos legislativos conflictivos, consolidaciones obstruidas y objetivos onerosos de control ambiental y de emisiones que se establecen sin un marco regulatorio que permita a nuestra industria seguir siendo competitiva a nivel mundial mientras se logran estos objetivos», recriminan las empresas.