«Sin tejido industrial la innovación se hace muy difícil o imposible»

Nacido en Santander, Quintana es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense de Madrid y cursó estudios complementarios en la Universidad Europea de Madrid. En 1996 se incorporó a Industrial Farmacéutica Cantabria (IFC), la actual Cantabria Labs. Tras desempeñar diferentes puestos de responsabilidad, pasó a ocupar la Dirección General Financiera y de Operaciones de esta compañía farmacéutica.

Además de su labor al frente de la compañía farmacéutica, que cerró el ejercicio 2019 con una facturación de 193 millones de euros, Quintana ha impulsado en 2020 la creación de una nueva línea de producción de gel hidroalcohólico como respuesta a la pandemia del coronavirus. Cantabria Labs ha colaborado con la donación de numerosos lotes de gel.

-¿Qué le supone el reconocimiento del Colegio de Economistas?

-Lo primero, una sorpresa. Nunca imaginas que puedas aparecer en candidaturas de reconocimientos y menos a nivel de colegio como es en este caso. En lo profesional es un reconocimiento a muchos años intentando hacer bien y honestamente el trabajo y en el ámbito personal, un orgullo como economista y como persona.

-Las empresas se han tenido que reinventar por el covid y Cantabria Labs ha sido una de las pioneras. ¿Qué ha supuesto para la compañía?

-Cantabria Labs es una compañía del sector sanitario con una cuota en dermatología y un crecimiento importante, lo que hace que nuestra necesidad de reinvención no sea tan significativa como en otros sectores más afectados, más bien en nuestro caso ha sido necesaria una adaptación, y nos hemos adaptado ofreciendo un servicio a la sociedad en un momento que necesitábamos todo de todos.

- ¿Cree que en 2021 van a empezar a mejorar las cosas?

-Es una pregunta muy difícil de concretar. Estamos ante un escenario muy diferente al ocurrido en las ultimas décadas. Hemos vivido crisis financieras, inmobiliarias, incluso crisis sociales pero nunca hemos vivido una crisis sanitaria de ámbito mundial y por tanto sus consecuencias son una incertidumbre que en mi opinión pasa por dos posibles escenarios. Si durante el primer trimestre del 21 se obtiene una seguridad sanitaria importante creo que seriamos capaces de reactivar el consumo y la inversión sin haber tocado fondo y por tanto ser capaces de salir en el medio plazo. O por el contrario si durante el 2021 seguimos en esta situación de pandemia, con confinamientos, cierres y sin movilidad geográfica nacional e internacional, entonces la situación se va a poner muy difícil, con unos años por delante muy complicados e inestables.

-¿Qué apuesta debe hacer Cantabria de cara a un modelo productivo de futuro?

-La apuesta de Cantabria creo que debería ser la apuesta de muchas provincias españolas, es la de incrementar el tejido industrial incidiendo en todos los sectores, no solo en el terciario o de servicios, sino evidentemente hay que incidir también en los sectores primarios y secundarios. Si bien es muy importante -incluso crucial- para el futuro la innovación, también creo (o espero) que esta crisis nos despierte y reanalicemos la posibilidad de volver a reactivar actividades económicas que en las últimas décadas hemos cedido a otros países con una regulación mucho más efectiva y enfocada a la productividad. Debemos reactivar actividades que posibiliten suministrar muchos bienes desde un entorno más cercano, pensando en un primer momento no tanto en la innovación sino en la productividad, porque una vez que se consolide el tejido industrial y tenga un tamaño importante, la innovación aparece de forma natural. En otras palabras, sin tejido industrial o en crisis y en descenso, la innovación se hace muy difícil e incluso imposible, porque la innovación se produce cuando se vende y no antes. En definitiva, creo que estamos ante una oportunidad para volver a desarrollar actividades y producir suministros que abandonamos o incluso nunca empezamos en las últimas 2-3 décadas, impulsando la calidad y la innovación para ser desde Europa los que suministremos a nuestros mercados y al mundo. Necesitamos 'glocalizarnos' (pensar en global y actuar localmente) y esta situación es una buena oportunidad para cambiar de ritmo y de enfoque.

-¿Qué medidas deberían priorizarse para ayudar a las empresas a ser competitivas?

-Cualquier medida debe diseñarse y ejecutarse pensando en el medio y largo plazo y esta es una de las mayores dificultades de hoy en día. Se ejecuta pensando en el corto plazo. Por tanto, la primera medida es un plan y su ejecución a largo plazo. Y un plan a largo plazo cuyo objetivo sea desarrollar el tejido industrial y de servicios brutalmente. Dentro de este plan las medidas a implementar serán muchas como redefinir y adaptar la regulación, redefinir e impulsar la colaboración empresa-administraciones, diseñar una formación enfocada a las necesidades del mercado laboral, motivar la demanda de los productos locales, dar valor social al emprendimiento, etc...

¿Qué pueden aportar los economistas a la sociedad?

-Lo mismo que todos los profesionales en sus ámbitos son claves para el desarrollo económico y para la creación de valor y aportación para hacer una sociedad más desarrollada.

-¿Qué consejo podría dar a los jóvenes que quieran dedicarse al mundo de la economía?

-Que se animen a crear su propia empresa, independientemente del tamaño, sin pensar ni en el dinero ni en las dificultades sino en la satisfacción de crear valor y en lo divertido de tener retos en la vida y trabajar para uno mismo.