Teka busca compradores para sus diferentes divisiones para amortizar deudas con la banca

Este movimiento empresarial entronca con la necesidad de Teka de cuadrar sus cuentas con la banca, que le ha venido prorrogando su financiación pero con la que mantiene una elevada deuda.

De hecho, la voluntad de sumar inversores, o desprenderse de activos, no es nueva sino que se ha venido explorando al menos durante todo 2023. Sin ir más lejos, la compañía encargó a comienzos de ejercicio a una consultora un plan de refinanciación de deudas pero, en paralelo, ese trabajo también incluía a un departamento de operaciones corporativas, según trasladan a El Diario fuentes conocedoras de la evolución de la empresa.

Dichas gestiones desembocaron semanas atrás incluso en una due diligence para incorporar al grupo a nuevos socios, principalmente de procedencia india o china. Incluso se empezaba a barajar un relevo en la Dirección financiera en enero que acompañase el desembarco de los nuevos compañeros de viaje.

Sin embargo, dichas operaciones no han cristalizado hasta la fecha, lo que ha llevado a la organización a impulsar el traspaso troceado de sus diferentes divisiones. Según avanzó ayer El Confidencial, esta búsqueda de nuevos propietarios para sus negocios industriales llega a instancias de la banca, que en verano acordó 'dar aire' a Teka mediante la refinanciación de deuda por 160 millones hasta 2028. BBVA es quien está liderando esta línea de financiación.

Tras ese acuerdo, como explicó este periódico en septiembre, varios fondos de inversión se fijaron en la situación de la organización. No obstante, Lincoln lleva al menos dos meses con el encargo por parte de Teka, mientras que HSBC rastrea entre la competencia industrial en busca de un nuevo dueño para el fabricante de electrodomésticos.

De cara a una posible transacción, la planta de Santander cuenta con diversas ventajas. La primera, el terreno sobrante que posee la instalación de Cajo, con carácter urbano de uso industrial pero también para finalidad terciaria.

En paralelo, la elevada calidad del producto que sale de la factoría cántabra, superior al que ofrece la competencia.

Teka dispone en Santander de 220 trabajadores, de los que entre 80 y 90 son puramente de producción. El resto se engloba en la denominada 'estructura corporativa', más en duda en caso de una adquisición.

El propio comité de empresa reclamó ayer información a la Dirección ante las noticias de una venta en lotes. Los responsables de la firma reconocieron que la empresa está buscando financiación y se comprometieron a informar en días a la representación social, a la par que pidieron tranquilidad a la plantilla.

Fuentes industriales precisan la idoneidad de que quien pueda quedarse con la fábrica de Santander esté vinculado al área de actividad de la factoría, por las sinergias resultantes y, también, por el empleo indirecto que genera la instalación como sede de Teka Industrial, especialmente en ámbitos como ingeniería.

EY ya advirtió en sus últimas cuentas anuales de la incertidumbre material que presentaba la empresa para seguir operando. La corporación no ha escapado a un contexto complejo que ha marcado a todo el sector secundario continental.

Teka Industrial, presidida por Arturo Baldasano, cuenta en España también con fábricas en Granada y Zaragoza. En total suma unos 4.000 empleados.