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Unas fotos del puesto de trabajo ocupado durante casi 20 años, ahora vacío y en un silencio abrumador. Una carta de despido en blanco con destino al Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) para cobrar parte de la deuda, no toda, y acto seguido rumbo ... al Servicio Cántabro de Empleo. Ésta es la experiencia en primera persona de uno de los trabajadores despedidos el martes en Troquelmain XXI, la matricera de Maliaño que ha dado la baja a las 97 personas que aún mantenía a pesar del concurso de acreedores. Pocos minutos después, el mismo martes, Ferroatlántica anunciaba que ejecutaría en Boo de Guarnizo un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) aprobado desde febrero y que hasta ahora había conseguido evitar. El director de la planta, Alberto Fuentes, cargaba con rotundidad contra el Gobierno en funciones por una nueva escalada del precio de la electricidad y advertía de que así no se podía competir con otras fábricas similares situadas en Europa.
Dos casos que aglutinan toda la pirámide productiva, desde el directivo al operario, y que vienen a escenificar la crisis que ha sacudido de forma repentina y generalizada a la industria de Cantabria, unas tribulaciones que llevaban tiempo larvándose pero cuyos efectos se han precipitado en las últimas semanas. Los grandes referentes del ramo no han escapado a una suerte de 'tormenta perfecta' empujada por los costes energéticos y la parálisis del sector del automóvil, con gran preponderancia en la Comunidad, que han sumido en problemas y regulaciones a los buques insignia del sector: Global Steel Wire, SEG Automotive, la propia Ferroatlántica, Saint Gobain Pam, Nissan, Sidenor, Solvay, BSH y, ayer mismo, Sniace... UGT ya ha puesto cifra a esta problemática y estima que más de 3.000 trabajadores se encuentran afectados por algún tipo de regulación.
21,6% es el peso de la industria sobre toda la economía de Cantabria, según el Gobierno.
3.000 trabajadores se encuentran ya afectados por expedientes de regulación, según UGT.
665 empleados se encuentran afectados por ERTEs ya firmados y aplicados hasta noviembre.
145 puestos de trabajo se han extinguido a lo largo de 2019 con EREs ya ejecutados.
31.752 afiliados a la Seguridad Social registraba la industria en el tercer trimestre, según el Icane.
-1,3% ha caído la afiliación en el sector secundario respecto al tercer trimestre de hace un año.
5,6% del PIB supone el sector de la automoción y la industria de componentes en Cantabria.
30% del PIB industrial aglutina la industria de la automoción cántabra, según GIRA.
8.000 trabajadores dependen del clúster de la automoción cántabra, según la organización.
-4,4% ha caído la cifra de negocio de la industria en 2019, según datos del Icane.
Con un peso en la economía que suma el 21,6% del Producto Interior Bruto (PIB) autonómico, la actividad secundaria se halla actualmente en la encrucijada, especialmente ante la problemática global derivada de las dudas regulatorias sobre el futuro de la automoción; las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos (pese a la tregua alcanzada pactada ayer mismo); los costes energéticos; o los interrogantes que todavía pesan en torno al 'Brexit'. Mientras algunas de las compañías estiman que el bache será temporal -SEG por ejemplo confía en recuperar la producción ordinaria en 2021-, lo cierto es que de momento el impacto se deja notar con dureza, especialmente porque estas grandes sociedades igualmente alimentan a otras subcontratas o pymes proveedoras que lejos de los focos son las que mantienen y articulan la malla corporativa regional.
Según datos ofrecidos por la Dirección General de Trabajo, de enero a noviembre se registraron 665 puestos de trabajo afectados por ERTE, por 145 extinciones de empleo. En estas cifras, como han reprochado los sindicatos, no se incluyen los últimos ajustes laborales en los pesos pesados del sector, que se negocian hoy en día.
Más aún. El número de afiliados en la industria, según el Instituto Cántabro de Estadística, totalizaba en el tercer trimestre 31.752 personas, un 1,3% menos que el ejercicio pasado, con 32.182 cotizantes.
Desde el Gobierno de Cantabria se admite la poca capacidad de influencia para revertir la tendencia y se opta por esperar a que escampe el aguacero. El presidente autonómico, Miguel Ángel Revilla, reconocía el jueves que el «bajón» en el consumo de automóviles está repercutiendo en el sector industrial de Cantabria «de manera muy decisiva». «O sea que vamos a tener una temporada que va a afectar muy seriamente al sector industrial», manifestó el jefe del Ejecutivo.
El consejero de Industria, Francisco Martín, además de abundar en que «es una situación coyuntural que afecta a todo el mundo», sí que va a tratar de poner su granito de arena para paliar en lo que se pueda la coyuntura de cada compañía. Como ejemplo, mañana se desplaza a Bruselas para incidir, por un lado, en que Cantabria debe ser incluida entre las regiones susceptibles de recibir fondos por la descarbonización, una forma de ayudas a Solvay en su proceso de transición energética. A la par, está previsto que el martes el titular de Industria haga gestiones en el corazón de la Unión Europea en pos de un tratamiento especial para las compañías electrointensivas que operan en la Comunidad. Como complemento, se va a pedir una reunión con el Ministerio de Industria para analizar la rebaja en la interrumpibilidad. «El objetivo es identificar las necesidades y problemas de cada empresa y sector, para lo que estamos celebrando diversas reuniones», amplía.
Dentro de los sectores que más afectación están registrando de la coyuntura actual destaca sobremanera el de la industria de componentes del automóvil, que aglutina prácticamente el 30% del Producto Interior Bruto (PIB) secundario de Cantabria y da trabajo a más de 8.000 personas en la Comunidad, según los datos ofrecidos por el propio Grupo de Iniciativas Regionales de Automoción (GIRA).
La presidenta del clúster, Celia Monsalve, recuerda que están trabajando en el Plan Estratégico 2020-2023 para hacer una hoja de ruta a partir de la situación de cada uno de los 31 socios que componen el colectivo. «El sector está en una coyuntura complicada. La automoción está cambiando por la propulsión y el vehículo autónomo. Ante estas dudas se está vendiendo menos, por lo que los fabricantes producen menos», comienza la portavoz.
Esa caída productiva «arrastra a toda la cadena de valor. Lo estamos notando mucho. Algunas empresas lo están paliando con otros pedidos, pero se da la circunstancia de que las plantas cántabras compiten con otras delegaciones de la misma multinacional. Ahora mismo hay una sobrecapacidad clarísima», anota.
Además de reclamar formación y ayudas para la renovación de las plantillas, Monsalve incide en que «queremos hacer de la crisis una oportunidad, pero para ello hay que sobrevivir ahora. Todo es temporal, la cuestión es conocer el plazo, ya que al ser una coyuntura mundial esto se nos escapa».
La presidenta de GIRA recuerda que una vez que arranquen de nuevo los fabricantes toda la cadena se reactivará, «pero de momento sólo podemos esperar».
Por ejemplo, tras el encuentro el miércoles con el Grupo Regional de Iniciativas de Automoción (GIRA), se tratará de poner en marcha un Plan de FP Dual universitario que genere personal especializado para el sector; así como ayudas para favorecer el relevo generacional; o incentivos a la innovación. En paralelo, se estudiará la posibilidad de oferta de financiación blanda para modernización de equipos y se habilitará una ventanilla única donde estudiar las posibilidades y analizar cada caso.
Desde la patronal, el presidente de CEOE-Cepyme Cantabria, Enrique Conde, sostiene que «los empresarios tendemos a dedicar el tiempo mínimo a lamentarnos, así que ya no es momento de quejas sino de que Administración y empresa se sienten a repensar juntos en qué podemos ganar a otras comunidades y cómo competir para ser un territorio atractivo para las empresas. En CEOE-Cepyme ya empezamos a trabajar hace más de un año en ello y le ofrecemos a la sociedad y a la Administración una respuesta al medio plazo que es el Plan Cantabria 2030. Estamos convencidos de que es una herramienta estratégica que nos lleva a competir como Comunidad».
Desde la Cámara de Comercio, su máximo responsable, Modesto Piñeiro, subraya que «ante una caída real de la demanda y los precios y el incremento del coste energético, las empresas industriales inician una estrategia en paralelo: búsqueda de nuevos mercados y productos, como nos consta que están haciendo, y de adaptación temporal de plantillas, reorganizando su actividad para adaptarse a la nueva situación, esperando que retorne una normalización del panorama internacional que está afectando a los mercados». Por ello, la Cámara «ofrece una vez más todo su apoyo a nuestras empresas en general y, en este momento de incertidumbre, a nuestras industrias en particular, en muchos casos centenarias, que han conseguido superar anteriormente también momentos de grandes dificultades, gracias a su capacidad de adaptación y su elevada competitividad».
Si hay algunas entidades que llevan tiempo alertando sobre lo que se cernía en Cantabria, esas son los sindicatos. Dos ejemplos: Comisiones Obreras ya advirtió semanas atrás de los tiempos duros en el sector secundario a raíz de un repaso a cerca de 40 compañías, un dossier con la problemática de cada sociedad. Por otro lado, USO, además de denunciar públicamente hace unos días que la nueva subasta de interrumpibilidad era una «puñalada» para las electrointenstivas regionales, ha venido poniendo el foco en dos factores, la citada energía y las turbulencias del automóvil.
UGT incide en que tienen claro que ya son más de 3.000 empleados los afectados por ERE o ERTE, frente a unas estadísticas oficiales que todavía no contabilizan los voluminosos expedientes que se están ultimando o empiezan a negociarse. Su secretario general, Mariano Carmona, manifiesta que «la proliferación de las regulaciones de empleo en la industria cántabra es la consecuencia directa de una reforma laboral, impuesta sin negociación alguna con los sindicatos, que está siendo utilizada por los empresarios, simplemente, para maquillar sus cuentas a costa de sus trabajadores, a costa de sus salarios y de sus prestaciones por desempleo». Además, agrega que «no nos cansaremos de exigir la derogación de la reforma laboral porque es el punto de origen de los máximos históricos de precariedad que sufre actualmente el mercado laboral y porque ha roto el equilibrio natural de la negociación colectiva; avalando toda estrategia empresarial encaminada a hacer limpieza en las plantillas, a cuadrar los números con reducciones injustificadas de personal y a disfrazar con un goteo individual de despidos lo que en realidad son despidos colectivos».
El secretario general de la Federación de Industria de Comisiones Obreras, Daniel San Miguel, previene de que «vamos a tener un 2020 preocupante, pues los expedientes que se están negociando ahora son todos para el año próximo. Nosotros llevamos meses anunciando que esta situación se iba a producir. Estamos inmersos en un proceso de transformación de la industria y el modelo energético, por lo que o somos punta de lanza o podemos perder mucho», sostuvo.
Desde USO, su secretaria general, Mercedes Martínez, lamenta que «la crisis industrial está irrumpiendo con virulencia, afectando a sectores que conforman la columna vertebral económica de nuestra región y de manera singular a comarcas que poseen una impronta industrial sistémica. Campoo, el Bajo Asón o Besaya tienen una exposición dramática ante una crisis industrial cuyo origen radica en el final de un modelo energético y de sistema de transporte».
A este respecto, pronostica que «esta situación es la antesala de una virulenta crisis industrial que está dando los primeros zarpazos ante la falta de iniciativa y actuaciones proactivas del Gobierno de Cantabria y la ausencia de un Gobierno central, que provoca una grave situación de parálisis y de toma de decisiones que no hacen más que agravar la situación de crisis que ha empezado por afectar a la actividad económica y al empleo. Una situación que USO viene denunciando y anunciando con mucha antelación para al menos minimizar el impacto, pero la inacción nos hace estar particularmente sobreexpuestos a esta nueva crisis».
Desde la oposición parlamentaria se critica la labor del Gabinete PRC-PSOE y se urgen medidas. Desde el Grupo Popular, su diputado Lorenzo Vidal de la Peña opina que «lo único que sorprende de la destrucción de tejido empresarial en Cantabria es que se está adelantando. En 2019, 3.000 trabajadores se han visto afectados por ERE, ERTE y despidos; y la cifra llegará a los 10.000 en 2020 sin que nadie en este Gobierno de Cantabria haya escuchado las alarmas y sin que la Consejería de Industria esté trabajando en un Plan B», expresa.
¿A qué se refiere con ese camino alternativo? «Cuando hablo de Plan B me refiero a la empresa, porque esta Comunidad no tiene una estrategia industrial, pero me refiero también a un Plan B para los trabajadores. Esto no es hablar de subvenciones, significa estar en la pelea, en los foros nacionales e internacionales, para presentar candidaturas serias a albergar proyectos industriales que permitan la creación de puestos de trabajo que reemplacen a los que se pierden. No hablo de rescatar empresas, hablo de ayudar a transformar compañías y de rescatar trabajadores».
Por la parte de Ciudadanos, su portavoz, Félix Álvarez, asevera que «la Cantabria feliz de Revilla y Zuloaga se desmorona. No es una opinión, es un listado de desgracias y dudas, de ERTE y cierres, de incertidumbres y fracasos: Ferroatlántica, SEG Automotive de Treto, Troquelmain XXI (antigua Candemat), Global Steel Wire, Puertas Roper. Se ha anunciado también un ERTE Sniace, los trabajadores de Sidenor viven en la angustia de no saber cuál será futuro. Los 2.000 puestos de trabajo que iba a generar la Mina de Reocín se desinflan como un mal soufflé».
Cristóbal Palacio, diputado de Vox, remata con que «nos falta un plan. Ése es el resumen. Habría que identificar los sectores en los que somos competitivos. Gobierno y empresarios deben ir de la mano y no cada uno por su lado con un plan concreto. Por otro lado, cada problema de estas compañías estratégicas habría que tratarlo como un problema de la Administración, viendo qué necesita cada una de ellas y cómo se puede ayudar para que lo solventen», cierra.
La última mala noticia para la industria cántabra ha llegado de la mano de uno de los grandes proyectos de Miguel Ángel Revilla: la mina de zinc del Besaya. El resultado de los primeros sondeos se ha quedado muy lejos de la previsión de 2.000 millones de inversión y 600 empleos que hizo el presidente. ¿Por qué? Porque «no aparece el mineral en cantidades suficientes», tal y como admitió el propio Revilla.
Global Steel Wire (GSW) ha anunciado a los sindicatos un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) ante la caída de la actividad derivada de la parálisis del sector de la automoción. Igualmente perjudicada por el incremento del precio de la energía eléctrica, ha dejado de producir acero 'premium' para los automóviles y se ha tenido que centrar en otros productos menos rentables enfocados a la construcción. El punto de partida de la negociación gira en torno a una regulación hasta final de 2021, con 220 días máximos de desempleo.
Los problemas en la fábrica que SEG Automotive, antigua Robert Bosch, empezó a acusar en Treto encendieron todas las alarmas del sector empresarial y sindical de Cantabria. Uno de los referentes industriales de la Comunidad, bastión de empleabilidad en la zona oriental, ultima los detalles de un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) por el impacto de la parálisis de la automoción. Con una producción ordinaria cercana a cuatro millones de alternadores, hoy en día sufre una caída superior al 20%. Confía en que en 2021 recupere el pulso
La multinacional con planta en Boo de Guarnizo ha sido una de las más contundentes y críticas respecto a la situación actual, en especial castigada por el incremento en el precio de la electricidad, con un nuevo repunte para 2020 tras rebajar el Gobierno central las compensaciones por la interrumpibilidad. El Grupo aplicará de forma inmediata un ERTE en la factoría cántabra, una regulación que tenía pactada y firmada desde febrero y que había conseguido evitar. Acaba de apagar el segundo de los cuatro hornos y avisa que así no podrá seguir operando
Solvay Torrelavega es consciente de que más allá de los avatares sectoriales, el complejo de Barreda tiene su propio desafío en forma de transición energética. La compañía necesita un medio alternativo de producción de energía para relegar un carbón arrinconado por la normativa. La cuestión es encontrar la forma óptima que permita rentabilizar una inversión millonaria y que ya ha obligado a la organización a modificar sus planes iniciales. De momento, se plantea una planta de combustible sólido recuperado por 125 millones, la parte más avanzada del proyecto.
Saint Gobain PAM empezó a aplicar un ERTE en sus instalaciones de Cajo (Santander) en octubre, una regulación que se extiende hasta finales de 2020 con un máximo de 106 jornadas por trabajador. Saint Gobain PAM vive una aparente contradicción. El último año no ha sido malo, según fuentes internas, más bien al contrario. Pero ha llegado el otoño y las dudas sobre la actividad que recibirá el complejo industrial han llevado a la Dirección a plantear el ajuste. Además, la división europea se encuentra a la busca de un socio que se haga con el 60% de la firma
La factoría santanderina acaba de concluir un intenso debate sobre la aprobación de la propuesta de un nuevo convenio. No obstante, la planta ha vivido un año complicado, con una fuerte bajada de la producción y salida de personal eventual. Un pedido con destino Rusia mantiene la actividad. Los sindicatos además se muestran cautos respecto al futuro por el blindaje que el principal sindicato alemán ha logrado para el empleo de una factoría germana en perjuicio de otras instalaciones. De momento en Santander no se ha garantizado esa estabilidad
La planta de forja y grandes piezas de Reinosa inicia una nueva etapa marcada por las incertidumbres tras el traspaso de la mayoría de la propiedad desde Sidenor a la corporación extranjera NFL. La factoría, igualmente consumidora electrointensiva, está pendiente de los vaivenes de un mercado voluble y a la espera de ver qué planes empiezan a poner en práctica los nuevos dueños.
NFL prometió nuevas inversiones y viraje hacia nuevos mercados y productos para elevar la rentabilidad de la factoría, que ha perdido dinero los últimos años
A pesar de la marejada que azota al sector de la automoción, en Ampuero reinaba cierto optimismo a finales del año pasado respecto a la evolución del negocio tras la venta de la división al Grupo Teknia, multinacional vasca que daba pie a la apertura de nuevos mercados. No obstante, las turbulencias del automóvil finalmente obligaron a la organización a aplicar un ERTE en julio, que aún resta por ver si será suficiente para capear el temporal o finalmente acabará derivando en salidas de la planta cántabra. Son especialistas en mecanizado de aluminio
Sniace ha sido la última en anunciar un Expediente de Regulación de Empleo. La empresa papelera pondrá en marcha esta medida después de perder cuatro puntos en Bolsa tras registrar unas pérdidas de 11,32 millones de euros hasta septiembre, lo que supone cuatriplicar los 'números rojos' del mismo periodo del año pasado de 2,65 millones. El ERTE, según el comité de empresa, es motivado «fundamentalmente, pero no exclusivamente, por causas productivas y organizativas». Todavía se desconoce el número exacto de trabajadores a los que afectará.
La factoría de Los Corrales se está desprendiendo del personal eventual, más otras 80 bajas por planes de jubilación recientes que da por amortizados y no reemplazará. El complejo se mantiene, con problemas, gracias también a las dificultades de una factoría francesa incendiada.
Recientemente ha empezado a producir componentes para el nuevo Nissan Juke, en concreto discos de freno y manguetas de dirección. Una puesta en marcha que supuso cuatro millones, entre inversión y costes de introducción del proyecto. Esperanza y dudas
El Grupo Roper acaba de cerrar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que supone 21 salidas y traslados a Aguilar. De hecho, la mayor parte de los despidos se focalizan en los centros productivos que la organización tiene en Camargo. No sólo eso, sino que la división de los socios propietarios igualmente provocará el cierre de la fábrica de La Cerrada. En paralelo, la compañía propone 16 traslados a Aguilar de Campoo y ha reducido ligeramente su red comercial nacional. ¿Motivos? Pese a elevar las ventas no se ha logrado rentabilidad
La antigua Candemat ha certificado esta semana la crónica de una muerte anunciada con la entrega de la carta de despido a los 97 trabajadores que mantenía en su fábrica de Camargo al no aparecer un inversor que se quedara con la unidad productiva y la plantilla tras declarar concurso hace año y medio. Más aún, con otra planta en Sopelana y otros 75 trabajadores, no ha podido sobrellevar el parón en la automoción, unido a una potente inversión para la compra de la instalación vizcaína. No se descarta una oferta de última hora por la maquinaria
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