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La economía mundial transita por terreno ignoto. Golpeada por una pandemia que ha obligado al mundo a parar, la recesión se da por descontada y el reto es evitar que ese deterioro se convierta en una depresión estable. «El pasado ya no vale», sostuvo el economista José María Gay de Liébana ayer durante su Café virtual junto a la Cámara de Comercio de Torrelavega, una jornada telemática -se pudo seguir a través de youtube- en la que el experto ofreció su particular diagnóstico de situación y, además, deslizó algunas recetas para tratar de capear el temporal. Dado el escenario del foro a distancia, la comarca del Besaya también tuvo protagonismo. Gay de Liébana abogó por que la zona «apueste por su sector primario e industrial para sortear» la coyuntura, que azotará con mayor intensidad a los servicios.
El invitado reconoció que la irrupción en Occidente de la pandemia «ha roto la buena marcha» de la economía mundial, «que aún con cierta ralentización, había recuperado diversos indicadores en materias como consumo, aumento salarial o capacidad de endeudamiento de las familias».
«Ahora estamos ante algo nuevo. La economía se paraliza. Si todo cierra, la economía también lo hace. Al principio pensábamos que iba a ser un golpe para la marcha de 2020, cuando creíamos que tendríamos que estar en casa encerrados sólo 15 días. Este confinamiento se ha ido alargando y yo creo que así vamos a estar hasta junio».
Gay de LIébana se apoyó en los cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI), que apuntan a una caída del Producto Interior Bruto (PIB) del 8% en el conjunto del país, «a razón de dos puntos por mes de parálisis, por lo que el Fondo ya cuenta que hasta julio no se recobrará cierta normalidad».
Una normalización que será progresiva. «Somos optimistas por naturaleza y confiamos en que a partir de septiembre podamos recuperar parte de la economía. Pero lo cierto es que hasta que no haya una vacuna no se retomarán las pulsaciones anteriores», sentenció.
El ponente también pronosticó respecto a esa ansiada medicina. «No llegará antes de final de año. Varios amigos médicos sostienen que será en el primer trimestre de 2021, por lo que prácticamente habremos perdido un año», anotó.
El economista reconoció que para España es todo un desafío. «La situación es delicada toda vez que nuestra estructura productiva depende en amplia medida del turismo», recordó.
Por ello, lamentó que en el pasado «hemos olvidado dos sectores» que, en su opinión, dado el 'ADN' de Torrelavega, la localidad debe aprovechar. «Hay que hacer una apuesta firme por el sector agroalimentario y por la industria, superando la etapa de las deslocalizaciones», opinó.
Ante los tiempos por venir, Gay de Liébana abogó por «formar a la gente de una nueva manera, reciclar a personal de servicios para que a partir de septiembre puedan trabajar en otros sectores que van a surgir, e impulsar el desarrollo tecnológico».
Eso sí, España tiene graves dificultades. Las principales, la deuda y el déficit, que impedirán llevar a cabo políticas expansivas sin la aprobación de la Unión Europea, recordó. «España va a generar entre 2020 y 2021 200.000 millones de déficit adicionales», adelantó. «Vamos a depender de organismos internacionales como el FMI, el Eurogrupo, el Banco Mundial o la Comisión Europea», diagnosticó.
Por ello, «para gestionar el país necesitamos empresarios que sepan actuar en una situación así, no politiqueos», propuso.
Igualmente, oteó que esta «crisis económica y social» también tendrá otras derivadas, «como el descrédito político» subyacente tras la tormenta.
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