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El 'empleo Guadiana'

Jesús Lastra

Santander

Jueves, 25 de octubre 2018, 13:16

«Extraordinario». Así define el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, el dato de la Encuesta de Población Activa (EPA) relativo al tercer trimestre de 2008, que arroja un descenso del paro del 22,3%, el segundo mayor de España tras Baleares, lo que supone una caída de 7.000 personas entre julio y septiembre, 10.300 desempleados menos en relación al verano de 2017. El total de inscritos en el Servicio Cántabro de Empleo (Emcán) se frena en 24.400.

Revilla igualmente se muestra «muy optimista» en relación al futuro de la Comunidad, que tras estos nuevos guarismos presume de una tasa de paro del 8,9%, igualmente la segunda más baja tras Baleares. En la forma, Cantabria podría decirse que tiene motivos para sonreír.

Ahora bien, si se analiza el fondo de la cuestión el porvenir no se presenta tan halagüeño como presume el Gobierno. Lo primero, la economía regional se ha reorientado tras el paso de la crisis hacia los servicios, cuyo peso en el PIB autonómico no deja de crecer. Un sector terciario que se caracteriza por su estacionalidad y un empleo temporal. ¿Qué va a ocurrir con la EPA cuando el rigor invernal se deje notar no sólo en el mercurio de los termómetros?

Más motivos para la preocupación. Cantabria sigue perdiendo población activa. En concreto, 2.900 personas menos que en el mismo periodo de 2017, con una especial sangría entre el personal comprendido entre 25 y 44 años, aquel que debe tomar el relevo de la Comunidad para las próximas décadas y que decir buscar oportunidades fuera de las fronteras autonómicas.

Los sindicatos ya han puesto el foco en esta cuestión, así como en la caída del empleo indefinido (-2.400) en beneficio de la mencionada temporalidad (+7.100) propia de las campañas veraniegas. Igualmente, la EPA vuelva a dejar patente que las mujeres lo tienen más difícil para abrirse paso en el mercado local, tasa de actividad inferior y, por contra, mayor proporción de paradas.

Por tanto, cabe alegrarse cuando los datos sonríen a Cantabria, pero más valdría trabajar para tratar de reequilibrar el modelo productivo regional. Lo que fácil viene fácil se va y la región corre riesgo de acostumbrarse a un 'empleo Guadiana', que aparece y desaparece según el momento que marque el calendario.

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