El transporte cántabro calcula que faltan 200 conductores para cubrir la demanda

El escenario lo dibujó este viernes la Agrupación Empresarial de Transporte de Cantabria (Aetrac), patronal que aglutina a las grandes organizaciones del ámbito en la Comunidad. La entidad celebró en el Hotel Sardinero de Santander su Asamblea anual, una cita en la que igualmente se renovó la presidencia de Andrés R. Tárano (Transportes Lasarte) por otros cuatro años.

El propio Tárano, junto al secretario general, Gerardo Pontón, ofreció una rueda de prensa para hacer balance de la actividad durante 2022 y apuntar los retos a los que se enfrentan las firmas autonómicas.

Para arrancar, varias cifras: el sector facturó 450 millones el pasado ejercicio, un 8,2% más que en 2021, aunque se redujo un 2,97% el número de toneladas movidas por firmas de la región, hasta los 34,13 millones. Un ligero retroceso, con el impacto de la guerra mediante, donde se ha notado la caída de varios nichos dentro del Puerto de Santander, en especial en el ámbito de los contenedores, algo que Tárano y Pontón confían se revierta con la inauguración de la nueva Terminal de Boluda.

De hecho, entre enero y marzo de 2023 los tráficos vinculados a los muelles de la capital santanderina ya mejoran un 6,5% interanual, hasta los 1,7 millones de toneladas.

Cantabria tiene en la actualidad 1.773 empresas de transporte, de las cuales 157 están integradas en Aetrac, para un total de 6.378 vehículos. Se observa un incremento de las firmas que se dedican al negocio de transportes ligeros, una subida del 9,4% en línea con el auge del comercio electrónico y las entregas de 'última milla'.

Tárano puso el foco en los incrementos de costes, con variaciones entre el 6,1 y el 12,6 por ciento en función de la categoría analizada. Pontón recordó que ahora «tenemos una herramienta útil» en referencia a la revisión de precios por las fluctuaciones del combustible. No obstante, el presidente de Aetrac apostilló que los costes no sólo se ciñen al carburante y puso como ejemplo el incremento de las partidas relacionadas al ámbito laboral.

En un sector que en la Comunidad vive un proceso de concentración, con reducción de empresas pero que a su vez las que permanecen elevan sus flotas, Pontón igualmente abundó en los «problemas de amortización» que las compañías tienen con sus camiones.

La caída de rentabilidades obliga a que las corporaciones financien en su totalidad las renovaciones de flota, además que «pocos transportistas aseguran» los daños propios.

Tárano también se refirió al cártel de camiones, que tiene en la región 1.074 vehículos afectados. Las compañías están a la espera de que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre los supuestos sobreprecios pactados por los fabricantes y el consecuente perjuicio para los compradores.

Por último, una reflexión. «Tenemos que hacer más atractivo el sector para los jóvenes». Más allá de las condiciones económicas, las empresas ponen el foco en la «seguridad», en especial en las zonas de descanso y aparcamientos.

Algo fundamental pues la edad media de los camioneros llega a los 55 años, por lo que más pronto que tarde habrá que acometer el relevo.