La plantilla de Sniace se moviliza para que la empresa no se venda en lotes

La medida de presión se desarrolló sin incidentes y con las habituales medidas de seguridad derivadas de la pandemia. Los participantes usaron mascarilla y formaron tres filas detrás de la pancarta principal, con el fin de mantener la distancia social. La manifestación se desarrolló en un llamativo silencio –la moral es baja–, sólo roto con breves aplausos y cánticos habituales: 'Unidad obrera', 'Que viva la lucha de la clase obrera', 'El pueblo unido jamás será vencido', 'Unidad productiva'...

La plantilla reanudó las movilizaciones el 19 de junio, tras el paréntesis de la crisis sanitaria, con una concentración en la Plaza Mayor de la capital del Besaya. El lema de la pancarta sigue siendo el mismo: 'Sniace, por la unidad productiva'. Al término de la manifestación de esta tarde volvió a tomar la palabra el secretario del comité de empresa, Francisco Plaza, que insistió en que las medidas de presión tienen como finalidad que «los trabajadores que han sido despedidos vuelvan a tener trabajo en lo que en un futuro puedan ser las instalaciones de Sniace».

«Porque tenemos claro –explicó– que cualquier opción de compra tiene que implicar la contratación de todos los trabajadores despedidos. Este es el objetivo y ni mucho menos está garantizado, por lo que seguiremos en lucha hasta conseguirlo». Plaza recordó que, tras el cierre de la fábrica, se han destruido «unos 700 puestos de trabajo directos e indirectos», a lo que hay que añadir «el efecto económico sobre las empresas que surtían a Sniace».

Respecto a posibles inversores interesados en la compañía, el dirigente sindical indicó que «de momento sólo hay peticiones de información», pero eso no quiere decir que «al final todas ejerzan una opción de compra». «De hecho, de momento no hay ninguna oferta», afirmó.

El comité de empresa dice que la reapertura de Sniace sería «un bien para todos», una posibilidad de «aliviar las consecuencias de la crisis en la comarca del Besaya y en Cantabria». Los representantes de los trabajadores comparten el deseo de Revilla, expresado hace unos días en el Parlamento regional, de que la fábrica «no está perdida», pero «para ello no basta con palabras o meras declaraciones de buenas intenciones». Plaza dijo que quieren que los políticos se impliquen con «hechos o propuestas» que ayuden en el proceso, y cree que el Gobierno regional y el Ayuntamiento de Torrelavega «sí pueden colaborar». «Volvemos a pedir a nuestros políticos más implicación para llegar a ese objetivo común de recuperar los puestos de trabajo», concluyó.