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Cantabria ha ido hacia atrás en cuanto a competitividad fiscal en los últimos años a pesar de condiciones ventajosas en apartados como Sucesiones o Donaciones. El diagnóstico, queja recurrente entre el empresariado, proviene de Cristina Enache (Rumanía, 1980). La economista de Tax Foundation, con nacionalidad ... española, acude el martes al Foro Económico de El Diario para arrojar luz sobre la situación actual y las recetas que aplicaría.
-¿Cómo ve en la actualidad la competitividad fiscal de Cantabria?
-En los últimos siete años Cantabria ha reducido su competitividad fiscal. Ha bajado 27 puntos. Aunque en 2023 ha podido subir un puesto por la caída de Navarra, se sitúa en el duodécimo lugar. Muy lejos, sin embargo, de la séptima posición que ostentaba en 2017, según nuestro índice de competitividad fiscal autonómica.
-¿A qué se debe ese descenso?
-A varias reformas realizadas en 2018, 2022 e incluso 2023. Este año implantó un nuevo canon por la instalación de parques eólicos y fotovoltaicos. En 2018 subió el gravamen sobre transmisiones de inmuebles y aplicó una tarifa en Patrimonio muy por encima de la media estatal, aunque ahora está en el 3,05%.
-¿Cuáles son las principales fortalezas y debilidades de Cantabria respecto a su entorno?
-En primer lugar, Sucesiones y Donaciones. Es el que más modificaciones ha tenido en los últimos años. Actualmente ocupa el primer lugar junto a Baleares, Andalucía y Galicia, ya que bonifica el impuesto al 100% en Sucesiones para los grupos uno y dos. Respecto a las debilidades, el impuesto sobre la Renta, donde se sitúa en decimotercer lugar. Patrimonio, decimosegundo lugar; y Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, donde Cantabria es decimoséptima.
-¿Qué propuestas tienen desde Tax Foundation para mejorar la competitividad impositiva de la Comunidad?
-Es muy importante mirar lo que pasa en Cantabria y lo que ocurre en otras autonomías. Lo ideal, en el IRPF, sería bajar los tipos impositivos en todos los tramos en 2,5 puntos, para llegar a un tipo máximo del 23%. Esto llevaría a un tipo máximo junto al gravamen estatal del 47,5%, en la línea más o menos del impuesto sobre la renta en Alemania. Sin embargo, la reforma del Gobierno cántabro, aunque va en este sentido, podría ir más allá. Por ejemplo, deflactando todos los tramos del IRPF de forma automática, así como los mínimos personales y familiares con la inflación. Esto no es una rebaja fiscal, es algo imprescindible para que no haya una subida encubierta a través de la inflación. En cuanto a Sucesiones y Donaciones, creo que la propuesta de bonificar al 50% el Grupo 3 es importante, pero la clave es que se lleve a cabo, ya que este gravamen es mucho más reducido en otros países de Europa. Otras comunidades también están trabajando en la dirección de minimizar o prácticamente abolir dicho impuesto.
-Ha mencionado la reforma fiscal del Gobierno regional, ¿qué le parece en su conjunto?
-Hay que ver exactamente cómo se va a implementar. Lo más importante sería que se deflactaran todos los tramos del IRPF. Por otro lado, una medida necesaria que debería implementar es la derogación del nuevo canon por la instalación de parques eólicos y fotovoltaicos. Esto generaría certidumbre normativa e impositiva, ya que los inversores tendrían claro que no va a haber nuevos impuestos adicionales para proyectos que puedan llegar a la región.
-¿Cuáles son los mayores riesgos que otea Tax Foundation para la competitividad impositiva cántabra?
-El primero es que se mantenga el nuevo Impuesto sobre Patrimonio y que el Gobierno central quiera hacer lo mismo con el de Sucesiones. Esto va en contra de la línea del resto de Europa. Por otro lado, hay que mencionar que las comunidades autónomas también compiten con otros países como Alemania, Francia o Portugal. Hay impuestos que siguen muy por encima de otros vecinos del continente.
-¿Qué le parece la tasa a la banca y energéticas por sus beneficios extraordinarios?
-Hemos analizado mucho el tema. En realidad no hay beneficios caídos del cielo. Además, tal y como está diseñado en España, en el caso de la banca no se aplica sobre dichos beneficios, sino sobre las ventas. En Europa estos gravámenes se han diseñado de otra manera y de forma temporal, no permanente. Esto desincentiva la inversión, se ha visto no sólo en España, sino en otras partes de Europa. En el momento en el que las empresas han advertido de que podrían no hacer los proyectos, los gobiernos se han echado atrás. De hecho, este tipo de tasas pueden ser muy perjudiciales para el proceso de transición energética que está llevando a cabo España.
-¿Qué impacto puede tener a nivel local el regreso de la consolidación presupuestaria y fiscal a la Unión Europea?
-Hemos visto que España casi nunca ha cumplido las reglas fiscales. Esperemos que ahora lo haga. En anteriores crisis hemos visto que ha subido los impuestos, pero no así la recaudación. Como ejemplo, el aumento del Impuesto de Sociedades con una recesión económica, que no se ha traducido en un incremento de ingresos. El IVA también se elevó dos veces, con Zapatero y con Rajoy. Espero que esta vez la estrategia pase por rebajar el gasto y no más presión.
-¿Es necesaria una armonización impositiva a nivel continental?
-Pensamos que no, que lo mejor es la competitividad entre países. Libertad de elección. En España hemos visto que rebajas fiscales en Sucesiones o Renta han ido extendiéndose por las comunidades. Como el Gobierno central no ha deflactado el IRPF ha habido autonomías que sí lo han hecho. De ahí el valor de esa competitividad. Me parece impensable que en otros países europeos hubiera un gravamen como el de Patrimonio.
-España está revisando su sistema de financiación autonómica, ¿qué efectos podría tener en la recaudación una extensión de un sistema 'a lo foral' para Cataluña?
-Las comunidades no necesitan de un sistema foral para bajar impuestos o atraer inversión. De hecho, Navarra ha utilizado su régimen para subirlos: tiene un impuesto de Sociedades del 28%. Se han dado reformas sin sentido desde el punto de vista internacional. Si miramos a Cataluña, ocupa el último puesto en nuestro índice: es la que más impuestos propios ha creado. Aun así, vemos que no es la región más competitiva.
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