De la Vega de Pas a Hong Kong

El sobao es, en sus mejores creaciones, una pieza repostera contundente. Voy a señalar algunos ingredientes, que no por comunes hacen que el resultado sea a veces ni parecido entre unas marcas y otras, siguiendo el mismo misterioso principio de que ninguna persona hace la tortilla de patata igual a otra. Su receta consta de azúcar, mantequilla, harina, huevos, sal, limón rallado, ron o anís y levadura. La masa preparada se coloca en los típicos moldes de papel y se hornea convenientemente. Esto ha sido casi como no escribir nada, porque cada empresa de sobaos tiene su sobao propio e incluso sus recetas particulares y sus 'secretos'. Hay quien distingue incluso de sobao 'antiguo' y sobao 'moderno' en atención al uso de una determinada harina conglomerada con agua, y hay quien señala al pasiego doctor Madrazo como uno de los promotores del dulce a finales del siglo XIX; en todo caso, en su oscuro origen hay que entender la cotidianidad de los ingredientes del entorno rural, sobre todo la mantequilla y la harina.

Se entiende que pueden distinguirse además tres tipos básicos de sobaos, el grande (entre 130 y 180 gramos), el mediano (entre 40 y 80) y el pequeño (entre 20 y 40). Yo añado, con pleno conocimiento de causa, otra distinción: la del sobao cuadrado y el sobao redondo, porque cuando yo era pequeño, mi abuelo materno, que frecuentaba una expendeduría de sobaos en Ontaneda cuyo nombre oculto aquí, trató de que su dueño me contratara para, con mis dientecillos vampíricos de entonces, recortara los sobaos cuadrados convirtiéndolos en redondos. No hubiera sido mal empleo...

Sobaos Serafina, situada desde 1975 en el Polígono de Raos (Camargo), tiene más de ochenta trabajadores. Fue fundada en la villa de la Vega de Pas en 1915 por el panadero Felipe Diego Saiz, que nunca pudo prever la exitosa posteridad de su labor. Le sucedió su hija Serafina Diego, de quien la empresa tomó el nombre. Con ella comenzó la expansión del producto primero a las localidades más pujantes de la región, Santander y Torrelavega, y más tarde a otras provincias españolas, de manera que empezó a ser marca popular y reconocida. Sus actuales directores generales son dos de los hijos de Serafina, Jesús y Adolfo Gómez Diego, quien ha comentado (tomo la cita de internet) que «la clave del éxito de Sobaos Serafina es haber seguido los consejos y pautas de nuestros abuelos y de nuestros padres al pie de la letra, en su receta tradicional, para así poder dar al consumidor nuestro mejor producto». Una cuarta generación familiar se ha ido incorporando a la empresa en distintas funciones. Sobaos Serafina produce al parecer un millón de unidades al día, cifra que solo se consigue con una actividad que cubre las 24 horas del día y varias líneas de elaboración.

Aunque el sobao dulce, suave y esponjoso es su producto estrella, manufactura otros dulces como corbatas de Unquera, quesadas, magdalenas y los llamados 'mojis' con aceite de oliva virgen, que distribuyen a tiendas de alimentación y grandes cadenas de distribución de todo el país con marca propia o marca blanca, e incluso a varios países europeos, además de dedicarse a la distribución de otros productos alimenticios. Sobaos Serafina puede llevar a gala que es una de las pequeñas y medianas empresas de Cantabria que exporta al mercado exterior, en buena medida para contrarrestar una situación económica no precisamente bonancible. Y entonces si viajamos a Hong Kong, por ejemplo, podremos desayunar sobaos de Serafina adquiridos en la principal cadena de supermercados de aquel lejano y a la vez cercano mercado.

Sobaos Serafina ha merecido importantes galardones como, por ejemplo, el premio a la Mejor Pyme Agroalimentaria de Cantabria (2010), el premio de la Asociación Cántabra de Empresa Familiar en su centenaria trayectoria (2015) y las dos estrellas concedidas por el International Taste Institute de Bruselas en reconocimiento al sabor, calidad y textura de sus sobaos (2019).