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Las ventas de coches no se recuperan a pesar de las medidas de incentivo y los datos de julio conocidos ayer así lo ponen de ... manifiesto. Las matriculaciones han crecido un 1,4% en Cantabria en los siete primeros meses del año, con 4.009 unidades vendidas entre enero y julio, el menor incremento de las 13 comunidades en positivo y por debajo del repunte nacional del 18,1%, según datos de las asociaciones de fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto) y vendedores (Ganvam).
En julio, las entregas de automóviles en Cantabria se situaron en 645 unidades, lo que se traduce una caída del 37% (36,9% ) en comparación con el mismo mes del año anterior, la sexta más acusada y superior a la media del 28,9%.
Hay que destacar que la matriculación de vehículos comerciales ligeros hasta julio creció en Cantabria un 21,2%, con 899 unidades, nuevamente por debajo de la media (22%). Mientras, en el séptimo mes, las ventas de estos vehículos se redujeron un 32,8%, con 123 unidades, en este caso menos que en España donde cayeron un 33,1%.
En cuanto a la matriculación de vehículos industriales creció un 22,2% en el acumulado en la región, con 215, cuando en todo el país lo hizo un 25%. En julio el incremento fue del 42,1%, con 27 unidades, el tercer repunte más acusado de las comunidades y en contraste con el descenso de la media nacional (13,2%). Además, se ha matriculado un único autobús en la región en lo que va de año, el pasado mes de junio, lo que supone una caída del 91,7% en relación a los siete primeros meses del año pasado.
De otro lado, Cantabria registró hasta julio 933 matriculaciones de vehículos híbridos y 254 de electrificados.
Concretamente, las matriculaciones de vehículos híbridos se dispararon un 76% en el acumulado, por debajo de la media (99,8%). En julio se matricularon 150 en la región, un 10,7% menos que en el mismo mes de 2020, frente al 12,9% más del conjunto nacional.
También la matriculación de los vehículos electrificados aumentó en la región por debajo de la media, tanto en el acumulado, con un 58,7% frente al 133,5% de crecimiento en todo el país, como en julio, con 44 matrículas en la región (+25,7%), cuando en España rozó el 49,2%.
Raúl Morales, director de comunicación de Faconauto, indicó que «la situación empieza a ser comprometida, porque el referente, que es el canal de particulares, es decir, la venta que hacen los concesionarios vuelve a caer con fuerza con respecto a hace un año y se ha situado incluso un 34% por debajo de las cifras de julio de 2019, lo que habla de la tendencia tan negativa que sigue el mercado».
Según la directora de Comunicación de Ganvam, Tania Puche, «el impasse desde que el 30 de junio se ratificara definitivamente en el Congreso la reducción temporal del impuesto de matriculación y su entrada en vigor -más de diez días después- ha pasado factura al mes de julio. A partir del día 12 se acelera el ritmo de ventas diaria evidenciando el valor de la medida, pero la velocidad adquirida no ha sido suficiente para compensar el parón inicial, quedándonos muy por debajo del mismo mes del año pasado, cuando en plena pandemia se superaron con creces las 100.000 unidades gracias a que se liberó la demanda retenida durante el confinamiento. Además, hay otra cuestión coyuntural añadida, y es que como la escasez de microchips prolonga los tiempos de entrega de los vehículos nuevos, las compras -especialmente de particulares- se están desplazando hacia el vehículo de ocasión. Si a esto le unimos la caída de la confianza del consumidor ante la quinta ola, tenemos la tormenta perfecta».
La falta de stock por la crisis de los microchips está impactando sobre las matriculaciones, a lo que hay que unir, lógicamente, la lenta salida de la crisis poscovid. Además, vuelve a ser determinante para el mercado la confusión y la falta de seguridad de los compradores respecto a qué tecnología elegir. Mientras que otros sectores empiezan a recuperarse, el automóvil, que debería estar siendo el tractor de la recuperación, se hunde y no tiene un horizonte.
La falta de stock por la crisis de los microchips está impactando sobre las matriculaciones, a lo que hay que unir, lógicamente, la lenta salida de la crisis poscovid. Además, vuelve a ser determinante para el mercado la confusión y la falta de seguridad de los compradores respecto a qué tecnología elegir. Mientras que otros sectores empiezan a recuperarse, el automóvil, que debería estar siendo el tractor de la recuperación, se hunde y no tiene un horizonte.
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