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Miércoles, 29 de julio 2020
Marc Vidal, consultor y divulgador en economía digital, considera que en territorio rural inteligente tiene que ver con el uso de las tecnologías en espacios donde la eficiencia se vuelve primordial.
–¿Cómo definiría un Territorio Rural Inteligente?
–El medio rural se suele relacionar con la agricultura o la ganadería. Su modernización se identifica con hectáreas y hectáreas cultivadas sin intervención humana. Por lo menos aparentemente. Trabajadores del campo que ven como su actividad es sustituida por automatismos, robots o sistemas inteligentes. Algunos lo verán como una amenaza, como siempre, y otros lo vemos como un desafío, una oportunidad inédita. Sin embargo es mucho más. Un Territorio Rural Inteligente responde al uso de las tecnologías que derivan de la cuarta Revolución Industrial y que se despliegan en el medio rural. Espacios en los que la eficiencia se vuelve primordial, donde el big data permite seleccionar adecuadamente los recursos disponibles para hacer frente al turismo rural, la inteligencia artificial responde de un modo efectivo al consumo energético, donde los dispositivos IoT generan un interesante campo de interacción entre espacio y habitantes.
–¿Qué consecuencias económicas y sociales está suponiendo la crisis del covid-19 en el entorno rural?, ¿se han vuelto más atractivas las zonas rurales?
–La nueva normalidad no es nueva, por lo menos no en los flujos económicos y en las relaciones comerciales. Tampoco lo es en el sentido del valor que la innovación tiene en todos los campos de la vida. Lo único que ha estimulado es la velocidad en la que todo ello se va a implementar. El medio rural ya era un medio atractivo. Esta realidad que nos ha explotado frente a nuestras narices nos ha hecho ver lo importante que es tener un medio rural tecnológico, equilibrado y competitivo. Lo que va a quedar, por mucho tiempo, no es más que una 'nueva realidad' social y de comportamiento.
–¿Qué actuaciones considera que son prioritarias desarrollar desde la innovación y la tecnología para impulsar el entorno rural?
–Se debe convertir el espacio rural en un entorno sin desequilibrios tecnológicos. Hemos llevado la red a territorios remotos, impensables. Tenemos a la vuelta de la esquina el despliegue de la tecnología 5G y debe aprovecharse sus capacidades. La principal prioridad debe ser la de crear un espacio conectado de un modo eficiente. Después se deberían crear entornos de creación empresarial vinculadas a la innovación. El día que no solo se planteen empresas agrotech como un ejemplo de innovación empresarial rural, sino que una startup del mundo fintech sea capaz de crecer e innovar desde un pueblo remoto de España, como pasa en Escocia, lo habremos logrado. Es un ejemplo, pero sirve para entender el catálogo de necesidades y lo que significa lo que quiero decir.
«Para eliminar la brecha digital se debe invertir estratégicamente en el valor añadido que tienen los pueblos»
–¿Cuál es el principal obstáculo para fijar población en los pueblos?
–La falta de previsión y el escaso interés político por potenciarlos. Se requiere conocimiento de lo que sucede en el campo, en el entorno rural, en los pueblos. La falta de tecnología para conectar adecuadamente las ciudades con los municipios rurales, la escasa necesidad en muchos casos de hacerlo y el escaso rédito electoral que tiene lo estimula. La brecha digital ya no es sólo un aspecto cultural, generacional o económico, ahora también es una brecha territorial. Para eliminarla se debe invertir estratégicamente en el valor añadido que tienen los pueblos. Son escenario de modernidad, una modernidad distinta, pero cierta. Yo nací en un pueblo de apenas 200 habitantes, entiendo muy bien cuál es el motivo por el que mis padres se fueron a una gran ciudad. Todo estaba allí, así lo decían. Ahora sabemos que todo lo que estaba en la ciudad, puede estar en el pueblo, de un modo digital, pero puede estar. Esa brecha es artificial.
–Durante estos meses nos hemos visto obligados a digitalizar nuestras vidas (trabajo, educación, sanidad...) algo que también ha servido para ver la carencia que este sentido tienen las zonas rurales, ¿es el momento de apostar por la digitalización de procesos, especialmente en este medio rural? ¿cómo?
–Al igual que muchas empresas han creído que estaban formalizando un modo de trabajo en remoto con sus empleados y en realidad no lo estaban haciendo, el entorno rural debe medir muy bien qué significa incorporar tecnología a sus procesos. Teletrabajar no es trabajar desde casa. Teletrabajar debe ser un ejercicio absoluto de relación eficiente con el espacio en el que no estás físicamente pero al que accedes en modo remoto con total y absoluta capacidad. La seguridad, la velocidad de acceso, la virtualidad de las acciones. Eso no ha sido cumplido en la mayoría de las empresas que dicen haber 'teletrabajado'. En los próximos meses veremos cuantos agujeros de seguridad hubieron estos meses y el modo en el que esa actividad no supuso una equiparación real con haber estado en la oficina física. El entorno rural debe aprender de este tránsito que hemos vivido y solicitar la tecnología necesaria, los procesos adecuados, la formación imprescindible y el cambio cultural inevitable para lograrlo.
–Sostenibilidad y digitalización son los dos nuevos paradigmas de desarrollo, ¿cómo pueden concretarse de manera conjunta en el entorno rural?
–No se deberían desligar. Digitalizar es hacer eficiente un proceso. Cuando haces eficiente un proceso lo haces más sostenible. Por lo menos eso debería ser así siempre. Creo que el verbo que mejor enlaza con el medio rural no es el de 'crecer' sino el de 'hacer eficiente'. En un momento de la historia que todo el mundo define como el instante ideal para 'reconstruir', a mi me gusta mucho más hablar de 'reiniciar' y ahí el campo, los pueblos, el entorno rural, tienen mucho más que decir que muchos núcleos urbanos.
–Hemos oído hablar mucho de las smart cities, y en este sentido usted ha dicho en alguna ocasión que digitalizar una ciudad no es hacerla inteligente, ¿es aplicable a los entornos rurales? ¿cómo debería ser una smart village?
–Una smart city no es una ciudad con plazas que ofrecen wifi gratis. Durante mucho tiempo ha sido así. Un entorno rural inteligente no es solo un lugar con acceso de banda ancha a la red. Es mucho más. Se trata de potenciar un modelo productivo y hacerlo de manera integral en todo un territorio rural, de permitir el acceso a la banda ancha y a un precio reducido pero también de estimular la implementación de tecnología vinculadas a la cuarta Revolución Industrial, de comprometerse desde la administración con lo que supone impulsar startups que precisan de un recorrido muy distinto al de las empresas más tradicionales y que pueda, en definitiva, ir ocupando cada vez más espacio un modelo productivo tecnológico, sostenible y vinculado al conocimiento y al medio rural. Sabemos que el futuro depende de que podamos atender a un mundo sin empleo generando nuevos más 'humanos', más creativos, menos orientados a lo repetitivo o a lo que cualquier automatismo pueda hacer y para ello hay que trabajar duro en como se define un entorno propenso a esos cambios y permeable a ese progreso. Ahí una región rural inteligente tiene un espacio notable de desarrollo y de inspiración.
Apasionado por la economía y la tecnología, Marc Vidal es especialista en Transformación Digital e Industria 4.0 , compaginando su faceta de conferenciante con la de divulgador así como con la de consultor internacional en grandes empresas. Y es que, según él mismo señala en su web, su verdadera vocación profesional es la de «ayudar a empresas e instituciones a realizar los cambios tecnológicos que permitan localizar los desafíos que la transformación digital». Asimismo, Vidal es autor de varios libros entre los que destacan 'Una hormiga en París' o el recién publicado 'La Era de La Humanidad'.
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