Contra viento y marea

A pesar del daño del covid, el Puerto cierra 2020 con una caída del 11% y en niveles próximos a 2018

Jesús Lastra y fotos: javier cotera

Santander

Viernes, 29 de enero 2021 | Actualizado 30/01/2021 07:24h.

El cierre de 2019 la Autoridad Portuaria de Santander (APS) exhibía su satisfacción por los resultados del ejercicio, el segundo mejor de su historia en cuanto a tráficos con 6,55 millones de toneladas circulando por los muelles de la capital de Cantabria. Apenas tres barcos habían separado a la organización de su récord histórico, lamentaba el Puerto, que encaraba 2020 reafirmándose en su cambio de estrategia incentivando el negocio de la mercancía general, que se entendía como un nicho más estable a los altibajos coyunturales de otros tráficos, como el de los grandes sólidos.

La intención era buena, pero evidentemente la excepcionalidad que el covid-19 ha deparado para 2020 ha echado por tierra todas las previsiones. En un año que durante la primavera provocó un auténtico terremoto económico y productivo, especialmente entre finales de marzo y principios de abril cuando tuvo que parar incluso la industria no esencial, el Puerto de Santander ha tenido un buen comportamiento desde el verano que le ha permitido salvar los muebles con nota ante tan mayúsculo desafío.

Porque la APS ha cerrado el ejercicio con 5.837.734 toneladas, lo que supone un descenso del 11% con respecto al año anterior, cuando se obtuvieron 6.585.287 toneladas. Sin embargo, estos parámetros no son en absoluto malos si se tiene en cuenta el contexto. Como referencia, se ha vuelto a niveles similares a los arrojados en 2018.

Del total del tráfico acumulado durante el último año, 3.026.139 toneladas las acumularon los graneles sólidos; 213.696 los graneles líquidos; y 2.597.899 la denominada mercancía general.

El tráfico de graneles sólidos retrocedió un 17% y representa, con el 51,8%, más de la mitad del total de tráfico de mercancías. El azúcar, con un descenso del 56,7%, es el producto que sufrió una mayor caída, seguida de los cereales. Por otro lado, el sulfato sódico experimentó un aumento del 45,5% con respecto a 2019.

En cuanto a los graneles líquidos, se redujo en un 34%, aunque tiene poco impacto en el tráfico total, ya que solamente representa el 3,7% del tráfico.

El tráfico de mercancía general en este período, uno de los grandes retos de la Autoridad Portuaria, aumentó en un 0,4 % con respecto a 2019, alcanzando las 2.586.789 toneladas.

5,83millones de toneladas La cifra de 2020 del Puerto de Santander no es mala a tenor de la crisis global. De hecho, se mueve en niveles similares a los de 2018.

Esta buena marcha se debe, en gran parte, al aumento del número de escalas y de la capacidad de los buques de CLdN que, desde que comenzara su andadura en el Puerto de Santander en octubre de 2016, no ha hecho más que crecer multiplicando su actividad en un 500%. De hecho, ofrece ya servicios a Dublín y Cork (Irlanda), Liverpool, Killingholme y Londres (Gran Bretaña), Esbjerg (Dinamarca) y Gotemburgo (Suecia). Así, la compañía tuvo en 2019 104 escalas frente a las 158 de 2020. Si el análisis se centra en los contenedores, el incremento fue en 2020 del 82,6% con respecto a 2019, pasando de los 14.316 TEUS de ese año a los 26.148 de 2020.

Las cifras, por tanto, reafirman a la APS en su apuesta por la mercancía general y trasladada en contenedores. De hecho, la organización insiste en que este tipo de negocio genera más valor y riqueza para el entorno que la manipulación de otro tipo de productos.

En la otra cara de la moneda, uno de los tráficos que más se ha resentido por la crisis del covid fue, evidentemente, el de pasajeros, que se desplomó en un 68,9%, pasando de los 235.625 en 2019 a los 73.244 de 2020. Así, vemos cómo los viajeros del ferry disminuyeron durante el pasado 2020 un 64,5% interanual, mientras que los turismos lo hicieron un 58,6%, pasando de las 72.647 unidades de 2019 a las 30.046 de 2020.

En cuanto al tráfico Ro-Ro, este perdió un 1,6% con respecto a 2019. En el apartado de automóviles, el descenso fue del 30,4% pasando de las 464.111 unidades de 2019 a las 322.915 de 2020.

En comparación con el resto de administraciones públicas, la APS se mantuvo en la media que, hasta noviembre, era de -9,29%. En lo referente a los puertos de la fachada norte, entre enero y noviembre de 2020, A Coruña, cayó un 22,27%; Avilés, un 19,52%; Bilbao, un 14,34%; Gijón, un 8,39%; y Pasajes, un 6,35%.

Descenso de 322.915

El tráfico de automóviles, fruto de la parálisis del sector, sí experimentó un retroceso del 30,4% frente a los 464.111 coches de 2019

Como nota positiva, y atisbo de la tendencia alcista, el pasado noviembre acabó con un balance que le convierte en el segundo mes de más intensidad de trabajo medido en toneladas también en su historia, con 700.000. Por contra, julio fue de los más bajos.

Con esta fotografía, el Puerto espera recuperar en verano los niveles precovid y moverse en parámetros similares a los de 2019, esto es, en máximos históricos de nuevo.

Ejes de futuro

Más allá de las estadísticas, este 2020, a pesar de los problemas, ha sido un año importante para el futuro portuario. No en vano, se han dado los pasos necesarios para seguir ganando competitividad, en especial con dos nuevos proyectos de calado.

En primer término, la APS adjudicó a finales de agosto el pertinente contrato para acondicionar una parcela en el Espigón Central de Raos y construir un aparcamiento en altura para el almacenamiento de vehículos. La encargada de acometer los trabajos, por un plazo de 21 meses, es la Unión Temporal de Empresas (UTE) conformada por API Movilidad SA, integrada en el Grupo ACS de Florentino Pérez; Industrias Metálicas ANRO; y la constructora cántabra Arruti. El coste del proyecto asciende a 15,9 millones más IVA (unos 19,3 millones).

Esta actuación permitirá a la organización disponer de mayor espacio para uno de sus tráficos estrella. De hecho, la instalación podrá ampliarse en el futuro si se considera necesario. En esta fase inicial tendrá capacidad para 3.000 vehículos y se ubicará paralela a Raos 8.

Con todo, seguramente la noticia más esperada por la cúpula portuaria llegó a final de año, cuando el Consejo de Administración dio luz verde a que Boluda Corporación pueda construir y explotar una terminal de contenedores, un golpe para otros puertos limítrofes como el de Bilbao.

Se proyectó una terminal de mínimos para una capacidad superior a las 40.000 unidades anuales, grúas portacontenedores, con una línea de atraque de 200 metros y una superficie de unos 36.000 m2, que contará con una playa de vías de ferrocarril.

Ha habido otros asuntos. Por ejemplo, nada se sabe todavía de una posible ampliación de Santander Coated Solutions después de que se llevara su nueva planta de galvanizado a León. A pesar de que tanto Puerto como Gobierno de Cantabria confiaban en que 2020 trajera de nuevo novedades al respecto, la explanada se utiliza en la actualidad como aparcamiento.

Sí que se han producido cambios en la terminal de carbón, puesto que la APS ha autorizado a Noatum a modificar los términos de la concesión y almacenar y tratar otros tráficos para garantizar su futuro. Sin embargo, esta decisión provocó un cisma con otra competidora, Bergé, que incluso envió una carta al Consejo del Puerto acusando a sus miembros de opacidad.

Por otro lado, el reto de los polizones y los quebraderos de cabeza que dan al Puerto. La organización ha ido implementando nuevas medidas para frenar las entradas ilegales, incluido el uso de drones. Las incidencias se han trasladado al interior del recinto, aunque están causando daños más severos.

Y, como cierre, el 'Brexit', cuyos efectos se dejarán notar en este ejercicio recién iniciado. Aún así, el Puerto ya ha tomado las medidas administrativas y de aduanas necesarias para desenvolverse en esta nueva realidad comercial y fronteriza. La vuelta de los controles será una de las señas de identidad de los próximos meses dentro de este ámbito.