«Vivimos un momento complejo del que el sector exterior español saldrá adelante»

De internacionalización se habló ayer mucho en el Hotel Sardinero de Santander, dentro de la última sesión del ciclo de jornadas 'Cantabria +', en este caso '+Global'. Como invitada principal a la cita organizada por El Diario en colaboración con Sodercán, María Peña, consejera delegada del Instituto de Comercio Exterior (ICEX). Como complemento de renombre para la mañana, la experiencia de dos de las mayores compañías de Cantabria, Armando Álvarez y Tycsa, en boca de Ignacio Canales e Ignacio Quijano, directores generales de ambas organizaciones, respectivamente.

«Estamos viviendo un momento complejo del que el sector exterior español saldrá adelante». Ésa fue una de las principales conclusiones de Peña, en un acto moderado por la periodista Pilar González. Para llegar a ella, una premisa inicial: «No hay nada más cercano a la internacionalización que la asunción de riesgos y la innovación».

Tras dejar claro que el ICEX ni subvenciona ni regula, sino que se dedica a prestar servicios a las organizaciones que operan fuera de las fronteras nacionales, Peña recordó que la crisis «ha traído un cambio en el eje del crecimiento que ha situado a la internacionalización en el centro». Eso, como cara. En la cruz, que el tejido corporativo nacional se alimenta en buen porcentaje de pymes, lo que lleva a un elevado ratio de fracaso en la primera misión en el exterior.

Fruto de la mencionada recesión iniciada una década atrás, «la economía española ahora es más capaz de crecer y tiene una competitividad» al alza, «con mercados cada vez más diversificados», manifestó la ponente.

Tras esos elogios, puso el foco en asuntos que pueden devenir en problemas, como que casi el 50% del comercio exterior del país se centre en Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y Portugal, «que presentan crecimientos débiles», por lo que animó a tener mayor inserción en las cadenas de valor global, en especial en China y Estados Unidos, donde la posición es mejorable.

En este contexto, «Cantabria se está saliendo de lo normal con su liderazgo en 2019». En cifras, 341 empresas exportan en la Comunidad de forma regular, el 0,61% del total. «Son poquitas pero con mucha actividad exterior», anotó.

Tras la presentación general, la realidad de lo concreto. Ignacio Quijano recordó como el Grupo Global Steel, al que está adscrito Tycsa, lleva «muchísimos años exportando, cuando no había casi ni fax», para centrarse en el análisis del mercado del acero, «un sector muy competitivo» y en el que desde Santander se exportan 600.000 toneladas a 50 países.

«La exportación ha sido una necesidad», abundó el portavoz de Tycsa, que defendió que «uno de los retos principales pasa por mejorar la competitividad de nuestro servicio, que no puede ser en base al precio, sino a través de la especialización», amplió.

De hecho, en la estrategia de Global Steel cobra importancia «el contacto directo con los clientes en vez de con intermediarios para así poder conocer de primera mano cuáles son las necesidades de los mercados y de los propios clientes».

Desde Armando Álvarez, Ignacio Canales rememoró como lo que arrancó como una «aventura» en los años 80 y 90 que incluso quitaba tiempo y recursos al mercado nacional, posteriormente, en especial a raíz de la crisis económica y la caída en bloque del sector de la construcción y los subsectores derivados, ahora mismo supone el eje del futuro de la corporación.

«Hemos pasado de que el sector exterior sea una necesidad a un modo de vida. Hoy en día no hay futuro sin exportación», subrayó, para remachar que de los cerca de 1.000 millones que factura el Grupo por ejercicio, el negocio internacional supone un 42% aproximadamente, con ventas en 105 países.

Dentro de esta evolución, uno de los hitos fue la compra de una planta en Dallas (Estados Unidos) en el año 2014, una elección que no fue casual al ofrecer este mercado una «seguridad a la hora de cobrar», uno de los principales quebraderos de cabeza para todas las empresas que operan de forma global, tal y como se constató en el debate posterior. A este respecto, Canales abundó que «tener inversiones y activos allí supone no dormir por las noches», en referencia a las tribulaciones aparejadas a estos proyectos.

La guerra arancelaria impulsada por Donald Trump también fue objeto de debate. Para Quijano, «el proteccionismo del señor Trump está distorsionando totalmente el mercado». Eso sí, presumió de que «incluso con un 25% de arancel nos compran».

En la misma línea, Peña defendió que en esta batalla comercial entre Estados Unidos y China, «que en realidad es una lucha de poder», la Unión Europea «sigue apostando» por la libre transacción de bienes y servicios. «Que el comercio no se rija por tuits y que el sentido común vuelva a imperar», reclamó.

En síntesis, el exterior no es una opción, más bien una obligación, pero cuyos desafíos obligan a las empresas a estar más preparadas que nunca.