Secciones
Servicios
Destacamos
La compañía Pérez y García fue fundada en 1853 en Santander por los indianos Ángel Bernardo Pérez y José García Álvaro, que decidieron fletar barcos con bacalao y madera noruegos. Cinco años después, compraron uno de los bergantines que solían fletar para destinarlo al transporte ... de harina a La Habana y que bautizaron con el nombre de 'Teresa'. El capitán de este barco, el cántabro José Gómez Quintana, se encargaría de rentabilizar los viajes comprando en Cuba cacao y café para los retornos, lo que permitió a la empresa adquirir otro barco más, abandonar el transporte de la madera y el bacalao y centrarse en el negocio caribeño.
'Pérez y García' comenzó en 1865 a actuar como consignatario de otros buques, entre ellos los primeros correos de A. López y Cía que salían de Santander hacia América.
Esta actividad, además de proporcionar una diversificación providencial cuando sobrevino la crisis harinera, establecería una especial relación con la compañía del que sería primer Marqués de Comillas. En 1873 García Álvaro se desligó de la empresa que había fundado con Ángel Bernardo para ser consignatario de las líneas regulares de López y Cía, y en 1881, Pérez y Cía participaba en la creación de la Compañía Transatlántica Española, vinculada al marqués.
Noticia Relacionada
El Diario Montañes
Con el nombre de Ángel B. Pérez y Cía, la empresa tuvo una etapa donde no adquirió barcos hasta que estuvo dirigida por Ángel Pérez Aguirre, la segunda generación, que adquirió tres barcos en la primera década de los años XX con la que hizo una gran fortuna gracias a los fletes que la I Guerra Mundial proporcionó a la neutralidad de los buques españoles. Hubo un cuarto barco botado en 1920 con el nombre del hijo del propietario, el 'Alfonso Pérez', de ingrato recuerdo en Cantabria. Al acabar la contienda mundial los barcos de la compañía pasaron más tiempo en la bahía santanderina esperando cargas y durante la guerra civil, el 'Alfonso Pérez' fue requisado por la República como barco-prisión donde murieron asesinados decenas de presos políticos.
Tras la posguerra, la compañía formó parte en 1962 de la fundación de Remolques Unidos, empresa dedicada al remolque marítimo en el puerto de Santander y en el remolque de altura y salvamento, y en 1967 comienza la expansión por toda España con nuevas oficinas y adquisición de antiguas consignatarias, consolidando su expansión en el Caribe. Con la dirección de Jaime Pérez-Maura el grupo conoció su etapa de esplendor a partir de los años 70, ya que controlaba la Naviera Asón, Naviera de Cantabria, Naviera Marítima Arosa, la valenciana Naviera Castañer y Ortiz, Nueva Naviera y Naviera Euromar. Su propietario también tenía una participación decisiva en los santanderinos Astilleros del Atlántico, en Astilleros y Construcciones de Vigo y en Naviera Pinillos, además de ser consejero delegado de la Compañía Trasatlántica.
También realizó una importante compra de buques amparada por las facilidades del Banco de Crédito Industrial.
El apogeo de A. Pérez y Cía coincidió con los grandes planes de desarrollo de la política mercante española que pretendía sostener el sector de la construcción naval, entonces uno de los más potentes del mundo. Pero las subidas salariales y la crisis mundial fueron cambiando las circunstancias. A comienzos de los años 80, con un importante endeudamiento del sector naviero, se produjo el hundimiento de los fletes que dejaría muy tocada a toda la flota matriculada en Santander, a los Astilleros del Atlántico y a Pérez y Cía que se quedó sin flota después de abanderar 53 buques.
Entre esos más de medio centenar de barcos de Pérez y Cía tuvieron singular recuerdo algunos como el 'Marte', construido en 1898 en Londonderry que, tras 73 años de servicio, proporcionó importantes beneficios a la empresa incluso cuando estaba a punto de ser desguazado, ya que fue embestido en el puerto de Tenerife y consiguió una indemnización considerable. Otro fue el 'Ranga', con matrícula santanderina, que fue el único barco de la naviera que jamás llegaría a puerto al acabar en los acantilados de la costa irlandesa cuando falló el arranque del motor principal en medio de un fortísimo temporal durante su viaje inaugural. Más suerte tuvo el 'María', botado en Londres en 1890 como 'Robin' y adquirido en 1917 por Pérez y Cía, prestando servicio durante 49 años. Este barco finalmente fue adquirido en 1974 para ser exhibido en un museo marítimo cerca de la Torre de Londres.
A pesar de la importante crisis del sector naval español, la empresa consiguió sobreponerse y se especializó en la explotación de varias terminales de contenedores.
Hoy el Grupo Pérez y Cía presta servicios de apoyo global a los sectores naviero y logístico en todos los eslabones de la cadena de suministro. También ofrece servicios de representación de líneas, consignación de buques tramp, cruceros, yates y transporte de la carga sobredimensionada para industrias aeronáuticas, offshore, construcción, Oil & Gas y renovables, entre otras (project cargo). Entre sus últimas incorporaciones se encuentra Atelde, empresa especializada en el almacenamiento y distribución de cable submarino.
Tiene 45 oficinas distribuidas por la Península Ibérica, Marruecos, el Caribe, Centroamérica, Sudamérica y China y con alrededor de un millar de trabajadores sigue liderando el sector marítimo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.