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«Me dedico a que las cosas ocurran y en ocasiones lo consigo». Así se presenta Luis Marina en twitter. Empresario vocacional, nacido en Santander en 1968 que más allá de sus estudios de Arquitectura siempre ha estado inmerso en aventuras empresariales exitosas en múltiples ... ámbitos, desde el despliegue de fibra óptica a los videojuegos. Un camaleón corporativo que tiene nuevos proyectos en cartera.
-Fibra óptica, ahora videojuegos... ¿Es usted un empresario poliédrico?
-(Ríe). No soy alguien que sabe de todo, pero sí que voy buscando oportunidades. La figura del empresario histórico hace más de 100 años era la que salía fuera en pos de oportunidades, no un señor que había estudiado Telecomunicaciones y se centraba en montar negocios en ese ámbito. En un sitio tan pequeño como Cantabria, donde estamos porque nos gusta el entorno y vivir aquí, los negocios se deben centrar en las oportunidades. Hoy en día las cosas que vamos haciendo son negocios que están aquí, se desarrollan aquí, igual que el talento, e intentan vender fuera. A eso es a lo que intento dedicarme.
-Ahora se ha introducido en el mundo de los 'egames' -videojuegos- a través de Ween. ¿Cuál es la hoja de ruta para este nuevo proyecto?
-Estamos entrando en algo más que en los videojuegos. Ween nace por dos motivos. El primero, que el desarrollo de los 'egames' tiene un crecimiento brutal, con un hueco importante en el mundo de habla hispana. El segundo, que hay un montón de gente que sabe muchísimo del tema pero que no había encontrado la forma de profesionalizar sus conocimientos. Vamos dirigidos a un mercado que sólo en España tiene 12 millones de usuarios y, además, día que avanzamos día que descubrimos un nuevo filón dentro de ese ámbito. Tenemos ya contabilizadas unas 27 líneas de negocio. Desde gente que desarrolla ropa a otros que se especializan en la formación de jugadores, hardware o software, tipos de comida específica... Hay todo un mundo. Queremos acabar el año con 50.000 usuarios apuntados y una plantilla de unas 16 personas. Queremos realizar en 2020 entre 1.500 y 2.000 torneos, pese a las complicaciones actuales. Llevamos comprometidos 600.000 euros y al final del presente año rondaremos el millón en desarrollo.
-¿Qué recorrido le queda al despliegue de fibra óptica en zonas rurales que está efectuando Ibiocom?
-A finales de año nos van a quedar partes muy residuales en Cantabria, donde el despliegue final acabará en año y medio. Acabamos de añadir los trabajos en Asturias, donde empezamos este mes. En Cantabria, calculamos que acabe el plan en unos 200.000 hogares con posibilidad de conexión. En Asturias haremos alrededor de 100.000 conexiones a hogares.
-Ween, Ibiocom... Son los mimbres de lo que ha definido como Área 391. ¿Qué es exactamente este proyecto?
-Intenta ser un nuevo formato para ejecutar proyectos basados en oportunidades. Lo que intentamos los tres socios, aunque entrarán más, es analizar oportunidades de negocio, dar un plan de proyecto y lanzarlo. ¿Cómo? Creando una sociedad, entrando en el capital y acabar tutelándola. No es una figura de incubadora o lanzadera, sino gestora. El perfil que buscamos, como socios, son empresarios. Así no hay que explicar lo que es una empresa, traen cierto capital y están dispuestos a trabajar. De estos últimos no hay tantos. Luego hay otro perfil en Área 391 que son consultores. Alguien que vigile que se cumplan las cosas y otro que analice lo que llega. De momento hemos evaluado ocho proyectos, ha salido Ween y estamos a punto de lanzar dos más: Uno del ámbito de las telecomunicaciones muy orientado al mercado del 5G; y otro que va al modelo de construir aquí con el talento local y vender fuera.
-¿Con qué capital cuenta Área 391 en su comienzo?
-El compromiso de los socios es llegar a los dos millones. No queremos financiación pública de ningún tipo. Los proyectos irán enfocados a un mercado global, intensivo en tecnología y con demanda real. Ahí cabe todo. El otro tipo de iniciativas van dirigidas a elevar el empoderamiento de la sociedad civil.
-Usted atrajo capital extranjero para el proyecto de despliegue de fibra óptica con Adamo, ¿cómo se capta ese dinero foráneo?
-El capital hay que ir a buscarlo. Los fondos de inversión tienen una carencia de proyectos buenos y un exceso de proyectos basados en conocimientos frente a oportunidades. En Área 391 cocinaremos esas actuaciones para con nuestra coinversión salir a buscar ese dinero fuera. ¿Cómo? Con buenos proyectos, no con llamadas de políticos o ser amigos de no sé quién. Como ejemplo, en el ámbito de las telecomunicaciones hemos presentado un proyecto de 40 millones y le ha parecido pequeño a nuestros inversores. Tenemos que escalarlo. Hemos descubierto que hay gente que tiene muy buenas ideas pero no sigue adelante no por economía, sino porque se siente solo para seguir avanzando.
-¿Cómo va a ser la Cantabria 'postCovid' y qué oportunidades va a generar?
-Por desgracia, va a ser muy parecida a la Cantabria 'preCovid', en el modo realista de la palabra. Lo que menos le gusta a la inercia de la población es cambiar. ¿Cómo me gustaría que fuera? Lo importante no es ir ni estar en Madrid. Hemos terminado con las distancias gracias al virus. Será una sociedad muy empobrecida porque depende de la Administración en más de un 30%. Agradeceremos que la gente deje de mirar a la Administración como un adolescente que pide la paga. También se desarrollarán nuevos modelos de trabajo a falta de una legislación que los pueda regular. Trabajos por proyecto sin necesidad de estar en oficina, que no es necesario el presentismo.... Espero gente de muy alto valor añadido, que vea unas condiciones maravillosas para vivir aquí y que pueden desarrollar su trabajo con unas garantías perfectas.
-¿Cómo ve el emprendimiento en Cantabria?
-Institucionalizado. Hay más de 100 entidades dedicadas a este tema. Hemos vulgarizado el emprendimiento, hasta el punto de convertirlo en un peligro. Eso de tú puedes ser empresario es mentira, hay gente que es mejor que no lo sea. Lo primero es trabajar a destajo durante años en un proyecto interesante. Lo segundo, emprender cuesta dinero. Si tu proyecto es que el Gobierno te dé, no va a haber. Lo tercero, no se puede ser empresario con cualquier idea. El proyecto que saques debe ser muy bueno. Eso lo hace muy poca gente. También se puede formar parte de un proyecto muy bueno. El emprendimiento se ha convertido en un negocio.
-¿Qué papel debe jugar la Administración en este tiempo?
-Hay que dejar de mirar a la Administración y pedirle cosas. No puede hacer nada por ti. El empresario sólo necesita mirar al mercado, al capital y a los bancos. Hay que exigirle que haga su trabajo y sea diligente.
-¿Y qué función tiene que desempeñar la sociedad civil?
-Lo primero, que despierte. Despertó en la Democracia, se empoderó cuando España entró en la Unión Europea, pero se corrompió cuando sindicatos y patronales empezaron a vivir del erario público. Por ejemplo, una CEOE en Cantabria que tenía seis millones de subvenciones para un presupuesto de siete. Así no se toca las narices a nadie. Las reivindicaciones se acaban cuando llueve la paguita.
– Reivindica la independencia de la sociedad civil y las asociaciones, pero usted ha sido vicepresidente de la Cámara de Comercio, tutelada por el Gobierno de Cantabria. ¿Por qué dimitió semanas atrás?
– Hace unos años me juramenté de que los años que me quedaban debía hacer dos cosas. Una, hacer proyectos que me gustaran y útiles para la gente. Dos, llevar a cabo actuaciones que redundaran en la mejora de la economía y las personas del entorno. Descartando totalmente el ámbito político porque no me gusta ni creo que es lo que debería ser, pensé que uno de los elementos para un objetivo así podía ser la Cámara de Comercio. Así lo expliqué en una carta cuando entré, que era recuperar los principios fundacionales de la Cámara de Madrid. Un conjunto de empresarios que se juntaba para intentar colaborar con el ánimo de que el entorno pudiera funcionar mejor en unos años. La minería y el transporte marítimo se levantaron en torno a las cámaras. ¿Qué pasó? Que en un momento dado las cámaras ayudaban a las empresas a presentarse ante la Administración. Ese peso fue subiendo frente a lo anterior. A día de hoy, ¿hay alguna manifestación pidiendo el AVE o la mejora de las cercanías? ¿Alguna encendida beligerancia por no estar en el eje norte del ferrocarril europeo? ¿Alguien se rasga las vestiduras por perder un ferry a Cork? ¿ O por GFB o por Ecomasa? Esa es la muestra de una sociedad civil muerta. Además, quieren que esté muerta. Pretendía con la Cámara de Comercio recuperar ese espíritu. Ese fue el mensaje de entrada. El de salida es que, dado que me resulta imposible, voy a intentarlo con Área 391.
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