La campaña se embarra al acusar el PSOE a Feijóo de mentir con un «vuelo fantasma» que sí se canceló

Los populares explicaron que la compañía aérea de bajo coste con la que se había contratado el desplazamiento del presidente del partido informó en su momento a la agencia de viajes encargada de la campaña de la suspensión del vuelo, pero aseguraron que esta no se lo había comunicado al partido. De manera que Feijóo y su acompañante se toparon con la sorpresa al llegar al aeropuerto de Valencia, después del gran mitin celebrado en la plaza de toros de la codiciada capital del Turia y de un almuerzo con periodistas que se levantó, precisamente, para que él pudiera llegar a tiempo a la cita canaria.

Unos y otros se acusaban después de haber hecho el ridículo. «Si el equipo de Pedro Sánchez considera, en un país que se mofa de su uso del Falcon para ir a conciertos musicales o de trasladarse en un helicóptero Súper Puma para ir a bodas privadas, que lo óptimo para sus intereses es confrontar con el PP acerca de los medios de transporte utilizados Alberto Núñez Feijóo, es que la brecha entre lo que piensa Ferraz y lo que piensa la calle es cada vez más evidente», atacaron desde Génova. Desde el PSOE, a su vez, tildaron de «broma pesada» los ataques al jefe del Ejecutivo tras semejante demostración de torpeza.

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El caso es que la estrategia, en realidad menor, con la que los socialistas aspiraban a agitar la campaña después de una primera semana en la que el PP había conseguido llevar la voz cantante a cuenta de los pactos de Sánchez con Bildu y de la presencia de condenados por terrorismo en las listas de la formación abertzale quedó hecha añicos en pocos minutos. Y el vídeo con Núñez Feijóo cantando a voz en grito un tema de Nino Bravo («camino sin cesar, detrás de la verdad»...), elaborado para ponerle en solfa desde Ferraz, apenas tuvo recorrido.

Hasta ahora los socialistas se habían centrado más en el discurso propositivo del presidente del Gobierno, que ya lleva realizados una decena de anuncios en materia como vivienda, educación o sanidad, pero parece dispuesto a empezar a tocar todos los palos para agitar el patio. El CIS conocido este lunes indica que en la primera semana de campaña apenas ha logrado movilizar a su electorado. Si empezó con un 17,7% de votantes socialistas indecisos, aún sigue en el 15,3 %. El PP, en cambio, ha logrado reducir los suyos del casi 14% al 8%.