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Four more years... Fox News
¿Cómo cambiará el mundo con cuatro años más de Trump?

¿Cómo cambiará el mundo con cuatro años más de Trump?

Estados Unidos se centrará en políticas domésticas, pondrá el comercio global patas arriba y dejará vía libre a los dictadores.

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Miércoles, 6 de noviembre 2024, 11:55

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Los estadounidenses ya han votado. Y, aunque parezca difícil de creer para algunos, han vuelto a hacerlo como en 2016. Es más, en el segundo mandato que le han concedido, Donald Trump contará con mucho más poder que en el primero, porque el Partido Republicano ha logrado también el control del Senado. Da igual que Trump sea un felón de verdad, que haya normalizado el bulo como eslógan político, que tratase subvertir el poder del Estado y que promueva políticas claramente xenófobas y contrarias a los derechos de la mujer.

Sucede que en Europa, y me temo que también en amplios círculos de Estados Unidos, se sobreestima la inteligencia del votante americano. Pero no debería ser ninguna sorpresa. Porque, aunque los medios nos fijamos mucho en encuestas y sondeos que vaticinaban una lucha muy reñida, las apuestas -legalizadas por primera vez por un tribunal- daban a Trump como claro ganador. Ahí, donde la gente arriesga su dinero, se hace patente lo que realmente piensa el electorado.

De esta manera, el 'Proyecto 2025' que la conservadora Fundación Heritage desarrolló para ir apoderándose de las diferentes instituciones y para que Trump pueda trabajar sin los molestos impedimentos provocados por la separación de poderes, podrá materializarse en los próximos años. No en vano, la cadena 'trumpista' Fox News ya ha subrayado esta noche que el presidente electo «tendrá vía libre para nombrar nuevos jueces del Tribunal Supremo, construir el muro y expulsar a los inmigrantes ilegales». En resumen: «Podrá hacer lo que dejó pendiente en su primer mandato».

Es lógico querer distanciarse de esta votación y pensar que tiene poco que ver con nosotros. Pero cuatro años más de Trump pueden dar un vuelco al mundo tal y como lo conocemos. Por eso, hoy nos centramos en un apresurado análisis de lo que se avecina.

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    La visión geopolítica

    Una ola expansiva recorrerá el planeta

Durante el programa especial que Fox News ha emitido a lo largo de la noche electoral estadounidense, una de sus comentaristas ha dado en el clavo: «El problema es que los progresistas no entienden al votante de Trump. No les cabe en la cabeza que alguien pueda darle su apoyo». Y es completamente cierto.

Hay una importante parte de la sociedad estadounidense -mayoritaria a juzgar por los resultados provisionales de los comicios- que se siente abandonada por el sistema. Es evidente que la superpotencia americana está en declive -en general lo está Occidente-, y que muchos ni han entendido por qué ni se han adaptado a la nueva coyuntura global. Además, existe un porcentaje sustancial de estadounidenses con muy baja formación y nulo conocimiento del mundo que continúa pensando exclusivamente en clave local, creyendo que el éxito se alcanzará mirándose al ombligo, bajando impuestos, y tratando de recuperar con guerras comerciales un poderío manufacturero que, se pongan como se pongan, no va a volver.

Las apuestas habían vaticinado claramente el resultado de las elecciones.

Porque la grandeza de Estados Unidos, forjada sobre todo cuando se ha proyectado al mundo -como China-, es cada vez más solo militar y menos económica y tecnológica. «Tenemos que proteger a nuestros genios, porque no tenemos muchos», ha afirmado Trump en su primer discurso como -casi- presidente electo y en referencia a Elon Musk, el visionario milmillonario que le ha proporcionado todo su apoyo durante la campaña. No se equivoca en eso.

El problema es que esa introvertida actitud de la -todavía- primera potencia mundial, combinada con una creciente beligerancia comercial, va a tener repercusiones en todo el mundo: tanto en el ámbito económico como en el político. Y es posible que muchas salpiquen de lleno a Europa.

La más evidente llegará de la mano de los aranceles que Trump ya ha anunciado como una de sus principales medidas para 'hacer América grande de nuevo'. El magnate quiere gravar todas las importaciones del país con un mínimo del 10% y un máximo del 60% reservado para los productos chinos. Esto afectará a las exportaciones europeas, y amenaza con provocar aranceles en represalia. Para el consumidor, esto solo supone una cosa: el encarecimiento, aun más, de la vida. Y, para las empresas, una potencial reducción de sus ventas. Los economistas coinciden en señalar que la población estadounidense tampoco se beneficiará de esta guerra comercial, pero a Trump no le mueve la razón.

El bitcóin, la bolsa y el oro suben.

Más preocupante resulta la postura que el nuevo -viejo- presidente de Estados Unidos puede tomar en los principales conflictos bélicos que tienen al mundo en vilo. En Ucrania temen que Washington deje de apoyar al país en su defensa de la invasión rusa. Y Trump ya ha avanzado que su intención es acabar con la contienda antes incluso de ser investido. Lo que no ha explicado es a qué precio será, y hay consenso en torno a la posibilidad de que exija a Kiev ceder territorio a Moscú.

De momento, Volodímir Zelenski ha sido uno de los primeros presidentes en felicitarle por su victoria, incidiendo también en que espera que se mantenga «el sólido apoyo bipartidista a Ucrania». Desde el otro bando, se adivina la felicidad. «Kamala está acabada. Los objetivos de la Operación Militar Especial se mantienen intactos y serán logrados», ha tuiteado el expresidente ruso Dimitri Medvedev.

Mientras tanto, en Palestina son conscientes de que, con Trump en la Casa Blanca, Israel contará con carta blanca para sus operaciones, ya que en varias ocasiones ha afirmado que hay que dejar que el primer ministro hebreo, Bejamin Netanyahu, «acabe el trabajo» y que cuenta con «el apoyo inquebrantable» de Estados Unidos. El pragmatismo económico del presidente se traducirá en una retirada de las zonas calientes del planeta y dará alas a los dictadores. Sin duda, un ojó habrá que tenerlo puesto en Taiwán, donde temen que China pueda tratar de invadir la isla.

Todo esto deja en evidencia la necesidad de que la Unión Europea se distancie de Estados Unidos y desarrolle una voz propia apoyada en recursos suficientes. En primer lugar, porque de poco sirve abanderar algo si las palabras no se sustentan en hechos. Y, en segundo lugar, porque la forma de hacer política de Trump está impregnando también los movimientos de ultraderecha propios, poniendo así también en riesgo la democracia europea. Este reto va a requerir un esfuerzo económico adicional en Defensa y también un esfuerzo político para evitar que Europa se 'trumpice' más.

Porque puede que 'preservar la democracia' haya sido uno de los elementos que más han movido al electorado estadounidense, como apuntaban las encuestas, pero su elección es, en realidad, una gran amenaza para ese sistema político. Afortunadamente, Trump soltará el timón en 2028. Desafortunadamente, en los próximos cuatro años puede dejar un mundo irreconocible.

Es todo por hoy. Espero haberte explicado bien algo de lo que está ocurriendo en el mundo. Si estás suscrito, recibirás esta newsletter todos los miércoles en tu correo electrónico. Y, si te gusta, será de mucha ayuda que la compartas y la recomiendes.

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