Santamaría llama machista a Iglesias por hablar de 'operación Menina'

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, considera que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, está siendo en la campaña electoral "rehén" de los acuerdos a los que llegó con Podemos tras las pasadas elecciones municipales.

"No le veo bien, sinceramente", ha comentado en una entrevista en Radio Nacional ante la pregunta de si coincide con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la debilidad de Sánchez.

A su juicio, desde que está al frente del PSOE ha tomado decisiones erróneas de las que es "rehén" y ha citado en concreto los pactos municipales con Podemos y que considera que le "pasan factura".

"Eso confunde mucho a los votantes, porque ¿cómo les explicas que una opción no es valida si la apoyas en los ayuntamientos?", ha señalado la vicepresidenta.

Sáenz de Santamaría, que ha vuelto a alertar de que ve una opción viable el intento de un tripartito PSOE-Ciudadanos-Podemos para evitar que gobierne el PP, ha reprochado a Pablo Iglesias su "lenguaje sexista" por hablar de una hipotética "operación Menina" consistente en hacer de ella la próxima presidenta del Gobierno si es necesario el relevo de Rajoy

"En ese término, Iglesias estuvo un poco machista, porque, si es un hombre, seguro que no dice 'operación Menino'", ha señalado la vicepresidenta, quien, no obstante, ha asegurado que se lo toma con sentido del humor.

Respecto a la posibilidad de que los defensores de la independencia en Cataluña estén esperando al resultado del 20D para dar el siguiente paso, ha explicado que desconoce las perspectivas de Artur Mas y hasta dónde está dispuesto a ceder ante los "radicales" para gobernar.

Sáenz de Santamaría se ha referido al debate del pasado lunes en Atresmedia junto a Sánchez, Iglesias y Albert Rivera para asegurar que salió contenta porque cree que consiguió su objetivo de que se comprobara que el PP es un proyecto de equipo, con experiencia y con un líder seguro.

Además, ha bromeado retando al resto de candidatos a aguantar con tacones más de dos horas de debate.