La polarización castiga al PNV, que firma su segundo peor resultado histórico

A menos de un año de las autonómicas, el PNV ha firmado su segundo peor resultado histórico en unas generales y ha confirmado la tendencia negativa del 28-M. Supera por poco el 24% de los votos en Euskadi, apenas un punto más que en 1989, cuando tocó suelo tras la escisión de EA. En términos absolutos, fueron 274.000 papeletas, 105.000 menos que en la última cita, celebrada en noviembre de 2019. Una merma que ha aprovechado el PSE-EE para ganarle quince años después en unos comicios a Cortes Generales y que a punto ha estado de derrumbar a los jeltzales hasta la tercera posición en la comunidad. En un empate técnico sin precedentes, EH Bildu se ha quedado a una sola décima, a menos de un millar de papeletas, cuando en la anterior cita la brecha había sido de 13,4 puntos.

El batacazo jeltzale es todavía más sangrante si se analizan los tres territorios por separado. En Bizkaia, su principal feudo y único en el que ha conseguido sostener la condición de primera fuerza, ha cosechado el peor registro de la historia, lo que le ha hecho perder el tercer diputado cuando en 2019 estuvo a escasos votos de lograr el cuarto. En Álava, la caída ha sido todavía más acusada, hasta el punto de que pasa de la primera a la cuarta posición, la última que aporta escaño en una circunscripción muy disputada. Y en Gipuzkoa, a pesar de igualar los dos escaños que ya tenía, se convierte en tercera formación a casi diez puntos de distancia de EH Bildu, a la que había aventajado por cinco en la anterior convocatoria.

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Uno de los pocos datos que pueden mitigar una noche electoral aciaga para Sabin Etxea es que sus cinco escaños le permiten conservar el grupo parlamentario en el Congreso y cierta influencia en unos próximos meses de infarto. También lo retiene en el Senado y lo hace, además, de forma pírrica y en contra de todas las lógicas. Repite los tres asientos por Bizkaia al ser la primera fuerza, pierde otros tantos en Álava por haber caído a la cuarta plaza y en Gipuzkoa, pese a haber ocupado la tercera posición en la urna del Congreso, Luke Uribe-Etxebarria ha recabado finalmente más apoyos en la papeleta salmón que cualquier candidato del PSE-EE, segundo en la Cámara baja.

«Aritmética complicada»

Las caras eran muy largas este domingo por la noche en Sabin Etxea, donde Andoni Ortuzar ha comparecido brevemente pasadas las 23.15 horas acompañado de Iñigo Urkullu, Aitor Esteban y el resto de diputados y senadores electos. Sin embargo, el presidente del Euzkadi buru batzar ha evitado cualquier ápice de autocrítica y ha adjudicado la pérdida de apoyos a la «confrontación y polarización», alimentada a su juicio por el bipartidismo y los medios de comunicación. El líder jeltzale incluso ha hablado de «balance satisfactorio» en torno a los resultados electorales y da por cumplido el principal objetivo que se habían propuesto en campaña: «Consolidar el grupo propio en Madrid y ser la línea de defensa de los intereses vascos». De igual forma, ha ensalzado el papel decisivo que tendrá el PNV en las negociaciones de gobierno ante una «aritmética parlamentaria complicada», si bien todo dependerá finalmente de Junts.